El entorno exterior y los edificios públicos tienen un impacto importante sobre la movilidad, la independencia y la calidad de vida de las personas mayores y afectan su capacidad para “envejecer en casa”.
En términos prácticos, una ciudad para todas las edades es aquella que adapta sus estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyan a las personas mayores con diversas necesidades y capacidades.
En este sentido, el proyecto Red Mundial de Ciudades Amigables con las personas mayores ayuda a las ciudades a prepararse para dos tendencias demográficas mundiales: el envejecimiento rápido de la población y la urbanización creciente.
El proyecto, que nació en 2006 auspiciado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), está dirigido a los factores medioambientales, sociales y económicos que influyen en la salud y el bienestar de las personas mayores.
En España, las ciudades adheridas a esta Red Mundial son:
- Andalucía (Arriate, La Palma del Condado, La Puebla de Cazalla, Pinos Puente, Utrera).
- Aragón (Zaragoza).
- Cantabria (Santander).
- Cataluña (Barcelona, Berga, Gava, Granollers, Igualada, Manresa, Terrassa, Vic).
- Comunidad de Madrid (Las Rozas, Madrid, Tres Cantos).
- Comunidad Valenciana (Llíria, Torrent).
- Extremadura (Almendralejo, Badajoz, Los Santos de Maimona, Mata de Alcántara, Mérida, Oliva de la Frontera, Villanueva de la Serena).
- Galicia (Castrelo de Miño, Ourense).
- La Rioja (Ezcaray).
- País Vasco (Bilbao, Durango, San Sebastián, Vitoria).
Y están pendientes de resolución por la OMS:
- Asturias (Tineo).
- Castilla-La Mancha (Guadalajara).
- Cataluña (Castellar del Vallés).
- Comunidad Valenciana (Castellón de la Plana).
- Murcia (Puerto Lumbreras).
Para formar parte de la Red, las ciudades deben enviar una carta del alcalde y la administración municipal en la que manifiesten su compromiso con el ciclo de mejora continua que caracteriza a la Red.
Más información
www.ciudadesamigables.imserso.es¿Qué es el diseño universal?
El diseño universal o diseño para todos es la actividad que dirige sus acciones al desarrollo de productos y entornos de fácil acceso para el mayor número de personas posible, sin la necesidad de adaptarlos o rediseñarlos de una forma especial.
El diseño debe ser igual o equivalente para todos, cómodo, estético y seguro
Con el diseño para todos se construye un entorno accesible y universal, sin barreras, y se desarrollan los productos y servicios, de forma que puedan ser utilizados por todos los ciudadanos, que aporten la máxima autonomía personal posible y con independencia de su capacidad funcional.
El diseño universal beneficia a todas las personas de todas las edades
Algunos principios del diseño universal son los siguientes:
- 1. Igualdad y facilidad de uso, independientemente de sus capacidades y habilidades.
- 2. Flexibilidad, que se adecúe a un amplio rango de preferencias y habilidades individuales.
- 3. Simple e intuitivo, fácil de entender sin tener en cuenta la experiencia o los conocimientos.
- 4. Información comprensible en diferentes formatos.
- 5. Que exija poco esfuerzo físico.
- 6. Minimizar el riesgo de cometer un error.
- 7. Tamaños y espacios apropiados para, por ejemplo, el uso de ayudas técnicas.
En este sentido, algunos ejemplos de diseño universal pueden ser: suelos antideslizantes y sin escalones o con vías alternativas, espacios amplios con fácil acceso a una silla de ruedas, baños adaptados, señalización pensada para personas con problemas visuales, etc.
Si los arquitectos y diseñadores construyeran teniendo en cuenta estos principios, no habría que pensar en la adaptación de espacios, productos o servicios.
El diseño universal es esencial para construir ciudades para todas las edades
¿Existen las viviendas para toda la vida?
Sí. Una vivienda accesible y fácilmente adaptable es una vivienda para toda la vida. Por eso, los expertos se apresuran en buscar nuevas fórmulas que satisfagan el deseo mayoritario de las personas (independientemente de su edad) de envejecer en casa.
El Código Técnico de la Edificación (CTE), que es la normativa que regula la construcción de edificios en España desde 2006, obliga a que las viviendas sean accesibles. Esto quiere decir que cumplen unos criterios que hacen que el máximo número de personas puedan acceder, visitar y utilizar.
Todos, en algún momento, pasamos por situaciones donde tenemos reducida nuestra movilidad
Por ejemplo, para limitar el riesgo de que los usuarios sufran caídas, los suelos serán adecuados para favorecer que las personas no resbalen, tropiecen o se dificulte la movilidad. Asimismo, se limitará el riesgo de caídas en huecos, cambios de nivel, escaleras y rampas.
Por otro lado, entre las alternativas a envejecer en casa, encontramos las cooperativas de viviendas o “cohousing” en inglés, un tipo de vivienda colaborativa que varios grupos de mayores ya han puesto en marcha en España para vivir juntos como ellos quieren. Es el caso de Trabensol, Centro Social de Convivencia para Mayores en Torremocha de Jarama (Madrid).
