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La arterioesclerosis o arteriosclerosis es una enfermedad de carácter cardiovascular que se caracteriza por un endurecimiento de las arterias, que puede darse en mayor o menor grado en cada paciente.

La patología produce un estrechamiento en las arterias, que se llama estenosis, y que provoca dificultad para la circulación de la sangre, llegando a ocasionar la oclusión de la circulación sanguínea en las arterias que se han estrechado.

En ocasiones nos encontraremos la palabra ateroesclerosis y algunas personas lo usan indistintamente para referirse a la enfermedad, pero según diversas publicaciones y la definición de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) no se deben confundir. Se considera la aterioesclerosis (también aterosclerosis) como un tipo de arterioesclerosis producida por la acumulación de grasa y colesterol en las arterias.

Según nos explica Alex Carcasona, nutricionista, la diferencia entre ambos términos es que la ateroesclerosis es un tipo de arterioesclerosis causada por una acumulación de placas de ateroma (de ahí la definición aterosclerosis). Las placas de ateroma son capas de grasa, colesterol y otras sustancias, que se van acumulando en las arterias y que por tanto contribuyen a aumentar la presión sanguínea y restringir el flujo sanguíneo.

Si la placa de ateroma se rompe puede producir un coagulo de sangre. Por lo general, se asocia a problemas de circulación cardíaca. Pero la realidad es que las placas se pueden formar en cualquier arteria del organismo.

Los expertos en medicina George Thanassoulis y Mehdi Afshar afirman en una publicación sobre arterioesclerosis que esta patología “es la causa principal de morbimortalidad en los Estados Unidos y en la mayoría de los países desarrollados”.

¿Por qué se produce la arterioesclerosis?

La arterioesclerosis se produce por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las arterias.

Existen un buen número de factores de riesgo que pueden desencadenar esta acumulación.

La buena noticia es que algunos de ellos se pueden prevenir.

Estos son algunos de los riesgos que pueden provocar la patología:

  • Ser fumador
  • El sedentarismo
  • Tener hipertensión
  • Tener el colesterol alto
  • La hiperglucemia
  • Dieta no saludable con abuso de grasas

Otros factores a tener en cuenta y que también pueden intervenir en el desarrollo de la enfermedad son:

  • La predisposición genética de la familia
  • Enfermedades como la dislipemia, que hace que el metabolismo no controle correctamente el colesterol
  • Obesidad o sobrepeso. Da un rasgo distintivo de riesgo alto en una persona la acumulación de grasa en su cintura.

Además, a medida que la edad avanza, los riesgos van en aumento. Estar sometidos a estrés tampoco parece ser favorable si se desea evitar la enfermedad.

¿Qué pasa cuando se obstruye el flujo sanguíneo?

Que exista una óptima circulación sanguínea es importante para que los órganos y funciones vitales funcionen con normalidad.

Por ejemplo, si el flujo sanguíneo se obstruye en las arterias que van al corazón puede dar lugar a infartos o anginas de pecho.

Si la circulación se obstruye en el entramado de arterias del cerebro el resultado puede ser un ictus.

Si por su parte, lo que no funciona es la circulación en los miembros inferiores, la persona con arterioesclerosis que está teniendo esta alteración en la circulación de la sangre hacia sus piernas puede tener una arteriopatía periférica. El flujo sanguíneo que va a las piernas se ve disminuido por el estrechamiento de arterias y esa falta de circulación sanguínea podrá provocar lesión en los nervios o tejidos.

De ahí la importancia de tratar esta patología y facilitar la circulación sanguínea correcta.

¿Qué síntomas se desarrollan en las personas con arterioesclerosis?

Normalmente los síntomas van a asociados al desarrollo de otras patologías que aparecen por la deficitaria circulación sanguínea. Pueden aparecer:

  • Hipertensión
  • Claudicación intermitente con dolor en las piernas al andar
  • Ataque isquémico cerebral transitorio
  • Aneurismas
  • Infarto
  • Insuficiencia cardíaca o renal
  • Menor sensibilidad al calor o el frío en las zonas afectadas

Tipos de arterioesclerosis

Existen diversos tipos de arterioesclerosis principales que se clasifican por la causa o especificidad de la patología y su evolución:

  • Ateroesclerosis: Es la clase más común y frecuente.
    En este caso hay un engrosamiento de las arterias con placas llenas de grasa, habitualmente debido al colesterol.
  • Arterioesclerosis obliterante: Este tipo se da en las piernas.
  • Esclerosis de Monckeberg: Este tipo es muy poco común.
    Se desarrolla con calcificación en las arterias musculares.
    Suele afectar al útero y tiroides.
  • Arterioesclerosis hialina o nefroesclerosis: En este caso las arterias se estrechan debido a que se almacena en las mismas material hialino. Suele darse en personas con enfermedad renal o personas con diabetes.
  • Arterioesclerosis debido a la edad: Es un tipo que sucede a las personas de edad avanzada por la rigidez de sus arterias e hipertensión, causada por el propio proceso de envejecimiento.

