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La enfermedad de Crohn es una patología de carácter orgánico que puede llegar a ser discapacitante.

La patología se clasifica dentro de las enfermedades inflamatorias intestinales y es de tipo crónico.

La principal característica de la enfermedad de Crohn es que afecta al aparato digestivo.

El aparato digestivo se conforma por diversos órganos que van desde la boca al ano, encargados de la alimentación y su posterior absorción y digestión de los nutrientes.

La enfermedad de Crohn puede cursar, por ejemplo, con la inflamación de cualquier zona del tubo digestivo, que forma parte del aparato digestivo. Esa inflamación puede dar la cara de diversas formas, ya sea cursando solo con inflamación o provocando además la estrechez del tubo con la dificultad para la circulación del alimento por el mismo (estenosis), con la creación de fistulas, y/o con dificultad en la digestión o incluso daños ulcerosos y otras alteraciones.

Según afirma la Confederación ACCU Crohn y Colitis Ulcerosa la mayor incidencia en pacientes suele aparecer en “la parte final del intestino delgado (íleon terminal) y en el comienzo del colon (válvula ileocecal y ciego)”.

El aparato digestivo se conforma por muchos órganos y en cada paciente las alteraciones pueden variar y verse afectadas unas u otras zonas por lo tanto su sintomatología variará y no será común en todos los casos.

La patología se presenta por igual en hombres y mujeres y la edad de aparición suele ser desde la adolescencia a la edad del adulto joven, alrededor de los 35-40 años.

Sintomatología

Pese a esa diversidad hay una serie de puntos comunes que suelen repetirse.

Los diferentes síntomas dependen de la zona que este afectada por la patología.

Por ejemplo, las personas en las que la enfermedad de Crohn afecta a su intestino delgado pueden presentar:

  • Malestar y dolor en el abdomen.
  • Sensación de hinchazón o inflamación abdominal.
  • Inapetencia.
  • Bajada de peso.
  • Debilidad.
  • Diarrea.
  • Cólicos.

Estos síntomas variarán o bien se añadirán otros nuevos dependiendo del carácter o severidad de la patología en un paciente y también de la zona de su aparato digestivo que se encuentra inflamada.

Por ejemplo, en personas que la patología incide en su colon, intestino grueso, pueden presentar diarrea y heces con sangre.

A veces pueden estar varias partes del tracto digestivo sanas y varias con inflamación, alternándose unos tramos con otros.

Los síntomas no están siempre presentes, sino que aparecen en forma de brotes, cuya duración e intensidad varia de unas personas a otras, pueden durar desde días a semanas. La mayoría son síntomas intestinales, también pueden cursar con fiebre e incluso se pueden formar heridas en la pared del intestino.

Sobre la aparición de estos brotes los especialistas no han detectado la causa concreta que los desencadena, lo que sí han analizado es que los pacientes fumadores los desarrollan con más facilidad y también puede ser detonante la toma de ciertos antiinflamatorios, tema que tiene que tratar de forma individualizada y personalizada cada paciente con su médico.

En ocasiones, además de la diarrea se pueden presentar vómitos.

Debido a las heridas internas y la posibilidad de hemorragias se puede presentar anemia, que cursa con debilidad, entre otras características. La anemia también puede deberse a la inflamación del intestino, la inapetencia o la ingesta baja en alimentos con hierro.

Otros síntomas, que no son exclusivamente intestinales, pero que pueden derivar de los síntomas principales, pueden ser el dolor en las articulaciones o la aparición de lesiones en la piel, como explican dese ACCU.

También existe la posibilidad de que aparezcan piedras en el riñón, infección en las vías urinarias o uveítis.

La Asociación Española de Gastroenterología publica en sus ayudas prácticas un documento elaborado por los especialistas Eduard Cabré y Eugeni Domènech donde se especifican las manifestaciones y complicaciones extraintestinales de la enfermedad inflamatoria intestinal.

Desde ACCU ofrecen la posibilidad de realizar un test de detección de síntomas para poder saber si una persona podría tener una enfermedad inflamatoria intestinal. Ante la sospecha de poder tener este tipo de patología acudir al especialista.

¿A qué se debe?

