Estrategia 2022- 2026. Accelerating the movement for change - International Foundation For Integrated Care
La atención integrada ha sido tradicionalmente definida por los problemas que pretende resolver: La fragmentación de los servicios, la salud, la atención y los sistemas de apoyo no diseñados para las necesidades de una población que vive más tiempo con múltiples enfermedades crónicas.
Por una parte, las definiciones incluyen las iniciativas que buscan mejorar los resultados de la atención superando los problemas de fragmentación a través de la coordinación de los servicios de los proveedores de cuidados con su sistema de salud. Por otro lado, existe una definición amplia de atención integrada que aborda la fragmentación más allá de los límites del sistema sanitario y asistencial formal, entendiendo el bienestar en términos de calidad de vida y refiriéndose a la capacidad de las personas para vivir una vida buena, significativa, creativa y plena.
Los nueve pilares de la atención integrada
1. Valores y visión comunes. Se trata de una responsabilidad de todo el sistema que está fuertemente influenciado por lo que nuestras sociedades y organizaciones valoran. El aprovechamiento del poder de la acción colectiva multidisciplinaria comienza con la creación conjunta de valores, objetivos sociales y visión compartida entre todos los socios.
2. Necesidades sanitarias de la población y contexto local. En la mayoría de los lugares, los intentos de mejorar la salud y el bienestar de la población se quedan cortos porque los esfuerzos tienden a no centrarse en abordar las causas fundamentales: los determinantes de la salud y la reducción de las disparidades sanitarias.
3. Las personas como socios en la salud y la asistencia. Nuestras acciones sólo serán eficaces si las personas se comprometen, están informadas y reciben apoyo para cuidar de su propia salud y bienestar, reduciendo la demanda de servicios, al tiempo que se aseguran de que entienden cuándo deben buscar ayuda.
4. Comunidades resistentes y nuevas alianzas. Por una parte, la pandemia aumentó nuestro sentido de la solidaridad, pero también incrementó el proteccionismo, demostrando que no podemos superar una crisis de esta envergadura por nosotros mismos.
5. Capacidad y habilidades de los trabajadores. La COVID- 19 puso a prueba a nuestros trabajadores, ampliando el alcance de la práctica, desdibujando las funciones para apoyarse mutuamente y adquiriendo rápidamente nuevas habilidades de atención y consulta a distancia para ofrecer la mejor atención y apoyo posibles en circunstancias extremadamente difíciles.
6. Gobernanza y liderazgo en todo el sistema. Los modelos de gobernanza deben utilizarse para replantear la forma en que se contratan y financian los servicios interinstitucionales, las acciones conjuntas, la forma en que se coordinan, inspeccionan y regulan, la forma en que se evalúan los resultados para el beneficiario de los cuidados, además de los equipos asistenciales y el propio sistema.
7. Soluciones digitales. Desde el estallido de la COVID-19, los países han visto una rápida proliferación de soluciones digitales que se utilizan para el trabajo, la socialización con la familia, los amigos y comunidades, o la educación. Este rápido ritmo de cambio ha sido reflejado tanto por los gobiernos como por la salud pública, usando redes sociales y canales de comunicación para llegar efectivamente a las personas para proporcionar orientación, atención, apoyo, recopilar datos de bienestar y emprender el rastreo a través de Apps.
8. Sistemas de pago alineados. El impacto de la COVID-19 nos ha mostrado que "donde hay voluntad, hay camino" para resolver los problemas, incluyendo las políticas establecidas desde hace tiempo y la fragmentación en la financiación. El legado más significativo de la COVID-19 es el reconocimiento de que los flujos financieros deben ser significativamente racionalizados y modificados para apoyar las cadenas de suministro efectivas de equipos sociosanitarios.
9. Transparencia de los avances, los resultados y el impacto. Al igual que no existe un modelo de atención integrada que se adapte a todas las ambiciones, situaciones y contextos, tampoco existe una única herramienta o enfoque que pueda utilizarse para medir los avances y resultados. Por ello es imprescindible compartir y divulgar la información y conocimientos adquiridos.
La atención integrada es ahora un término de uso común en las políticas de todo el mundo, pero sigue existiendo una brecha entre las palabras y la práctica de la integración. El personal sanitario y asistencial necesita las herramientas y la cultura de apoyo que les permita ofrecer modelos de atención sostenibles. Las personas y las comunidades siempre han sido de vital importancia para el diseño, la prestación y la implementación de la atención integrada centrada en la persona, pero sus voces rara vez se escuchan en la elaboración de políticas públicas.