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La gonartrosis o artrosis de rodilla, es una enfermedad articular crónica, degenerativa y progresiva, que afecta a las rodillas y está caracterizada por la pérdida de cartílago, la formación de osteofitos y la deformación de la articulación hasta alterar su morfología y función.

Esta enfermedad se origina por el desgaste del cartílago de la rodilla, en general como resultado del envejecimiento normal y de los cambios degenerativos de los meniscos.

A medida que el cartílago que recubre la superficie ósea de la articulación se desgasta, los huesos pueden empezar a “rozarse”, lo que provoca inflamación, dolor y limitación de la amplitud de movimiento.

Se considera una enfermedad incapacitante por lo que un diagnóstico temprano es vital.

 

DIAGNÓSTICO DE LA ARTROSIS DE RODILLA

Su diagnóstico se basa en primer lugar en la historia clínica (dolor relacionado con la función, obesidad, práctica intensa de deporte...) y el estudio de los antecedentes traumáticos del paciente (fracturas de rodilla, lesiones de menisco y ligamentos). 

Es necesario determinar qué desencadena el dolor (subir o bajar escaleras, mantener una determinada postura, andar...) y encontrar signos relacionados (bloqueos dolorosos, derrames articulares...).

Además, requiere de una correcta exploración física y pruebas de imagen (radiografía, tomografía computarizada o resonancia magnética).

De este modo, el médico puede evaluar la gravedad y el alcance de la enfermedad.

De todas las enfermedades osteomusculares, la artrosis es la más frecuente en el mundo.

La gonartrosis en concreto es la patología articular más común y tiene una prevalencia del 25 al 30 % en personas de 45 a 65 años; y en mayores de 65 años la prevalencia asciende hasta el 85 %, siendo más frecuente en mujeres.

Lamentablemente la bibliografía nos muestra que la gonartrosis está aumentando en todo el mundo, y que incrementará su impacto afectando al 52% de la población en el año 2040, debido al envejecimiento de la población y el incremento de la obesidad.

Síntomas de la gonartrosis o artrosis de rodilla

Los síntomas de la gonartrosis incluyen:

  • Dolor.
  • Hinchazón.
  • Rigidez en la articulación.
  • Dificultad para caminar y realizar algunos movimientos.
  • Debilidad en la musculatura de la rodilla en algunos casos.

Además del dolor, algunos pacientes notan una sensación "de calor" y puede cursar con crepitación o "crujido" de la rodilla, tumefacción e inestabilidad articular.

El dolor aumenta con la actividad, especialmente con la carga pesada y la actividad intensa.

Los pacientes a menudo relatan que ya no pueden caminar y correr como antes y, en estadios más avanzados, incluso ven su capacidad para caminar mermada y unida a dolor.

Si la artrosis avanza, también puede producirse un ensanchamiento de la articulación, con deformidad y el debilitamiento gradual del músculo.

 

Tipos de gonartrosis

Existen cuatro grados distintos de gonartrosis que se clasifican según el nivel de daño del cartílago y los síntomas que se experimentan.

Grado 1

La primera fase de la gonartrosis se conoce como grado 1 y se caracteriza por un ligero estrechamiento del espacio articular, así como por los espolones óseos, denominados osteofitos.

El dolor y la inflamación asociados a este estadio son mínimos, y a menudo los cambios en el cartílago y las variaciones óseas sólo pueden verse mediante radiografías o resonancias magnéticas.

 

Grado 2

El grado 2 de la gonartrosis se conoce como leve y se caracteriza por un mayor estrechamiento del espacio articular y un aumento más visible de los osteofitos.

El dolor es algo más persistente y, en algunos casos, puede aparecer dificultad para mover la articulación.

 

Grado 3

El grado 3 de gonartrosis se describe como moderado y se asocia a un estrechamiento importante del espacio articular y al desarrollo de grandes espolones óseos u osteofitos.