En otras ocasiones, los tipos de arterioesclerosis también se pueden dividir por la zona del cuerpo que se ve afectada.

Por ejemplo, en la web de Activa tus arterias, donde hablan en profundidad sobre este tema, dividen los tipos de arterioesclerosis en los siguientes:

  • Arterioesclerosis cerebral: Afecta al cerebro.
  • Arterioesclerosis coronaria: Afecta a las arterias del corazón.
  • Arterioesclerosis aórtica: Afecta en concreto a la arteria aorta.
  • Arterioesclerosis carotídea: Afecta a las arterias que llevan sangre al cerebro.
  • Arterioesclerosis renal: Afecta a la función de los riñones.
  • Arterioesclerosis abdominal: Afecta a los órganos del abdomen
  • Arterioesclerosis periférica: Afecta a las piernas y pies.

Tratamiento

El problema de la arterioesclerosis es que a veces tarda en dar la cara.

Sus síntomas en estadios iniciales, cuando las arterias comienzan a estrecharse, son apenas perceptibles.

Pero sí es importante detectarla de forma precoz para que su efecto negativo sobre la función cardiovascular no vaya a más.

El consejo del Doctor José Calabuig Nogués, director del Servicio de Cardiología Intervencionista, responsable del Área de Medicina Deportiva y Especialista en Cardiología en la Clínica Universidad de Navarra, es que las personas con antecedentes familiares se hagan exámenes periódicos de salud, chequeos vasculares, a partir de los 40 o 50 años.

Los encargados de hacer el diagnóstico y seguimiento de la arterioesclerosis son los especialistas en medicina cardiovascular, angiólogos, cardiólogos y cirujanos vasculares, entre otros.

¿Qué pruebas se deben realizar?

En principio con un chequeo vascular y analíticas de sangre se pueden detectar diversos factores de riesgo, como el porcentaje de colesterol, si está bien regulada la diabetes, etc.

Además, se puede tomar la presión arterial en el brazo y la pierna. Si hay diferencia entre ambos valores, puede indicar que se está produciendo arterioesclerosis en esa zona.

Pero para analizar a fondo si la persona ya ha comenzado a desarrollar las placas de ateroma en sus arterias o si hay afectación en el flujo sanguíneo se usan pruebas como

  • Eco-doppler o angiografía
  • Tac o resonancias

La doctora Carmen Jódar Casanova nos informa que la prueba más frecuente es conocer los niveles de colesterol en sangre y conocer las cifras de presión arterial.

En el caso de sospechar afectación del corazón, cerebral o en la circulación de las piernas, es necesario hacer una ecografía o eco-doppler según corresponda de los diferentes territorios para confirmar la disminución del flujo sanguíneo en dichas arterias.

A nivel cardiaco, la especialista Jódar, explica que las pruebas de imagen especialmente útiles son el TAC de coronarias y la coronariografía que es la inyección de contraste en las arterias coronarias para ver su estado.  Esta última es una prueba invasiva por lo que sólo se realiza en casos de sospecha de angina cardiaca conocida como angina de pecho.

Opciones de tratamiento

Hoy en día la arteriosclerosis no tiene cura, pero se puede prevenir en gran medida controlando los llamados factores de riesgo cardiovascular, que son el colesterol y triglicéridos elevados, la diabetes, la hipertensión, la obesidad, el sedentarismo y, sobre todo, el tabaco.  Así nos lo explica el doctor García Colodro, especialista en Angiología y Cirugía Vascular en la Clínica Vascular, miembro de Top Doctors, quien además explica que es fundamental tener unos hábitos de vida saludables haciendo ejercicio moderado, controlar la dieta para mantenernos en nuestro peso ideal y no fumar.  

Controla tu colesterol

El grupo de Educación en Salud para la Ciudadanía de la Sociedad Española de Medicina Interna confirman este dato y sostienen que en el tratamiento y prevención de la arterioesclerosis es importante controlar el nivel de colesterol malo, el llamado LDL que no debe superar en la sangre los 100 miligramos por decilitro y procurar tener alto el colesterol bueno o HDL. A ser posible en valores superiores a 45 miligramos por decilitro. Todo ello se consigue haciendo una dieta sana, por ejemplo.

