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Análisis del futuro de la intervención gerontológica desde una perspectiva social

Las actuales previsiones demográficas, las nuevas tendencias en materia de cuidado, el desarrollo de nuevas tecnologías y la llegada de nuevos agentes, hacen del ámbito de la gerontología un sector en plena expansión y crecimiento, en el que cada vez se plantean nuevos retos. De esta forma, el Trabajo Social y los diferentes profesionales que intervienen en el ámbito sociosanitario, se sitúan al frente de los nuevos modelos de intervención y de todos los servicios y prestaciones dirigidas a dar respuesta al crecimiento de la población previsto para las próximas décadas. Si analizamos las diferentes ofertas de empleo y formativas relacionadas con el ámbito social, podemos ver cómo muchas de ellas están relacionadas directa o indirectamente con el ámbito de la atención gerontológica o con los sectores de Dependencia y Discapacidad, normativas totalmente relevantes dentro de la atención de las necesidades de las personas mayores. 

Por tanto, nos encontramos ante un sector en pleno crecimiento y expansión, que cada vez alberga más oportunidades laborales y que, por consiguiente, se encuentra en plena adaptación y desarrollo para cubrir las necesidades de una población que se enfrenta a un crecimiento sin precedentes hasta la fecha. Como sucede en la mayoría de los ámbitos, cuando existe un aumento de la presencia de las instituciones privadas, también puede surgir un aumento de ciertos aspectos negativos y contraproducentes que interfieren en lo que a intervención sociosanitaria se refiere. Por un lado, podría existir cierto riesgo de especulación con la atención gerontológica, pudiendo dar paso a una visión demasiado comercial de la misma en la que los aspectos de marketing podrían primar frente a los objetivos fundamentales del sector. Por otro lado, también debemos reparar en la parte negativa que la competitividad entre los diferentes agentes implicados podría generar ante las diferentes necesidades existentes.

El sector de la gerontología es un ámbito complejo, en constante cambio y en el que confluyen múltiples aspectos. También hemos podido observar cómo nos encontramos ante un reto sin precedentes, en el que al gran aumento del número de personas mayores se suman todos los avances y procesos que se están poniendo en marcha, y que no dejan de ser parte de lo que ya podemos considerar como la nueva concepción del envejecimiento y de la atención a la gerontología. Algunos aspectos recogidos en los principios generales del Trabajo Social son la dignidad, la autodeterminación y la individualidad, que están cada día más presentes en la gerontología, dando como resultado una “gerontología social”, que persigue la racionalización del cuidado y de la intervención en un proceso en el que usuarios/as, familiares y profesionales se vean beneficiados por los diversos avances que estamos viviendo en la actualidad. De igual manera, tampoco podemos obviar el peso que el Trabajo Social está teniendo en esta evolución de la que hablamos, siendo parte activa del proceso de cambio y convirtiéndose en una figura referente dentro de los equipos multidisciplinares dirigidos a atender las necesidades de las personas mayores.

Estos son algunos de los retos ante los que se enfrenta actualmente la atención gerontológica y todos/as los/as profesionales que conformamos este extenso ámbito. Obviamente estos no son los únicos y continuarán sumándose muchos más con el paso del tiempo y con el aumento del número de personas susceptibles de ser englobadas dentro de este sector. No debemos perder de vista que la intervención social tiene, como su propio nombre indica, su razón de ser en el trabajo con las personas y, por su propia condición, se mueve en un ámbito en constante cambio y movimiento. Por todo ello, será complicado que en algún momento encontremos un modelo de intervención “definitivo” o que no acepte cambios en su aplicación, puesto que esta búsqueda de nuevas formas de intervención será en sí misma la forma de garantizar la calidad del cuidado.

De esta forma garantizaremos el desarrollo social de todos ellos, luchando por la accesibilidad, potenciando y reclamando la intervención de los entes públicos, reduciendo las situaciones de soledad, velando por la situación de los entornos sociofamiliares y regenerando la situación de nuestro sistema de dependencia, tal y como llevamos haciendo durante todos estos años. De esta manera, también estaremos potenciando el establecimiento de criterios comunes que regulen aspectos tan controvertidos como las diferentes ratios de personal en los centros, las funciones de los/as profesionales, los elementos que son considerados como sujeción, las medidas de las estancias de los centros, etc. En definitiva, una suma de criterios en la que haya cierta homogeneidad en pos de una mejora de la calidad del cuidado y una unificación de conceptos que ayude a despejar ciertas dudas y elementos confusos que todavía hoy siguen surgiendo en el ámbito de la atención gerontológica.

Esta entrada es un extracto del artículo “Análisis del futuro de la intervención gerontológica desde una perspectiva social.”, de Rubén Yusta Tirado, publicado en el número 27 de la revista Actas de Coordinación Sociosanitaria.

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