Hay dolor constante, sobre todo al intentar mover la articulación, así como hinchazón y rigidez.

Es en este nivel donde el movimiento de la articulación empieza a verse dificultado.

 

Grado 4

El grado 4 de gonartrosis es el más grave y se caracteriza por estrechamiento del espacio articular, aumento de la hinchazón y la rigidez, y erosión del hueso subyacente.

Los pacientes experimentan dolor extremo, dificultad significativa para mover la articulación y pueden desarrollar deformidad.

En estos casos, la rehabilitación puede ayudar a mejorar los síntomas e incluso podría estar indicada la cirugía. 

 

A su vez, podemos clasificar la artrosis de rodilla en 2 tipos según su etiología:

  • Artrosis de rodilla primaria: cuando la causa es el envejecimiento.
  • Artrosis de rodilla secundaria: tras una lesión previa (fracturas, lesiones de cartílago y ligamentos...).

Es propia de personas que practican deporte de alta intensidad, que realizan actividades de riesgo (trabajos que obligan a determinadas posturas y movimientos) y de personas con sobrepeso.

 

Factores de riesgo de la gonartrosis

El envejecimiento es el factor de riesgo principal.

Con los años, el cartílago se vuelve más frágil y el riesgo de padecer esta patología aumenta.

Por otro lado, el sobrepeso también es un factor que puede contribuir al desarrollo de la artrosis de rodilla, ya que la sobrecarga mecánica ejerce presión sobre la articulación y aumenta su desgaste excesivo.

No hay que olvidar que la obesidad es una de las principales causas de la aparición de problemas articulares.

Además, hay un componente genético implicado, por lo que algunas personas tienen una predisposición a esta enfermedad.

El desarrollo de esta patología puede estar vinculado a lesiones traumáticas, tales como fracturas en las articulaciones, lesiones del cartílago, meniscectomías extensas, daños en los ligamentos, (especialmente en el ligamento cruzado anterior), y lesiones meniscales no tratadas que generan inestabilidad crónica.

Las personas que han sufrido traumatismos en los miembros inferiores se suelen afectar más por gonartrosis que el resto de la población.

Asimismo, una lesión en otra articulación (tobillo, cadera...) puede, por compensación, generar una gonartrosis.

 

También se ha observado que la actividad física intensa y la exposición profesional al trauma repetitivo pueden contribuir al desarrollo de la enfermedad.

Una sobreutilización de las articulaciones al repetir gestos durante la actividad profesional o deportiva puede contribuir a su desarrollo.

De esta manera, si se practica regularmente un ocio que implique flexiones y extensiones frecuentes, puede suponer una actividad de riesgo.

 

Por otro lado, hay factores hereditarios que también pueden favorecer el desarrollo de esta patología articular.

La fragilidad del cartílago también desempeña un papel importante, como ya hemos mencionado.

Entre las mujeres, la menopausia parece desempeñar un papel en la artrosis que las terapias de reemplazo hormonal no parecen subsanar.

Los trastornos metabólicos también se pueden correlacionar con la gonartrosis, específicamente la diabetes y la obesidad.

Otra circunstancia que incrementa las posibilidades de desarrollar esta enfermedad es la falta de fuerza muscular de los cuádriceps.

Asimismo, existe una diferencia entre el sexo ya que es más común entre las mujeres que entre los hombres.

Muchos de estos factores están interrelacionados y pueden influir en el desarrollo de esta enfermedad.

Por ello, es fundamental realizar una valoración temprana para lograr una correcta terapia.

Del mismo modo, se debe evitar el sedentarismo y practicar ejercicios de tonificación muscular para prevenir lesiones en las articulaciones.

 

Y una vez que la gonartrosis ha aparecido, ¿qué factores la agravan?

El exceso de peso, además de factor de riesgo, es también un factor agravante de la artrosis de rodilla.

En el caso de tener un Índice de Masa Corporal alto, la articulación soporta demasiado peso.