La dieta para mantener la patología a raya lo máximo posible podría estar compuesta por alimentos que mejoren la circulación, como pueden ser aceites con ácidos Omega 3 y 6, que dilatan las arterias, y alimentos como pescados y legumbres.

Además, no podemos tratar una alimentación sana sin incluir en ella las frutas y verduras, primordiales para cualquier dieta saludable.

Y como colofón para una dieta saludable y para mejorar la circulación de la sangre los líquidos son también importantes. Se puede incluir en esa dieta tanto agua como también zumos e infusiones.

Si pese a mantener ciertas pautas la patología se ha desarrollado y las arterias están obstruidas, no existe un tratamiento farmacológico como tal que limpie por si solo las arterias.

Cirugías

Por ejemplo, una arteria coronaria estrecha podría precisar cirugía, lo que se conoce, como angioplastia coronaria, para mejorar la circulación de sangre al corazón.

Otra cirugía que puede ser complementaria a la angioplastia es la colocación de un stent. El stent es un material (ya sea metálico o de otro tipo) que se usan para abrir las venas y arterias y facilitar la circulación de la sangre.

Para la mala circulación en las piernas puede ser necesaria una cirugía conocida como catéter de Fogarty. Esta operación lo que hace es sacar el coágulo que se ha formado en la arteria y tratar de restablecer la circulación.

En los casos que estas actuaciones no son suficientes para mejorar la arterioesclerosis y sus consecuencias, y hay peligro de amputación de un miembro, también se puede proponer abrir y limpiar la arteria, e incluso realizar un by-pass.

El by-pass consiste en derivar la circulación por otro lado, hacer un puente, que pueda saltar la obstrucción que se ha creado por la arterioesclerosis.

Fármacos

Como tratamiento farmacológico en las personas con arterioesclerosis pueden necesitar medicinas para controlar su colesterol, la tensión, la diabetes u otras patologías complementarias.

En algunos casos, cuando existen problemas en la circulación de la sangre en las piernas, el especialista puede pautar algún fármaco que prevenga la anexión de plaquetas.

En otros casos, para facilitar la circulación, ya en personas con casos más delicados o severos se puede recomendar Sintrom, que es un anticoagulante.

Recientes investigaciones han realizado un hallazgo importante. En estudios realizados con ratas con enfermedad renal han conseguido frenar el deterioro y calcificación de las arterias. El fármaco utilizado para ello ha sido un antibiótico usado para tratamientos de acné. Por ahora no se tienen más avances, ya que la prueba con pacientes reales comenzar en 2020 o 2021. La investigación ha sido patentada y licenciada a Cycle Pharmaceuticals por Cambridge Enterprise.

Todos esperan que en los próximos años el avance de esta investigación sea positivo y por fin pueda haber un tratamiento efectivo para frenar el endurecimiento arterial.

Prevención

La enfermedad no tiene cura, pero si se puede intentar prevenir o cuando ya ha aparecido, al menos intentar frenar su avance.

Se puede hacer seguimiento de otras patologías que pueden derivar en arterioesclerosis, y en personas con antecedentes de arterioesclerosis en la familia, se puede detectar si en su caso tiene algún condicionante hereditario que pueda desencadenar la enfermedad.

La doctora Carmen Jódar Casanova afirma que efectivamente algunos pacientes tienen una tendencia a producir colesterol en su cuerpo por lo que deben ser mucho más estrictos con la alimentación y vigilando los niveles para en el momento necesario empezar con tratamiento.

Por su parte, en nuestra consulta al doctor García Colodro nos explica que, aunque “no hay evidencias de que la patología sea hereditaria es cierto que hay grupos familiares que parecen tener una especial predisposición a padecerla”. En su opinión la mayoría de los pacientes afectados no tienen antecedentes familiares, pero hay algo que suelen tener en común: “los factores de riesgo predisponentes, de los que el más importante, insisto, es el tabaco”, destaca.

Ya haya condicionantes hereditarios, familiares u hábitos poco recomendables, la realidad es que existe una forma de prevenir la arterioesclerosis y adjuntamos a continuación diversas guías y publicaciones médicas que tratan el tema más en profundidad.

Entre esas recomendaciones figuran mantener el peso, hacer ejercicio, llevar una alimentación equilibrada y saludable, sin tóxicos como tabaco o alcohol, y tener controlada la tensión y los niveles de glucosa y colesterol, entre otras patologías que el paciente pueda tener.

