La prestación de Ayuda a Domicilio tiene como finalidad facilitar la autonomía personal del individuo y/o familia para que permanezca en su entorno habitual de vida, evitando situaciones de desarraigo y desintegración social. La prestación de la Ayuda a Domicilio deberá cumplir los siguientes los principios rectores: - Polivalente, cubriendo la amplia gama de necesidades que presenten personas o grupos familiares con déficits en la autonomía personal. - Normalizadora, utilizando los servicios generales para la satisfacción de las necesidades. - Domiciliaria, realizándose preferentemente en el domicilio del usuario. - Integradora, debiendo abordar las necesidades de los individuos y grupos de forma global y no parcializada. - Preventiva, dirigida a prevenir o detener situaciones de deterioro e institucionalizaciones. - Asistencial y rehabilitadora, estimulando la mejora de las relaciones humanas, la autoestima y las condiciones de vida y convivencia. - Transitoria, debiendo mantenerse, al menos, hasta conseguir los objetivos de autonomía propuestos. - Complementaria a las redes formales e informales de apoyo personal y social. - Educativa, potenciando las capacidades del usuario, favoreciendo que éste sea agente de su propio cambio. - Técnica, prestándose por personal cualificado.
La prestación de Ayuda a Domicilio tiene como finalidad facilitar la autonomía personal del individuo y/o familia para que permanezca en su entorno habitual de vida, evitando situaciones de desarraigo y desintegración social. La prestación de la Ayuda a Domicilio deberá cumplir los siguientes los principios rectores: - Polivalente, cubriendo la amplia gama de necesidades que presenten personas o grupos familiares con déficits en la autonomía personal. - Normalizadora, utilizando los servicios generales para la satisfacción de las necesidades. - Domiciliaria, realizándose preferentemente en el domicilio del usuario. - Integradora, debiendo abordar las necesidades de los individuos y grupos de forma global y no parcializada. - Preventiva, dirigida a prevenir o detener situaciones de deterioro e institucionalizaciones. - Asistencial y rehabilitadora, estimulando la mejora de las relaciones humanas, la autoestima y las condiciones de vida y convivencia. - Transitoria, debiendo mantenerse, al menos, hasta conseguir los objetivos de autonomía propuestos. - Complementaria a las redes formales e informales de apoyo personal y social. - Educativa, potenciando las capacidades del usuario, favoreciendo que éste sea agente de su propio cambio. - Técnica, prestándose por personal cualificado.