La enfermedad de Crohn se define como una patología de origen autoinmune, es decir, se produce por una alteración en el sistema inmunológico o de defensas del organismo. Pero, en cuanto a su causa concreta, algunos expertos siguen afirmando que su causa es desconocida.

Diversos estudios estadísticos apuntan a que tiene carácter genético ya que alrededor del 20 por ciento de las personas con enfermedad de Crohn tienen un familiar con esta misma patología, según afirma la Sociedad Americana de Cirujanos Rectales y de Colon.

El patrón hereditario o la forma en que se transmite el gen que desarrolla la patología aún no ha sido revelado.

También se señalan condicionantes de origen bacteriano que pueden desencadenar la patología.

Ser fumador o la toma de antinflamatorios pueden ser desencadenantes de los brotes en la enfermedad de Crohn.

Desde la Fundación Más Vida de Crohn y Colitis Ulcerosa en Argentina resumen los posibles factores desencadenantes de la patología en tres:

  • Factores ambientales.
  • Componente genético.
  • Alteración del sistema autoinmune.

Lo que sí se sabe con certeza es que no es una patología contagiosa.

Tipos de la enfermedad de Crohn

La clasificación de la patología se realiza en función de la zona donde se produce la alteración que provoca el Crohn, aunque también se tienen en cuenta otros factores y características.

Existe una clasificación, denominada de Montreal o modificada de Viena, que define los tipos existentes dentro de esta patología, teniendo en cuenta la edad de diagnóstico (A de age), los patrones y comportamiento de la patología (B de behaviour) y la localización de la alteración en el aparato digestivo (L de location).

Por edad, según apunta el documento de Infogastrum sobre Enfermedad de Crohn y complicaciones de la Asociación Española de Gastroenterología, existen estas opciones:

  • A1. La patología aparece antes de los 16 años.
  • A2. La patología se desarrolla entre los 17 y 40 años.
  • A3. La patología comienza sus síntomas pasados los 40 años.

Sobre la zona donde se localiza la alteración causada por la enfermedad de Crohn, se puede dividir en:

  • L1. Zona del íleon distal (y a veces también el ciego)
  • L2. Zona del colon.
  • L3. Cubre las dos zonas anteriores: íleon distal y colon
  • L4. Puede cubrir las anteriores y el tubo digestivo alto. Es el tipo menos común.  

Por el tipo de sintomatología y características de la patología sobre el aparato digestivo, lo que se denomina patrón o comportamiento, tenemos estas variables:

  • B1. De carácter inflamatorio: inflamatoria. La característica principal podría ser la diarrea inflamatoria.
  • B2. Cuando aparece estrechamiento o estenosis: estenosante. También puede aparecer fibrosis. El propio organismo al reparar una lesión inflamatoria del aparato digestivo, como efecto secundario se puede producir el estrechamiento del tubo digestivo, produciendo obstrucción, que en algunos casos necesita cirugía.
  • B3. Cuando se producen fistulas, se llama fistulizante o penetrante, ya que las fistulas crean canales que pasan de unos órganos a otros. Las fisuras o daños en las capas del intestino llegan a perforarlo y crear dichas fistulas para drenar su contenido. Los pacientes con este tipo suelen cursar sus síntomas con fiebre.

Desde PANNCO, Pan American Crohn´s and Colitis Organisation, muestran los siguientes tipos de clasificación:

  • E1. Proctitis. Cuando la alteración se produce en el recto.
  • E2. Colitis izquierda o distal. La zona afectada se encuentra en torno al colon y la flexura esplénica.
  • E3. Colitis extensa. Se incluye pancolitis y próximo a la flexura esplénica.

Pero también se pueden dividir los tipos según la intensidad de la patología y su aparición:

  • Remisión. Es cuando se encuentra la patología se encuentra en fase de remisión, es cuando se han resuelto los brotes y síntomas de la enfermedad de Crohn.
  • Leve.
  • Moderada.
  • Grave.

Para decidir en qué estado se encuentra la enfermedad de Crohn se tienen en cuenta el número de las deposiciones, si hay o no hemorragias, cómo es la mucosa, etc.

Diferencias entre la enfermedad de Crohn y otras enfermedades inflamatorias

Existen diversas enfermedades inflamatorias intestinales (EII) y no hay que confundirlas.