La deformidad de los miembros inferiores favorece la artrosis, especialmente la de rodilla:

  • En el caso de un genu varo, las rodillas quedan distantes entre sí, incluso cuando se acercan las piernas.
    Dado que el centro de gravedad de la rodilla se desplazó hacia el interior (varo), la presión aumenta sobre el compartimento medial de la articulación femorotibial y acentúa el deterioro del cartílago.
  • En caso de genu valgo (piernas en X), la articulación (compartimento lateral) también está sometida a presiones inadaptadas que pueden causar artrosis.

Si la rodilla presenta disfunciones anatómicas y biomecánicas, es posible que la rótula no siga un camino fisiológico, natural, y puede generar un deterioro del cartílago.

No se debe olvidar que la rodilla es una articulación que forma parte de un conjunto y una lesión en el pie, el tobillo o la cadera, puede repercutir en su buen funcionamiento.

 

Pronóstico

Aunque en general la artrosis no se trata de una enfermedad grave, sí que puede minar poco a poco la calidad de vida de aquellos afectados, llegando a ser una enfermedad incapacitante.

Su pronóstico depende de la historia clínica del paciente (presencia de enfermedades metabólicas, obesidad, lesiones previas en la rodilla...), de su edad, del grado de afectación en el momento del diagnóstico y de las estructuras afectadas. 

Es importante un diagnóstico temprano, ya que este junto con las medidas de prevención articular puede contribuir a ralentizar su evolución y desarrollo.

El dolor y la falta de movilidad son los principales factores que tienen incidencia en la calidad de vida del paciente, haciendo que esta disminuya a medida que avanza la enfermedad.

Por ello, para mejorar el pronóstico de estos pacientes es fundamental controlar el dolor y mejorar la movilidad articular con terapia física y ejercicios, así como llevar una vida activa con hábitos de alimentación sanos.

Tratamiento de la gonartrosis

Actualmente la artrosis de rodilla no tiene cura, si bien los pacientes cuentan con distintos tratamientos para mejorar su situación.

Los objetivos del tratamiento de la gonartrosis son:

Reducir el dolor y la inflamación.

  • Prevenir la aparición de deformaciones y el progreso de la enfermedad.
  • Preservar la amplitud de movimiento y la masa y fuerza musculares.
  • Desarrollar una marcha lo más funcional posible.

Tratamiento tradicional

Con estos objetivos en mente, el tratamiento tradicional de la gonartrosis puede incluir:

  • Uso de analgésicos y antiinflamatorios bajo prescripción médica para disminuir el dolor y la inflamación.
  • Cambios en el estilo de vida y bajar de peso en los casos que lo requieran.
  • Fisioterapia y ejercicios específicos para fortalecer los músculos, aumentar la flexibilidad, y ayudar al estiramiento muscular y la coordinación.
  • Cirugía de prótesis de rodilla, en artrosis de rodilla más avanzadas y limitantes.

El calor también puede ser una opción de tratamiento, para aliviar el dolor y la inflamación.

 

El uso de órtesis en algunos casos podría estar indicado.

El tratamiento tópico con capsaicina o las cremas y geles con antiinflamatorios no esteroideos pueden ser beneficiosos a corto plazo y debe estudiarse su conveniencia según cada paciente.

La fisioterapia puede ser una buena forma de ayudar a reducir los síntomas de la gonartrosis y aumentar la movilidad general.

Los ejercicios que mejoran la fuerza, la propiocepción y la amplitud de movimiento de la rodilla, los estiramientos especiales, así como la hidroterapia y la electroterapia, pueden aliviar el dolor y mejorar el movimiento.

El ácido hialurónico infiltrado en la rodilla (viscosuplementación), puede ayudar a determinados pacientes meticulosamente seleccionados.

En cuanto a las infiltraciones con corticoesteroides, se observa una disminución del dolor en el corto plazo y pueden ser beneficiosas en pacientes con derrame articular, debidamente seleccionados.