El “cohousing” comenzó en Dinamarca a finales de los años 60 y, posteriormente, se extendió a Canadá y Estados Unidos, donde más se ha desarrollado esta forma de comunidad. Se trata de un modelo residencial basado en potenciar los lazos vecinales, que plantea un conjunto de viviendas en torno a equipamientos comunes.
Este tipo de comunidades están formadas por unas 20 o 30 viviendas unifamiliares completamente accesibles, diseñadas y desarrolladas por los residentes, junto con amplios espacios y facilidades comunes, que suelen incluir una casa común con cocina, salón comedor y salas multiusos, biblioteca, zonas verdes, espacios para los niños, etc.
Las personas que viven en un “cohousing” intergeneracional tienen más fácil evitar el sentimiento de soledad
¿Qué es la accesibilidad universal?
Accesibilidad universal es la característica que deben cumplir los entornos, bienes, productos y servicios, que permite a todas las personas su acceso, comprensión, utilización y disfrute de manera normalizada, cómoda, segura y eficiente. Resulta un concepto absolutamente contrapuesto al de barreras.
El incumplimiento del principio de accesibilidad universal y de la obligación de realizar ajustes razonables son considerados por ley como supuestos de violación del derecho a la igualdad de oportunidades de las personas con discapacidad.
Una buena accesibilidad es aquella que existe, pero que pasa desapercibida para la gran mayoría de usuarios, excepto para aquellos con problemas de movilidad o con limitaciones sensoriales, visuales o auditivas, que saben reconocer cuando se encuentran en un entorno accesible. Esta clase de accesibilidad se consigue cuando las barreras se resuelven, preferiblemente, mediante el diseño desde el origen, aunque también mediante ayudas técnicas o adaptaciones.
La accesibilidad universal presupone la estrategia de diseño universal o diseño para todas las personas, que se entiende sin perjuicio de los ajustes razonables que deban adoptarse
Espacios, productos y servicios se consideran accesibles si se ajustan a los requerimientos funcionales y dimensionales, que garanticen su utilización autónoma y cómoda para personas con movilidad reducida o con cualquier otra limitación.
Por consiguiente, la accesibilidad trata de encontrar la manera de que todas las personas, independientemente de sus capacidades, puedan disfrutar del medio que nos rodea, de la manera más sencilla posible y sin ningún tipo de impedimento. Accesibilidad debe ser siempre sinónimo de calidad y seguridad.
Centrándonos en el hogar, el arquitecto y experto en accesibilidad Heitor García Lantarón asegura que las personas mayores reclaman modelos de viviendas más flexibles, que les permitan cubrir una de sus mayores necesidades y principal demanda: envejecer en casa.
La accesibilidad es una necesidad para personas con discapacidad y una ventaja para todos los ciudadanos, aunque pueda pasar desapercibida
¿Qué es la usabilidad?
Accesibilidad y usabilidad son dos conceptos interrelacionados. La usabilidad se refiere a la facilidad con que las personas pueden utilizar un producto o sistema y está directamente relacionada con la calidad, eficacia y satisfacción percibidas.
La usabilidad está vinculada a la simpleza, facilidad, comodidad y practicidad del uso de un determinado producto. La usabilidad es, por tanto, una condición necesaria pero no suficiente para ofrecer una buena accesibilidad.
Por ejemplo, en un cuarto de baño y según los criterios de accesibilidad, la persona con discapacidad tiene que poder girar y maniobrar en la silla de ruedas. Para ello, debe poder inscribir una circunferencia de un diámetro de 1,50. Sin embargo, si el lavabo está en la misma pared de la puerta de entrada, la persona tendría que dar un giro de 360 grados. Por eso, teniendo en cuenta el concepto de usabilidad, lo lógico y cómodo es que el lavabo esté enfrente de la puerta, para acceder al mismo al entrar.
Ayudas y subvenciones
El sistema especial de prestaciones establecido en la Ley de Integración Social de las personas con discapacidad (Lismi), desarrollado en el Real Decreto 383/84, establece un conjunto de prestaciones económicas:
- Subsidio de Garantía de Ingresos Mínimos (SGIM).
- Subsidio por Ayuda de Tercera Persona (SATP).
- Subsidio de Movilidad y Compensación por Gastos de Transporte (SMGT) y de prestaciones técnicas.
- Asistencia Sanitaria y Prestación Farmacéutica (ASPF) destinados a la protección de las personas con discapacidad que por no desarrollar actividad laboral no están comprendidas en el campo de aplicación de la Seguridad Social.
Más información:
http://www.imserso.es/imserso_01/prestaciones_y_subvenciones/prestaciones_lismi/normativa_requisitos/index.htmLa gestión y reconocimiento del derecho a percibir una prestación social y económica para personas con discapacidad, se realiza por las comunidades autónomas que tienen transferidas las funciones y servicios del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). En las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla se hacen directamente por el Imserso.
La solicitud de la prestación podrá presentarse personalmente en las Oficinas de Servicios Sociales de las comunidades autónomas, del Imserso o en cualquier otra de la Seguridad Social, en las que se facilitará el impreso correspondiente. La gestión también puede realizarse por correo.
Direcciones y teléfonos de información de las comunidades autónomas y direcciones territoriales del Imserso:
http://www.imserso.es/imserso_01/prestaciones_y_subvenciones/prestaciones_lismi/donde_solicitar_prestaciones/index.htm