La discapacidad orgánica, a menudo conocida como la "discapacidad invisible", es una condición que no se manifiesta a simple vista. Esto se debe a que puede afectar cualquier órgano interno del cuerpo, sin signos evidentes.
El impacto de la discapacidad orgánica puede recaer en órganos vitales como el corazón, los riñones o los pulmones. Cardiopatías congénitas o insuficiencias renales son ejemplos de afecciones que las personas con discapacidad orgánica pueden enfrentar.
Las causas de esta discapacidad son diversas, ya sea por enfermedades hereditarias o congénitas, accidentes traumáticos u otras razones.
En algunos casos, la discapacidad orgánica se asocia con discapacidades físicas, ya que la evolución de la afección orgánica o los tratamientos agresivos pueden dar lugar a alteraciones y dificultades físicas adicionales en el paciente.
Por ejemplo, una persona con diabetes, una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo produce y utiliza la insulina, puede experimentar fatiga, visión borrosa, sed y otros síntomas que pueden limitar su capacidad para trabajar, estudiar o realizar actividades recreativas.
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