No hay evidencia clara de que los suplementos dietéticos (nutracéuticos) sean beneficiosos en este tipo de procesos y por ello no se pautan a nivel general a los pacientes con gonartrosis.

 

El último escalón del tratamiento: la cirugía

En caso de artrosis de rodilla avanzada resistente a tratamientos no invasivos, como los descritos anteriormente (fisioterapia, medicación, ejercicios...), la cirugía puede ser un tratamiento alternativo.

Aunque la cirugía de prótesis de rodilla es el mejor tratamiento para algunos pacientes, su indicación debe considerarse debidamente (sobre todo en pacientes con obesidad o edad avanzada), dada la posibilidad de complicaciones.

Para algunos pacientes, la prótesis de rodilla puede ser la única opción para restaurar la función de la rodilla y reducir el dolor y debe ser un médico experto en la intervención quien podrá proporcionar orientación sobre las posibles ventajas y riesgos.

 

Nuevos tratamientos: células madre, factores de crecimiento plaquetario y laserterapia para la artrosis de rodilla.

En los últimos años, la medicina moderna ha abierto un nuevo mundo de posibilidades a la hora de abordar la artrosis de rodilla.

Tratamientos como la infusión de células madre, los factores de crecimiento ricos en plaquetas y la terapia láser ofrecen la posibilidad de regenerar el tejido, aliviar el dolor y recuperar la movilidad.

Estas terapias proporcionan una nueva esperanza a los pacientes con artrosis de rodilla que buscan una alternativa a la cirugía y a los medicamentos.

 

Células madre

La terapia con células madre autólogas, es una técnica innovadora que consiste en introducir en la articulación células madre del propio paciente.

Estas células se desplazan a la zona afectada y segregan moléculas para desencadenar el propio proceso de curación del organismo.

Esto favorece el desarrollo de nuevo cartílago y la mejora de la función articular.

Por ello, su uso en pacientes con gonartrosis puede suponer un gran avance terapéutico en el tratamiento de esta enfermedad.

Es una terapia prometedora, aunque aún son necesarios más estudios en cuanto al correcto protocolo de tratamiento por esta vía antes de convertir a las células madre en un tratamiento general para estos pacientes.

 

Factores de crecimiento plaquetario

La terapia con plasma rico en factores de crecimiento (o PRGF por sus siglas en inglés), es un tratamiento autólogo que hace uso de los factores de crecimiento presentes en la propia sangre del paciente, los cuales se infiltran en la rodilla.

Los factores de crecimiento ricos en plaquetas son proteínas naturales que se encuentran en la sangre y ayudan a reducir la inflamación y el dolor.

Estimulan la reparación del cartílago dañado, así como la producción de cartílago nuevo, lo que mejora el funcionamiento de la articulación.

Son secretados por las plaquetas en respuesta a una lesión en un tejido y tienen diversas funciones en el organismo, como promover la curación de los tejidos dañados, activar el sistema inmunitario y regular la inflamación.

Por este motivo, utilizar factores de crecimiento o plasma rico en plaquetas para tratar la artrosis de rodilla puede ser muy beneficioso.

Además no produce rechazo al ser un tratamiento autólogo, es decir, del propio paciente.

Los estudios realizados hasta ahora muestran una mejora significativa de los síntomas de la artrosis de rodilla tras el tratamiento con factores de crecimiento.

Esto incluye una reducción del dolor, una mejora de la movilidad y una disminución de la inflamación.

Estos resultados pueden ser de gran ayuda para quienes padecen artrosis de rodilla, permitiéndoles llevar una vida más activa y sin dolor, aunque aún debe estudiarse su impacto positivo real a medio y largo plazo.

 

Laserterapia>

La laserterapia puede presentar beneficios en los ángulos de movimiento y la capacidad funcional de la rodilla en este tipo de pacientes, aunque son necesarios más estudios al respecto.