Cada una cursa con sus síntomas y características y han de ser tratadas de forma diferenciada y con el seguimiento y recomendaciones de los especialistas médicos.

Las EII cursan con alteraciones de tipo crónico que afectan al sistema gastrointestinal.

La enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa son patologías muy similares, pero lo que las diferencia, es que la colitis solo afecta a la zona del colon, en el intestino grueso.

Asimismo, también es importante diferenciar entre la enfermedad de Crohn y otras patologías del aparato digestivo, que nada tienen que ver con ella, como el síndrome del intestino irritable.

En un documento realizado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) orientado a pacientes informan que la patología de colon irritable tampoco es lo mismo que la enfermedad de Crohn ni que la colitis ulcerosa, ya que el colon irritable es una alteración, que aunque también provoca dolor en el abdomen, no presenta alteraciones orgánicas ni el cuadro de inflamación intestinal. En principio, los síntomas del colon irritable con alteraciones intestinales que pueden dar lugar tanto a estreñimiento como a diarreas.

Tratamiento

Los especialistas encargados de realizar el diagnóstico y seguimiento de las personas con enfermedad de Crohn son los gastroenterólogos, médicos especializados en el aparato digestivo y órganos asociados, y también en el equipo médico pueden incluirse expertos como proctólogos, cirujanos, nutricionistas y enfermeras especializadas en la patología.

Los proctólogos son especialistas en cirugía que se encargan de estudiar y diagnosticar patologías donde se ve interesado el ano y el recto.

En los casos que la patología se desarrolla y detecta en la infancia los especialistas encargados de su seguimiento serían los pediatras o especialistas en gastroenterología pediátrica.

¿Qué pruebas son necesarias para dar un diagnóstico?

Como en la mayoría de las patologías el análisis del especialista comienza por el reconocimiento del paciente y su historial personal.

Desde la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica y la Confederación ACCU apuntan que entre las pruebas principales para detectar la enfermedad de Crohn se puede requerir:

  • Analítica de sangre.
  • Analítica de orina.
  • Análisis de heces.
  • Pruebas de imagen. Pueden ser desde rayos a tac o resonancias.
  • Endoscopia del aparato digestivo, en la que es probable que se solicite realizar biopsia. La endoscopia puede ser del tracto digestivo superior o inferior, también conocida como colonoscopia, o del tramo completo. Una de estas pruebas se llama cápsula endoscópica, y con ella se puede reconocer todo el tracto digestivo del paciente, ya que tiene que tragarse una cápsula con una cámara que ofrecerá las imágenes. A través de los diferentes tipos de endoscopia se obtiene la mayor parte de información y se confirma el diagnóstico, ya que se puede detectar de forma fidedigna si hay lesiones, donde se encuentra la inflamación y otras alteraciones que puedan aparecer en el aparato digestivo como hemorragias o estenosis.

No siempre es necesario realizar todas estas pruebas. El especialista requerirá de forma personalizada las pruebas de imagen y el resto de las pruebas a realizar en función de los síntomas y localización de las molestias de cada paciente.

¿Cuál es el tratamiento existente?

Esta patología es crónica y por el momento no tiene cura. Por lo tanto, el tratamiento prioritario está encaminado a minimizar los síntomas que puedan aparecer con la enfermedad de Crohn, y si es posible remitirla, para poder tener un control de esta y evitar brotes.

Los tratamientos existentes pueden ser:

  • Farmacológicos.
  • Cirugías.

Entre las medicinas que el especialista puede pautar se encuentran los corticoesteroides y antiinflamatorios. La Sociedad Americana de patologías del colon y el recto afirma que también hay ocasiones en las que es necesario usar inmunodepresores o inmunosupresores, también llamados inmunomoduladores, que lo que hacen es disminuir la respuesta inmunitaria del organismo. Este tipo de medicinas se recetan por ejemplo en trasplantes para bajar el riesgo de rechazo del órgano. En la enfermedad de Crohn se usan para minimizar la inflamación intestinal.

Asimismo, también puede ser necesario recetar antibiótico dependiendo el tipo de lesión que se pueda haber desarrollado por la sintomatología de la enfermedad de Crohn.

Los aminosalicilatos también pueden usarse para controlar la inflamación. El especialista decidirá para cada paciente la dosis y combinación de fármacos necesarios.