Se puede encontrar más información sobre prevención en la publicación sobre “La prevención y regresión de la ateroesclerosis: tratamientos emergentes. Revista Finlay [revista en Internet]. 2014. De los autores Rodríguez-Rodríguez A, Rodríguez-Jaime

Asimismo, los especialistas coinciden en que es importante la información y formación en el ámbito sanitario para poder abordar la “Prevención Primaria de la Arteriosclerosis”, y ese es el título del libro publicado por la Agencia Pedro Laín Entralgo de la Comunidad de Madrid que está dirigido a todos los agentes implicados en el tratamiento de la arteriosclerosis: médicos de atención primaria, cardiólogos, endocrinos, nefrólogos, internistas, etc.

La arteriosclerosis es el principal agente de las enfermedades cardiovasculares, por eso es importante detectarla y prevenirla.

Puedes acceder en este enlace a la guía completa.

Finalmente, desde la Sociedad Española de Arteriosclerosis promueven un grupo de estudio PRESARV-SEA que investiga y trabaja para detectar la evolución de la enfermedad cardiovascular prematura y su prevalencia, así como el grado de control de los factores aterogénicos. Este tipo de enfermedad se considera prematura si se da antes de los 55 años en hombres y 65 en mujeres.

Su propósito es lograr detectar los factores de riesgo cardiovascular, identificarlos y tratarlos de forma precoz, a fin de que la patología no evolucione con las consecuencias que se desarrollan negativamente más tarde.

Envejecimiento saludable

Envejecer de forma saludable en personas con arterioesclerosis es posible si controlan sus niveles en sangre y su hipertensión.

De por sí, el propio proceso de envejecimiento conlleva un endurecimiento de las arterias, pero con algunos consejos médicos podemos lograr una mejor calidad de vida.

Como nos explica el doctor García Colodro “para envejecer adecuadamente con arteriosclerosis hay que eliminar el tabaco, controlar el nivel de grasas en la sangre, la diabetes y la hipertensión”.

También es importante según apunta el especialista hacer ejercicio moderado. Actividades como andar a diario es fundamental.

Y por supuesto, para un óptimo control de los niveles sanguíneos y la circulación la dieta es básica. “Es muy importante disminuir el consumo de sal, alcohol, carnes rojas y productos precocinados o procesados. Debemos basar nuestra dieta en hortalizas, legumbres, pescado y fruta. La correcta hidratación es también muy importante: no olvidemos que las personas mayores tienen menos sensación de sed y tienden a beber poca agua”, afirma Colodro.

La doctora Carmen Jódar aconseja que si un paciente no es capaz de dejar de fumar, puede pedir ayuda para abandonar ese hábito, uno de los más perjudiciales si se desea tener unas arterias sanas.

Además, a medida que avanza la edad, la doctora afirma que es importante controlar tanto el colesterol como la tensión.

Según la edad, factores familiares o hábitos que tengamos, ese seguimiento será más o menos habitual.

La doctora coincide con el doctor Colodro en que una dieta saludable y ejercicio físico regular son los mejores aliados “para envejecer con buena calidad de vida”.

Publicaciones, documentos técnicos y websites con información

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¿Qué es?

La arterioesclerosis es una enfermedad de carácter cardiovascular que se caracteriza por un endurecimiento de las arterias.

La arterioesclerosis se produce por la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias en las arterias.

Esa acumulación de grasas puede deberse a diversos factores.

¿A qué se debe?

Existen un buen número de factores de riesgo que pueden desencadenar la acumulación de grasas en las arterias que dificulta la circulación.

Estos son algunos de los riesgos que pueden provocar la patología:

  • Ser fumador
  • El sedentarismo
  • Tener hipertensión
  • Tener el colesterol alto
  • La hiperglucemia
  • Dieta no saludable con abuso de grasas

Otros factores a tener en cuenta y que también pueden intervenir en el desarrollo de la enfermedad son:

  • La predisposición genética de la familia
  • Enfermedades como la dislipemia, que hace que el metabolismo no controle correctamente el colesterol
  • Obesidad o sobrepeso. Da un rasgo distintivo de riesgo alto en una persona la acumulación de grasa en su cintura

¿Se puede prevenir?

La enfermedad no tiene cura, pero si se puede intentar prevenir o cuando ya ha aparecido, al menos intentar frenar su avance.