Esta nueva terapia consiste en administrar energía láser directamente en la articulación de la rodilla, lo que ayuda a reducir la inflamación y los síntomas asociados.

Además, el uso de la laserterapia también parece mejorar la circulación sanguínea en la articulación de la rodilla ayudando a aumentar la cantidad de oxígeno en la zona, a mejorar su nutrición y la curación, a reducir la rigidez y el dolor, así como a mejorar la amplitud de movimiento de la rodilla.

Por último, se ha visto que la terapia láser potencia los efectos de otros tratamientos, como las células madre, el plasma rico en plaquetas y los medicamentos antiinflamatorios.

Esto tiene una consecuencia muy positiva en el tratamiento de la gonartrosis pues, por ejemplo, reduce la cantidad de medicamentos antiinflamatorios necesarios.

 

Consejos de prevención de la gonartrosis

Aunque es una enfermedad crónica y degenerativa, ciertos cambios en el estilo de vida pueden ayudar a evitar en algunos casos su aparición y a reducir sus síntomas y su progresión.

Entre estos cambios figuran:

  • Llevar una vida activa y una dieta sana y variada.
  • Mantenerse en valores de normopeso.
  • Uso de calzado adecuado.
  • Realizar actividad física moderada para evitar el impacto directo sobre la rodilla.

La mejor forma de prevenir daños en la articulación de la rodilla es mantener una buena postura, permanecer activo, utilizar calzado adecuado con tacón bajo y suela acolchada, y evitar levantar objetos pesados con frecuencia.

Para las personas con sobrepeso, la pérdida de peso también puede ser beneficiosa para reducir la carga que soporta la articulación de la rodilla.

De hecho, el control del peso es clave para evitar el dolor y el desgaste excesivo de la articulación de la rodilla.

La recomendación de llevar una dieta sana y variada incluye limitar los alimentos y bebidas con alto contenido calórico y tomar alimentos ricos en nutrientes, como verduras, frutas, granos enteros y lácteos bajos en grasa.

Además, deben incluirse en la dieta fuentes saludables de vitamina D, como pescados grasos, setas y huevos para ayudar a mantener sanos los huesos y las articulaciones.

El ejercicio regular de intensidad moderada también es importante, ya que ayuda a fortalecer los músculos de la rodilla y los cuádriceps y mejora la flexibilidad.

 

Envejecimiento saludable

El envejecimiento es la primera causa de artrosis de rodilla.

Si aparece en la madurez o en la tercera edad, debemos actuar durante los primeros estadios de la enfermedad para conservar la calidad de vida.

Para ralentizar su progresión, es fundamental mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta nutritiva.

Comer alimentos ricos en nutrientes y bajos en calorías, evitando los alimentos no nutritivos, como las patatas fritas de bolsa, los dulces, los productos ultraprocesados y/o con mucho azúcar, los refrescos y el alcohol, puede ayudar a envejecer mejor con artrosis.

Además, el mantenimiento del peso dentro de unos rangos de salud es vital para no sobrecargar las rodillas y poder gozar así de una vida activa.

La fisioterapia, los ejercicios y el ejercicio moderado también son importantes para que los pacientes con gonartrosis puedan mantener la movilidad dentro de unos rangos que les permitan ser autónomos a medida que envejecen.

Publicaciones, documentos técnicos y websites con información.

 

Contactos de interés 

  •  Sociedad Española de Reumatología (SER)
    +34 91 576 77 99
    Marqués del Duero 5, 1ª planta, 28001 Madrid, España.
    https://www.ser.es/
    Fundación Española de Reumatología: https://inforeuma.com/  
  • Fundación Mundial de la Artrosis (OAFI Foundation)
    +34 931 59 40 15
    Carrer de Tuset, 19, 080006 Barcelona, España.
    https://www.oafifoundation.com/  
  • Asociación Española Con la Osteoporosis y la Artrosis (Aecosar)
    +34 914 31 22 58
    Aviador Zorita, 13- 210 1ºC, Madrid, España.
    aecosar.es
     

1. ¿Cómo se diagnostica la gonartrosis?

