Validación del cociente espectro autitsta para niños
El Programa de Ayudas a la Investigación Sociosanitaria realizado por la Fundación Caser financia con hasta 20.000 euros proyectos de investigación que puedan desarrollarse de manera efectiva en un periodo de doce meses en los ámbitos de la dependencia, la atención integrada o la atención centrada en la persona. La Fundación, en su edición de 2019, ha seleccionado la investigación Detección de dificultades comunicativo-sociales para menores de 4-11 años. Validación del cociente espectro autista para niños, propuesta por el equipo de Ricardo Canal Bedia, Doctor en Psicología y Profesor Titular de la Universidad de Salamanca.
La investigación consiste en diseñar un dispositivo de coordinación sociosanitaria para detectar la condición del espectro autista en edad escolar, validando un instrumento de cribado sencillo y gratuito, para identificar casos de riesgo, susceptibles de necesitar una evaluación dirigida a desarrollar intervenciones coordinadas preventivas y de apoyo en el contexto escolar, social y familiar dando una respuesta rápida y eficiente a las necesidades de los menores y sus familias.
Para su realización, la investigación acometerá tres objetivos principales:
• Avanzar hacia el desarrollo de un dispositivo para detectar los casos de TEA o de BAP en edad escolar que han pasado desapercibidos en los sistemas de detección de la primera infancia.
• Validar un instrumento de cribado sencillo y gratuito.
• Categorizar las condiciones específicas de los menores identificados y sus necesidades y diseñar un modelo general de coordinación sociosanitaria que dé una respuesta rápida y eficiente a las necesidades detectadas.
Se espera que, mediante este trabajo, sea posible disponer de un modelo de coordinación sociosanitaria para la detección valoración y apoyo a menores con la condición del espectro autista. El modelo incluirá el instrumento AQ-Child validado para España que sirve para identificar casos el riesgo en menores de 4-11 años asociado a TEA o BAP. Incluirá además un manual de procedimientos para administrar el AQ-Child y coordinar rápida y sencillamente la derivación, la determinación de necesidades y la planificación de apoyos.
El proyecto aporta un recurso inexistente en nuestro entorno para responder rápida y coordinadamente al riesgo de trastornos psicopatológicos, de acoso, o de exclusión añadidos a la condición de espectro autista, incorporando un cuestionario válido, adaptado culturalmente, sencillo y gratuito. El dispositivo propuesto será un recurso eficiente para detectar la condición del espectro autista en edad escolar, responder a la complejidad de esta dificultad neuroevolutiva y facilitar la coordinación de los profesionales sanitarios con los equipos escolares de orientación para responder a las necesidades de los menores y de sus familias.
Los beneficiarios directos de este proyecto serán menores entre 4 y 11 años con un trastorno o una condición del espectro autista, en los que podrán identificarse su dificultades y necesidades de apoyo y eventual tratamiento. Las dificultades que caracterizan la condición del espectro autista limitan las actividades sociales y restringen la participación, lo que sitúa a la persona en el marco de lo que se ha llamado una discapacidad social, que afecta a sus posibilidades para progresar social y emocionalmente, teniendo el trastorno un impacto negativo en la calidad de vida del individuo y de su familia. La persona precisa apoyos específicos en el entorno para llevar una vida satisfactoria y productiva. Las consecuencias de esta discapacidad social son más relevantes para menores que no han recibido un diagnóstico adecuado de sus dificultades.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un grupo de alteraciones del neurodesarrollo caracterizado por dificultades significativas en comunicación social y por presentar conductas repetitivas e intereses restrictivos. Aparece en la infancia y persiste toda la vida. Los afectados por TEA presentan a menudo problemas asociados, como ansiedad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), epilepsia o depresión entre otros. El TEA se entiende como un trastorno de carácter dimensional, existiendo variación en el grado de afectación. Se da un continuo de severidad, situándose cada persona en un lugar del espectro de acuerdo con características, como el cociente intelectual, las habilidades adaptativas y el número de síntomas. El enfoque dimensional asume que las dificultades en comunicación social y los comportamientos repetitivos e intereses restringidos, son la expresión extrema de características comunes presentes en la población general.
Esperamos poder divulgar los resultados de esta investigación en la revisa Actas de Coordinación Sociosanitaira, a partir de 2021.