¿Qué son las terapias no farmacológicas?
Las Terapias No Farmacológicas (TNF) son intervenciones terapéuticas que, sin recurrir a los fármacos, previenen o retrasan la aparición de determinadas patologías y mejoran la calidad de vida de las personas. Las TNF están especialmente recomendadas para los síntomas conductuales y psicológicos de las demencias.
Teniendo en cuenta sus beneficios, cada vez es más común que los profesionales que trabajan con personas mayores integren estas terapias en sus programas individuales de atención, con el objetivo de promover la autonomía personal y prevenir la aparición o agravamiento de situaciones de dependencia.
Las investigaciones han demostrado que las intervenciones psicosociales pueden ser tan efectivas y, en algunos casos más, que el uso de fármacos para mejorar la calidad de vida de las personas con demencia y sus cuidadores.
Las intervenciones farmacológica y terapéutica no son excluyentes, sino complementarias
En ocasiones, las TNF aplicadas a pacientes con alteraciones del comportamiento logran reducir el número de fármacos consumidos. Por tanto, la intervención perfecta será aquella que combine ambos tratamientos para que la mejoría clínica que aportan los fármacos se vea incrementada.
Las TNF no tienen efectos secundarios, pero deben adaptarse a cada paciente y tener en cuenta su patología y poder así elaborar un manual de intervención personalizado.
Beneficios
- Retrasan el deterioro cognitivo.
- Permiten recuperar las funciones perdidas o mantener las actuales.
- Fomentan la autonomía en las actividades de la vida diaria.
- Potencian la autoestima de las personas, gracias al refuerzo de estímulos positivos: "Yo soy capaz de hacerlo".
- Menor consumo de psicofármacos.
- Mejor calidad de vida y bienestar psicológico.
- Retraso de la institucionalización de los pacientes.
- Ausencia de efectos secundarios.
- Por su flexibilidad, pueden personalizarse y adaptarse a casos individuales.
- Mejora física y emocional de los cuidadores.
Tipos de intervenciones
Terapias de
reminiscencia
Rehabilitación cognitiva y afectiva a partir de acontecimientos o experiencias del pasado remoto (acontecimientos vividos, hechos, canciones antiguas, etc.). Una acción concreta puede ser la elaboración del libro de la vida.
Estimulación
psicomotriz
A través del movimiento, se facilita y potencia el desarrollo físico, psicológico y social de la persona.
Talleres
de hábitos
saludables
Contribuyen a prevenir el deterioro cognitivo. Por ejemplo, talleres de memoria, sueño, psicoestimulación, cocina, jardinería, etc.
Las Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD)
Mediante estímulos verbales, visuales o físicos, pretende mantener la mayor autonomía posible para desarrollar las ABVD en distintos aspectos: autocuidado y movilidad (higiene y aseo personal, vestido, alimentación, movilidad funcional y uso de productos de apoyo); manejo en el entorno (transporte público, toma de medicación, hacer la compra); y actividades relacionadas con el trabajo y el tiempo libre.
Danza
terapéutica
El uso psicoterapéutico del movimiento dentro de un proceso creativo (danza) busca armonizar el cuerpo y la mente de la persona, lo que mejora los síntomas conductuales y psicológicos asociados a la demencia, incrementa la movilidad y coordinación y ayuda a mantener la identidad de la persona al reforzar la conciencia de sí mismo.
Musicoterapia
La música estimula las capacidades cognitivas y constituye un refuerzo positivo afectivo, lo que también mejora el estado físico. Las canciones que una persona ha escuchado a lo largo de su vida despiertan sus sentidos, convirtiéndose en un perfecto vehículo de expresión de pensamientos, que permite acceder a sus emociones y recuerdos.
Aromaterapia
Las propiedades de los aceites esenciales de las plantas aromáticas mejoran las alteraciones de conducta de las personas con demencia. Los aromas evocan recuerdos y sensaciones, armonizan el cuerpo y la mente y, por consiguiente, mejoran la calidad de vida de las personas.
Salas
multi-sensoriales
Se utilizan diferentes estímulos dirigidos a alguno de los cinco sentidos, con el fin de favorecer las actividades cognitivas y mejorar la conducta. Algunas de las acciones terapéuticas son: utilización del tacto, uso de la luz, olores, sonidos, estimulación multisensorial, etc.
Hidroterapia
Emplea el agua a distinta temperatura para la prevención y tratamiento de enfermedades agudas y crónicas.
Terapia
con animales
Los animales, preferentemente perros, que se integran en las terapias permiten que las personas con demencia mejoren a nivel cognitivo, funcional y anímico. Además, estimula la comunicación y las relaciones sociales, mejora la autoestima y tiene un efecto relajante que disminuye las alteraciones de conducta. Personas con demencia que no se levantaban de la silla de ruedas desde hacía meses, comienzan a caminar para jugar o dar de comer al perro.
La roboterapia
Utiliza robots que simulan animales, dotados de inteligencia artificial y múltiples sensores que les permite comportarse e interactuar con los usuarios como si de un animal real se tratara. Esta terapia obtiene buenos resultados en la reducción del nivel de depresión y estrés asociado a las enfermedades neurodegenerativas.
Ayudas
externas
Utilización de material o dispositivos que sustituyen las capacidades cognitivas perdidas, con el fin de recuperar o mantener alguna actividad funcional o social relevante para el enfermo: uso de agendas para recordar las citas, avisadores para tomar la medicación, etc.
Terapias con TIC
- Gradior es un software de rehabilitación neuropsicológica a través del ordenador, que permite realizar programas de entrenamiento y recuperación de las funciones cognitivas (atención, memoria, orientación…) en personas que presentan déficits o deterioros cognitivos.
- La Wiiterapia aprovecha el potencial del videojuego como alternativa lúdica de estimulación cognitiva y como una oportunidad para la mejora integral de la calidad de vida de las personas con demencia. A través de juegos de entrenamiento cerebral se generan situaciones lúdicas que permiten la estimulación de las funciones cognitivas y promueven la interacción social. Asimismo, entrena la movilidad de las articulaciones, el equilibrio, la movilidad visual-manual, los procesos de atención, reflejos y resistencia física. El componente lúdico aumenta la motivación, implicación y participación en la terapia.