En primer lugar, es esencial conocer los síntomas de la enfermedad (dolor con el movimiento, inflamación, rigidez…), para determinar si alguien la padece y su gravedad.

Además, para confirmar el diagnóstico de la enfermedad, pueden solicitarse radiografías, tomografías computarizadas y resonancias magnéticas.

 

2. ¿Cuáles son los síntomas principales?

Hay que comprender que se trata de una enfermedad inflamatoria, crónica, degenerativa y progresiva.

Los principales signos de esta afección son dolor, limitación para realizar movimientos articulares, rigidez, crepitación, inflamación o edema, incapacidad para flexionar la rodilla e inestabilidad articular o atrofia muscular.

 

3. ¿Hay cura para la artrosis de rodilla?

Aunque no existe cura para la enfermedad, el dolor, la inflamación y las limitaciones de movimiento, pueden aliviarse siguiendo un correcto tratamiento que variará según el grado de afectación (con antiinflamatorios, analgésicos, fisioterapia, aplicación de calor, cremas y geles...).

Es muy importante seguir una dieta sana y realizar ejercicios adaptados al paciente

La actividad y el ejercicio físico moderado también son esenciales para mantener fuertes y estables los músculos que rodean la articulación de la rodilla, ayudando a prevenir la rigidez, el dolor y la inflamación.

En casos graves con limitación severa la cirugía puede estar indicada.

 

4. ¿A quién afecta la Gonartrosis?

Suele afectar a personas mayores por el desgaste paulatino del cartílago de la rodilla, pero puede afectar a personas de cualquier edad si una persona está expuesta a factores de riesgo como el ejercicio de alta intensidad, las lesiones de rodilla, sobrepeso...

Además, es más frecuente en mujeres.

 

5. ¿La artrosis de rodilla es hereditaria?

La gonartrosis no es hereditaria, si bien hay cierto riesgo genético que unido a otros factores puede llevar a la aparición de la enfermedad.

 

6. ¿Qué diferencia hay entre la artrosis y la artritis de rodilla?

La artritis de rodilla consiste en la inflamación crónica de esa articulación con dolor de carácter inflamatorio pero sin destrucción del cartílago.

En la artrosis de rodilla además de inflamación hay degeneración y desgaste del cartílago, con dolor ligado a la función.

Esa afectación del cartílago es la principal diferencia, pero también se diferencian en las áreas de afectación, pues la artritis puede afectar a varias articulaciones de forma simétrica y la artrosis afecta normalmente a una articulación.

Otra diferencia entre ambas son los síntomas.

La artritis puede causar síntomas generales como fiebre, malestar, cansancio, pérdida de apetito... e incluso afectar a otros órganos como en el caso de la artritis reumatoide.

Sin embargo, los síntomas de la artrosis de rodilla son locales: dolor relacionado con la función que puede cesar en reposo, inflamación, rigidez, limitación del movimiento

 

7. ¿Qué no puedo hacer con artrosis de rodilla?

Los pacientes con gonartrosis deben evitar estar mucho tiempo con la misma postura o de pie sin moverse, evitar posturas como estar de rodillas y en cuclillas, evitar las escaleras y los ejercicios que supongan un impacto para la rodilla como correr o cargar mucho peso.

 

8. ¿Qué produce la artrosis de rodilla?

No está claro exactamente qué hace que la artrosis aparezca en algunos individuos y en otros no, pero sabemos que hay ciertos factores que predisponen a ella como la edad, la obesidad, las enfermedades metabólicas, el sedentarismo, el ejercicio intenso...

La gonartrosis se produce por la degeneración y el desgaste del cartílago de la rodilla causando dolor, inflamación, rigidez, limitación de la función, etc.

