El estrés es un componente emocional que afecta de forma muy importante a la salud. Estrés significa tensión nerviosa y no todo el mundo es capaz de manejar de igual manera esta tensión.
Cuando estamos estresados los músculos se tensan y aumenta el número de latidos del corazón por minuto (frecuencia cardiaca). Al aumentar la frecuencia de latido del corazón este trabaja más y por lo tanto requiere más oxígeno para generar la energía necesaria para contraerse y dilatarse más rápidamente.
Ante una situación que nos produzca estrés, el organismo libera hormonas. Las más conocidas son las hormonas denominadas “hormonas de la lucha o de la huida” como pueden ser el cortisol o la adrenalina, que pueden a su vez dañar las arterias, incluidas la arterias coronarias que llevan sangre a las células del corazón.
En relación a las arterias, el estrés hace que el flujo de la sangre se incremente y por lo tanto la fuerza que ejerce la sangre sobre las arterias (fuerza de rozamiento) también aumente.
Este aumento en la fuerza de rozamiento de la sangre sobre la pared de los vasos sanguíneos hace que la presión arterial aumente, lo que puede suponer a la persona estresada que se convierta en hipertensa.
Un estrés frecuente o continuado en el tiempo, va a facilitar el aumento de la rigidez de las arterias, lo que hará que se degeneren más y más rápidamente convirtiéndolas en más rígidas.
En una arteria rígida el colesterol y el calcio se acumula más fácilmente sobre sus paredes lo que va a favorecer la aterosclerosis y con ello aumentar el riesgo de infarto de miocardio.
Datos interesantes
Según un estudio de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y Trabajo, el 28% de los trabajadores europeos sufren estrés.
El estrés es responsable aproximadamente de la quinta parte de los infartos de miocardio en todo el mundo.
Un poco de historia
Los dientes de los fósiles encontrados en Atapuerca han revelado que los habitantes prehistóricos de esas tierras sufrían estrés metabólico, probablemente causado por hambruna o escasez de alimentación.
En 1983 la revista Time consideró al estrés como “la epidemia de los ochenta” y lo catalogaba como el mayor problema de salud en ese momento.
Para recordar
El estrés aumenta la presión arterial, daña las arterias y aumenta la frecuencia de latido del corazón.
El estrés continuado va a afectar a las arterias, haciéndolas más rígidas y aumentando el riesgo de sufrir un infarto.
Las principales hormonas del estrés son el cortisol y la adrenalina.