En cuanto a las cirugías, puede ser pautada en estos casos:

  • Para solventar complicaciones de emergencia como una obstrucción intestinal, una hemorragia que no para o una posible perforación debida a una fistula o herida.
  • Cirugía menor para tratar posibles abscesos o fístulas que se hayan creado.
  • Cirugía para casos complejos de enfermedad de Crohn con la posible eliminación de alguna parte del intestino afectada.

Si la patología aparece en la infancia un diagnóstico precoz y un tratamiento y seguimiento adecuado puede lograr que tenga mejor calidad de vida.

Asimismo, en ocasiones en esta atención a la infancia, y para evitar posibles interferencias en el crecimiento y desarrollo del niño de forma adecuada, son pautados complementos nutricionales. Con estos aportes se contrarresta la pérdida de peso y la dificultad en la absorción de alimentos, según explica la Sociedad Española de Gastroenterología en su web.

Otra opción en los tratamientos pasa por el uso de terapias biológicas. Estas terapias están conformadas por fármacos cuya composición se extrae de organismos vivos gracias al avance de la biotecnología. Su finalidad como el resto de los fármacos recetados a personas con enfermedad de Crohn es disminuir la inflamación y otros síntomas o complicaciones de la patología. Las terapias biológicas son una opción para pacientes que no responden bien a otras rutinas farmacológicas.

Desde la Confederación ACCU alertan para que las personas que toman tratamientos farmacológicos compuestos por corticoides, inmunosupresores o terapias biológicas tengan especial cuidado al tomar el sol para minimizar posibles efectos secundarios de la medicación.

La nutrición en personas con enfermedad de Crohn

Aunque los especialistas afirman que la enfermedad de Crohn no es consecuencia de nada que se haya comido y que lo haya provocado, ya que sus causas son otras, es cierto, que tanto para esta patología como para otras cuidar la alimentación siempre es un punto positivo.

Desde la Fundación Más Vida de Crohn y Colitis Ulcerosa en Argentina apoyan a los pacientes y les dejan claro que “nada que comieron o tomaron les hizo desarrollar la enfermedad de Crohn”, pero destacan que una vez que la enfermedad se ha desarrollado si es importante este control de la dieta para minimizar su intensidad y brotes.

La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) afirma que lo ideal es una dieta equilibrada y variada, dependiendo siempre de la respuesta a los alimentos que pueda haber observado el paciente.

Sobre todo, la nutrición en los pacientes irá encaminada a evitar que puedan tener falta de vitaminas o elementos esenciales para el organismo debido a la deficitaria absorción de los nutrientes.

Entre las recomendaciones más destacadas de la FEAD destacan:

  • Dieta completa y variada. Evitando posibles alimentos que no sienten bien a la persona en particular.
  • Hacer varias comidas al día y evitar que sean demasiado pesadas.
  • Si va a probar alimentos nuevos que sea en pequeñas cantidades.
  • La forma en que comemos también es importante para una buena digestión: es vital masticar y no comer rápidamente.
  • Tras las comidas no realizar ejercicios o actividad que puedan interferir en la digestión.
  • Consultar con el especialista en personas con intolerancia a la lactosa, para determinar alimentos que se puedan tomar y no perder calcio.
  • Cuidar la hidratación.

Desde la Confederación ACCU afirman que la dieta dependerá del tipo de enfermedad de Crohn y los síntomas de cada paciente.

La misma debe ir orientada a minimizar los síntomas de la patología y evitar que se desencadenen brotes.

Para analizar la alimentación que se debe seguir la persona debe diferenciar si está en una época de remisión de brotes, es decir, que se encuentra bien y estable, o si, por el contrario, está inmersa en un brote.

La recomendación general es, que, aunque este en estado de remisión de brotes, se eviten aquellos alimentos que ya sabe que le pueden sentar mal.

Si, por el contrario, la persona está en brote, con inflamación, diarrea y otros síntomas, hay que cuidar aún más cada comida.

ACCU diferencia también por tipo de brote:

  • Leve.
  • Moderado.
  • Severo o agudo.

Según como sea el brote habrá que prestar más atención a la dieta. Ante brotes graves se debe controlar la fibra y vedar la ingesta de cualquier grasa saturada o azúcar de la dieta. En esos momentos la comida más recomendable es la cocida.

