Datos interesantes
Muchas personas mayores se resisten a hacer ejercicio físico porque tienen miedo de que no sea bueno para ellos o simplemente porque puede darles vergüenza. A veces con dar una pequeño paseo, ir a buscar a los nietos al colegio o visitar a un vecino pequeñas cosas como no utilizar el mando del televisor para cambiar canales y levantarse a cambiarlos son pequeños gestos que reducen el sedentarismo.
Las personas limitadas por alguna enfermedad crónica o discapacidad también deberían hacer ejercicio pero siempre bajo la supervisión y recomendaciones de un profesional cualificado.
Un poco de historia
En la antigua Grecia a la actividad física se le otorgaba una gran importancia, junto con la educación intelectual. Las actividades deportivas, en las ciudades griegas, tenían gran importancia en la vida diaria. A través de los ejercicios que se realizaban aunque estaban enfocado para la guerra, se ejercitaban los valores morales y el cuidado de la salud.
En Esparta a los jóvenes desde muy temprana edad (aproximadamente 7 años) se les separaba de sus padres para que se fuera de la ciudad en el dromos (lugar para correr) y, en la ciudad en unos recintos para entrenar la lucha llamados palestra realizaran ejercicio físico diseñado para la lucha y la guerra.
En Atenas la concepción del ejercicio físico era muy diferente a la de Esparta. Aproximadamente a la edad de 14 años se ejecitaban en la palestra bajo la supervisión de un entrenador denominado pedotriba. Allí practicaban salto, disco, jabalina, lucha danza etc… Ya en Atenas existía el concepto del entrenamiento individualizado y personalizado.
Para recordar
Sedentaria es una persona que haga menos de 30 minutos diarios de ejercicio y menos de tres días a la semana.
El ejercicio es importante para mantener la salud cardiovascular pero también beneficia la prevención de otras enfermedades incluido el cáncer.
El ejercicio es además esencial para mejorar o mantener la fuerza, la agilidad, el equilibrio, la energía y la memoria.
La adaptación del organismo al ejercicio físico va a influir en la prevención y retraso de enfermedades como las cardiovasculares.
Lo más recomendable es un ejercicio moderado frecuente. Los ejercicios intensos no son recomendables ya que incluso pueden ser perjudiciales desde el punto de vista cardiovascular.