Entre las recomendaciones para prevenir la enfermedad o frenar su avance figuran mantener el peso, hacer ejercicio, llevar una alimentación equilibrada y saludable, sin tóxicos como tabaco o alcohol, y tener controlada la tensión y los niveles de glucosa y colesterol, entre otras patologías que el paciente pueda tener.

Evitar el estrés también puede ser un punto a favor en la lucha contra la arterioesclerosis.

¿Se cura?

Como acabamos de especificar, la patología no tiene cura, pero si tratamiento y recomendaciones de hábitos saludables para intentar tener las arterias lo más sanas posibles.

¿Cuál es el tratamiento que se debe seguir?

Los tratamientos pueden ser tanto cirugías (para limpiar las arterias en algunos casos), así como pautas de hábitos saludables, hacer ejercicio y sobre todo no fumar, y en algunos casos tratamientos farmacológicos cuando se precisa por un colesterol alto, tensión descontrolada o altos niveles de azúcar.

Hoy día están en investigación otros tratamientos que pudieran frenar la calcificación y estrechamiento de las arterias. Pero son estudios que aún tienen que probarse en pacientes reales.

En cualquier caso, siempre será el especialista el que decida el mejor tratamiento a seguir.

¿Qué riesgos hay si no se trata?

El mayor riesgo de no tratarla es que la enfermedad avance y produzca síntomas de falta de riego sanguíneo por obstrucción arterial, según nos ha explicado el Doctor García Colodro, especialista en Angiología y Cirugía Vascular en la Clínica Vascular, miembro de Top Doctors.

Dependiendo del lugar del organismo donde esto ocurra las consecuencias más frecuentes pueden ir desde el infarto de miocardio al ictus, aparición de aneurismas o dolor en las piernas al caminar que puede incluso provocar una arteriopatía periférica.

El flujo sanguíneo que va a las piernas se ve disminuido por el estrechamiento de arterias y esa falta de circulación sanguínea puede provocar lesión en los nervios o tejidos, que puede llegar en algunos casos a hacer necesaria la amputación de los miembros.

En muchas ocasiones aparecen varias de estas alteraciones al mismo tiempo, afirma el doctor.

Las consecuencias pueden ser fatales y van desde la amputación de algún miembro a la muerte.

No olvidemos que la arteriosclerosis en sus diversas formas es la primera causa de muerte en el mundo, por encima del cáncer.

De ahí la importancia de tratar esta patología y facilitar la circulación sanguínea y arterial correcta.

  • Aneurisma: Un aneurisma es el ensanchamiento o dilatación permanente que aparece en una parte localizada de la pared de una arteria. Esa dilatación anormal puede producir la rotura de la arteria.
  • Angiografía: Prueba diagnóstica para comprobar la función de los vasos sanguíneos.
  • Arterioesclerosis: Es la patología que provoca engrosamiento y rigidez de las arterias.
  • Arteriopatía: Se trata de una patología de las arterías, se llama arteriopatía periférica y produce estrechamiento en las arterias que derivan el flujo sanguíneo a las piernas.
  • Ateroma: La placa de ateroma provoca el estrechamiento de las arterias. El ateroma está compuesto por grasas.
  • Claudicación: En este contenido la claudicación intermitente se refiere al síntoma de la arterioesclerosis que provoca dolor y calambres en las piernas.
  • Colesterol: Se trata un elemento graso que produce el hígado. El cuerpo lo necesita para funcionar correctamente, pero tiene que estar en sus justos niveles para no provocar otras dolencias.
  • Dislipemia: Se llama así a la patología que altera la forma en la que el cuerpo humano transforma o metaboliza los lípidos y grasas.
  • Estenosis: Estrechamiento.
  • Hialino: Tejido que sirve para conectar varios tejidos en el cuerpo y que es de carácter duro.
  • Hiperglucemia: Se llama así cuando hay azúcar alta en la sangre.
  • Hipertensión: Patología que cursa con elevación de los niveles de la presión arterial de forma habitual.
  • Ictus: Accidente cerebrovascular.
  • Isquémico: Isquemia se refiere a la bajada temporal o no del riego sanguíneo en una parte del cuerpo. Suele estar provocada por alteración en la función de las arterias.
  • Metabolismo: Funciones químicas del organismo para transformar sustancias que ingerimos o que producimos de forma natural.
  • Obliterante: Se refiere al tipo de arterioesclerosis que se da en las piernas.
  • Stent: Malla metálica que se inserta en el cuerpo por cirugía y corrige mala circulación u obstrucciones en los vasos sanguíneos y arterias.