 

9. ¿Cómo evitar que avance la artrosis de rodilla?

 Para ralentizar la progresión de la artrosis de rodilla es esencial:

  1. Mantener el peso dentro de unos rangos de salud evitando el sobrepeso que puede sobrecargar las rodillas.
  2. Realizar actividad física moderada.
  3. Seguir una dieta variada y equilibrada evitando el exceso de alimentos azucarados y/o hipercalóricos sin calidad nutricional.
  4. Acudir a las revisiones médicas establecidas.
  5. Seguir el tratamiento pautado, tanto farmacológico como de ejercicios, fisioterapia, estiramientos…
  6. Evitar actividades de impacto para la rodilla como correr, saltar, subir y bajar escaleras en exceso, coger mucho peso con frecuencia, etc.

En general, unos hábitos de vida saludables, evitando el sedentarismo, así como el seguimiento del plan de tratamiento, pueden ayudar a que la enfermedad progrese más lentamente y a aliviar sus principales síntomas.

  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINES): grupo de medicamentos con propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antipiréticas (para disminuir la fiebre) gracias a la inhibición que ejercen sobre la enzima ciclooxigenasa.
  • Autólogo: "del propio cuerpo". Término médico usado para indicar aquellos trasplantes. transfusiones y tratamientos en los que una persona es a la vez donante y receptora.
  • Bursas: tejido en forma de saco o bolsa con líquido sinovial en su interior, que localizada entre dos superficies articulares, tendones o músculos, evita el roce entre ellos y mejora la función ante el movimiento.
  • Etiología: área de la medicina que estudia el origen y las causas de las enfermedades y patologías.
  • Genu Varo: situación en la que una o ambas rodillas se desvían hacia el interior, juntándose entre ellas. Se produce por la desalineación entre el fémur y la tibia y si se produce en ambas rodillas las piernas adquieren una forma de X.
  • Genu Valgo: situación en la que, una o ambas rodillas se desvían hacia el exterior, separándose una de la otra. Si se produce en ambas rodillas las piernas adquieren una forma de paréntesis.
  • Membrana sinovial: lámina de tejido conjuntivo que cubre el interior de las articulaciones y las bursas existentes en tendones y huesos. Esta membrana produce el líquido sinovial, de consistencia espesa, actúa como lubricante o amortiguador en los extremos de los huesos para evitar la fricción entre ellos. 
  • Normopeso: peso saludable para una persona que es recomendable mantener para disfrutar de buena salud.
  • Nutracéuticos: suplementos dietéticos como la boswellia serrata, los lípidos insaponificables de aguacate, el colágeno, la cúrcuma, el extracto de cáscara de fruta de la pasión, los ácidos grasos omega-3, el ácido gama-linoleico, la L-carnitina... supuestamente beneficiosos para procesos como la artrosis. No hay evidencia científica clara al respecto.
  • Órtesis:
    Las órtesis se utilizan para rehabilitación, prevención de lesiones, reparación de lesiones y dolor.
    Son un dispositivo médico externo que proporcionan estabilización, protección, soporte y mejoran la función y el movimiento.
    Algunos ejemplos de órtesis son las férulas, soportes, bastones, andadores, sillas de ruedas y muletas, utilizados para rehabilitación, prevención y reparación de lesiones y alivio del dolor.
    Estos dispositivos no son reemplazo para ninguna parte del cuerpo, sino que sirven como apoyo externo para mejorar la función.
  • Osteofitos: protuberancias óseas en la superficie de las articulaciones producidas por el crecimiento anormal del hueso en puntos concretos de la articulación, tras algunas lesiones deportivas o por procesos crónicos como la artrosis. También se les conoce como "espolones".
  • Osteomuscular: relativo al hueso y al músculo.
  • Viscosuplementación: infiltración con ácido hialurónico en una articulación, normalmente la rodilla, para disminuir el dolor y mejorar la función en situaciones como la artrosis.