Desde la Unidad de Atención de Crohn del Hospital Vall d'Hebron se reproduce un reportaje en su web procedente de la página de interés sanitario Infermeravirtual.com sobre la alimentación cuando la patología se encuentra en fase activa (brote).

En este reportaje explican de forma diferenciada los diferentes tipos de dieta y cuáles son sus indicaciones según las necesidades del paciente: por ejemplo, dieta hiperproteica si el paciente ha presentado hemorragias o fiebre, dieta baja en grasas si el paciente presenta muchas deposiciones o dieta hipercalórica si el paciente está bajo de energía.

No hay una dieta estricta o reglada que se pueda dar a todos los pacientes por igual, sino que dependerá de cada caso.

En resumen, si se siguen tanto las terapias farmacológicas como estas recomendaciones para una nutrición saludable, el seguimiento de la patología será más llevadero, y el paciente puede mantener sus síntomas a raya y los posibles brotes.

Los especialistas afirman que si existe un brote se puede evaluar una readaptación de los tratamientos farmacológicos para adaptarlo a la nueva situación y también se adaptará su dieta para cada momento.

Consejos de prevención

Desde ACCU España, la Confederación de enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa explica que actualmente no hay “cura para la enfermedad” y cómo no se conoce la causa concreta que la desarrolla tampoco se puede prevenir.

Pero la investigación sigue en marcha y ACCU la apoya y confía en que la investigación logre dar con más respuestas sobre la enfermedad inflamatoria intestinal, ayudando a su prevención y control.

Dado este contexto el trabajo de especialistas y pacientes debe ser colaborar para aprender a controlar la enfermedad y minimizar los síntomas y brotes.

El trabajo en la prevención pasa por seguir las recomendaciones médicas, tomar los tratamientos pautados y tener unos hábitos de vida saludables.

Los especialistas apuntan algunos consejos extras como mantener una vida tranquila, dentro de lo posible, y no tener hábitos tóxicos como el consumo de tabaco.

En la actualidad no se han detectado alimentos concretos que generen los brotes, sino que cada paciente debe tomar nota de su propia experiencia y reacción ante unas comidas u otras, para saber cuáles son las que le hacen más vulnerable ante un brote.

El Colegio Oficial de Enfermería de Madrid incide en la importancia de tener una dieta variada y consultar siempre al especialista antes de tomar ciertos fármacos que podrían no estar indicados para el control de la enfermedad. Este colegio oficial apuesta por un control activo de la patología y apoya al paciente para que pueda llevar una vida normalizada, sin renunciar a viajes o momentos de ocio.

Ante momentos de desánimo o desesperanza, que como en toda patología crónica pueden presentarse, es importante contar con el apoyo de los demás, ya sean amigos, familia o profesionales médicos o del movimiento asociativo.

La Unidad de Atención Crohn-Colitis (UACC) del Hospital Vall d'Hebron afirma que una parte de sus objetivos giran en torno a la promoción de hábitos saludables en las personas con enfermedad intestinal inflamatoria como la enfermedad de Crohn.

Para ello recuerdan la importancia de estos aspectos:

  • Descansar lo suficiente.
  • Evitar el sedentarismo. Practicar de forma moderada alguna actividad física. Ante un brote habrá que bajar el ritmo tanto mental como físico, para poder recuperarse convenientemente.
  • Trabajar para conseguir “bienestar emocional”. Dentro de este concepto figuran las formas de control del estrés y las emociones, que muchas veces pueden provocar un empeoramiento de la salud, e incluso terapias de relajación.
  • Dieta equilibrada.
  • Evitar hábitos no saludables: alcohol o tabaco. Sobre todo, los especialistas han detectado una relación entre los brotes y el tabaco.

Escuchar al especialista, consultar dudas o preguntas que surjan y colaborar activamente en el control de la patología pueden hacer que la persona mantenga una vida normalizada y pueda actuar con premura ante incipientes brotes.

Envejecimiento saludable

Una buena calidad de vida y un envejecimiento saludable en pacientes con enfermedad de Crohn pasa por un buen control y seguimiento de su patología.

Lo habitual es que la enfermedad aparezca desde la adolescencia a la cuarentena, por lo que, en la etapa de envejecimiento ya debería ser una patología diagnosticada y controlada.

La prevención como explicábamos en el apartado anterior pasa por seguir unas rutinas y recomendaciones básicas, que se adaptan finalmente al perfil de cada persona y sus características y síntomas:

  • Actividad moderada y adaptada a cada perfil.
  • Dieta equilibrada.
  • Seguimiento del tratamiento farmacológico, aunque se encuentren mejor o no haya brotes.
  • Control del estrés y bienestar emocional.

Con la edad pueden ir apareciendo otras patologías, pero para ello se cuenta siempre con el apoyo del profesional médico, que podrá derivar a otros colegas especialistas, para que cualquier complicación o alteración sea tratada y controlada sin demora.

Los pacientes con enfermedad de Crohn definen el diagnóstico como un reto y un cambio. Llegada la edad adulta y la etapa de envejecimiento las personas con la patología controlan y afrontan la enfermedad. La clave es dar con ese tratamiento adecuado, pautado por el especialista, y comprobar que se sienten mejor y pueden llevar las riendas de la situación.

Eso es un plus para que el envejecimiento sea lo más saludable posible, siempre sin dejar de lado la atención a las señales de un posible brote para poder tratarlo y minimizar su intensidad.

Los pacientes coinciden que la investigación hoy día ha avanzado mucho y hay tratamientos más eficaces, por lo que vivir con Crohn tiene menos repercusiones negativas sobre su día a día.

Destaca la importancia de seguir las recomendaciones del equipo sanitario para controlar y estabilizar la enfermedad de Crohn.

La investigación sigue en marcha y de cara al futuro tienen esperanza en poder contar con tratamientos aún más avanzados. La Confederación ACCU informa que está en marcha el conocido como El Genetic, Environmental, Microbial (GEM), gestionado desde la organización de Crohn y Colitis Ulcerosa de Canadá.

Se trata de un estudio sobre enfermedades inflamatorias que está analizando las causas de la enfermedad de Crohn. Se analizan a familiares de personas con enfermedad de Crohn, pero que no han desarrollado la patología, y estudian su día a día, su dieta, su genética, los factores medioambientales y cómo reacciona su función inmunológica y su aparato digestivo ante posibles infecciones o microbios.

Un pequeño porcentaje de los participantes en el estudio han sido diagnosticados con la enfermedad de Crohn. Conocer cuál es la causa de la patología puede dar opción a crear terapias más adecuadas e incluso identificar posibles perfiles de riesgo y trabajar en prevención.

Más cerca, en España, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades publicó en 2019 en el Boletín Oficial del Estado una resolución del  Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red, que recogía el Convenio con el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa, para la promoción e impulso de la investigación en el área temática de Enfermedades Hepáticas y Digestivas.

Entre los objetivos de esta investigación conjunta se encuentra el estudio del envejecimiento saludable en diferentes patologías como la diabetes, salud mental, enfermedad metabólicas y cardiovasculares, entre las que se incluyen las enfermedades inflamatorias intestinales.

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¿A qué se debe la enfermedad de Crohn?

La enfermedad de Crohn se define como una patología de origen autoinmune, es decir, se produce por una alteración en el sistema inmunológico o de defensas del organismo.

La causa concreta que desencadena la patología aún está siendo investigada.

Diversos estudios estadísticos apuntan a que tiene carácter genético ya que alrededor del 20 por ciento de las personas con enfermedad de Crohn tienen un familiar con esta misma patología, según afirma la Sociedad Americana de Cirujanos Rectales y de Colon.

Otros factores que se barajan para la aparición de la enfermedad de Crohn pueden ser:

  • Ambientales.
  • Genéticos.
  • Alteración del sistema autoinmune debido a infecciones u otros motivos.

Condicionantes para la aparición de brotes en las personas que ya han desarrollado la patología pueden ser fumar o tomar antiinflamatorios no recomendados.

¿Qué síntomas tienen las personas con enfermedad de Crohn?

Los síntomas varían dependiendo de la intensidad o magnitud en que aparece la patología y también la zona donde se localiza la inflamación y alteraciones.

Las personas en las que la enfermedad de Crohn afecta a su intestino delgado pueden presentar:

  • Malestar y dolor en el abdomen.
  • Sensación de hinchazón o inflamación abdominal.
  • Inapetencia.
  • Bajada de peso.
  • Debilidad.
  • Diarrea.
  • Cólicos.

Estos síntomas variarán o bien se añadirán otros nuevos dependiendo del carácter o severidad de la patología en un paciente y también de la zona de su aparato digestivo que se encuentra inflamada.

Otros síntomas pueden ser:

  • Heces con sangre
  • Vómitos
  • Aparición de anemia
  • Dolor articular
  • Lesiones en la piel

¿Es hereditario?

Estudios estadísticos de carácter genético recogen que 20 de cada 100 personas con enfermedad de Crohn tienen un familiar con esta misma patología, según afirma la Sociedad Americana de Cirujanos Rectales y de Colon.

Pero el patrón hereditario o la forma en que se transmite el gen que desarrolla la patología aún no ha sido revelado y se siguen desarrollando para detectar cuál puede ser el desencadenante.

¿Se puede prevenir?

Al desconocerse la causa que provoca la patología no se puede prevenir, pero si se puede tratar y estabilizar los síntomas, e incluso trabajar para controlar los brotes y que su intensidad sea menor.

El trabajo en la prevención pasa por seguir las recomendaciones médicas, tomar los tratamientos pautados y tener unos hábitos de vida saludables.

Los especialistas apuntan algunos consejos como mantener una vida tranquila, dentro de lo posible, y no tener hábitos tóxicos como el consumo de tabaco.

¿Tiene cura? ¿Qué tratamientos existen?

El tratamiento prioritario está encaminado a minimizar los síntomas que puedan aparecer con la enfermedad de Crohn, y si es posible remitirla, para poder tener un control de esta y evitar brotes.

Los tratamientos existentes pueden ser:

  • Farmacológicos.
  • Cirugías.

Entre los fármacos que el especialista puede pautar o combinar según la sintomatología especifica de cada paciente son:

  • Corticoesteroides
  • Antiinflamatorios
  • Inmunomoduladores
  • Aminosalicilatos
  • Antibióticos

En cuanto a las cirugías, el paciente puede precisar pasar por quirófano en estos casos:

  • Para solventar complicaciones de emergencia como una obstrucción intestinal, una hemorragia que no para o una posible perforación debida a una fistula o herida.
  • Cirugía menor para tratar posibles abscesos o fístulas que se hayan creado.
  • Cirugía para casos complejos de enfermedad de Crohn con la posible eliminación de alguna parte del intestino afectada.

Además, la promoción de hábitos saludables también es recomendable: descansar, realizar actividad física, trabajar el bienestar emocional y llevar una dieta variada y equilibrada.

  • Aminosalicilatos. Fármacos usados para controlar la inflamación.
  • Autoinmune. Aquí se refiere al origen de la patología, que puede deberse a la alteración del sistema inmunológico. El sistema inmunitario se encarga de defender al organismo ante posibles infecciones o enfermedades. Cuando existe una alteración de este puede que el sistema actúe dando una respuesta no controlada y atacando células sanas.
  • Colitis. Infección del colon, parte del intestino.
  • Endoscopia. Prueba de diagnóstico en la que se introduce un tubo con cámara para ver el interior del cuerpo humano.
  • Estenosis. Estrechamiento.
  • Flexura esplénica. Se llama así a la curva que une el colon transverso y el colon descendente. También se llama flexura cólica izquierda.
  • Fístulas. Una fístula es la conexión que se crea entre dos partes del cuerpo. Se puede crear por una alteración en el funcionamiento del organismo o creada de forma quirúrgica con motivos médicos. En este caso, la fístula se crea por la inflamación del aparato digestivo.
  • Gastroenterólogos. Médicos especializados en el aparato digestivo y órganos asociados.
  • Íleon. Es una parte del aparato digestivo que ayuda a la digestión de la comida que ha pasado por el estómago y el intestino. Está en la parte final del intestino delgado.
  • Inmunomoduladores. Fármacos para disminuir la respuesta inmunitaria del organismo.
  • Pancolitis. Inflamación que afecta a todo el colon.
  • Proctitis. Inflamación de la parte que recubre el recto.
  • Proctólogos. Especialistas en cirugía que se encargan de estudiar y diagnosticar patologías donde se ve interesado el ano y el recto.