Cuidar de una persona en situación de dependencia supone un desgaste físico y emocional que puede acarrear complicaciones a largo plazo para la propia salud y bienestar del cuidador. Por eso, los cuidadores de personas en situación de dependencia también necesitan ser cuidados y, sobre todo, aprender a cuidarse sin tener sentimientos de culpa; una de las tareas más importante, y más olvidada al mismo tiempo.
El motivo está claro. Necesitan cuidar de sí mismos para mantener un estado de salud óptimo que les permita poder seguir atendiendo bien a su familiar; cuidar de sí mismos es vital para poder ofrecer calidad de vida a la persona que se cuida. Lo contrario, asumir una carga de tareas excesiva o no descansar lo suficiente, puede jugar en nuestra contra, produciéndonos cansancio, tensión y nerviosismo elevados, aislamiento, etc.
La necesidad del autocuidado
El autocuidado nos permitirá:
- Encontrarnos en mejor disposición física y mental para realizar las tareas del cuidado.
- Tener sensación de control de nuestra vida y realidad cotidiana.
- Mantener un estado de serenidad y bienestar en todo momento.
Fuente: www.sercuidador.es
Pide ayuda
Pedir ayuda no es una muestra de debilidad. A medida que el cuidador va aceptando la realidad, empieza a darse cuenta de que esta nueva situación no sólo va a influir en la vida de su familiar, sino que también va a alterar profundamente su propia vida y la de las personas que le rodean. El cuidador no tiene por qué enfrentarse solo a todos los problemas. Tenemos nuestras limitaciones.
- Pide ayuda a familiares y amigos
- Ayuda profesional
- Ayudas técnicas y adaptaciones en el hogar
No descuides tu alimentación
Una buena alimentación es importante para una buena salud y una mejor calidad de vida. Comer cinco veces al día, evitar las comidas copiosas y llevar una dieta sana, equilibrada y variada, aportará a tu organismo todos los nutrientes necesarios para reponer energías y poder realizar todas tus tareas.
- No te saltes ninguna comida
- Siéntate a comer
- Come de manera pausada
Intenta hacer ejercicio físico
Para cuidar a otra persona en las mejores condiciones, es fundamental que la persona cuidadora se encuentre en plena forma física. Realizar ejercicio ayuda a minimizar las tensiones diarias y nos permite mantener la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio. 30 minutos de ejercicio al día son suficientes para mejorar la salud.
- Caminar es una de las formas más sencillas de hacer ejercicio
- La bicicleta estática también es una buena opción
Vigila tu descanso
La falta de sueño es un problema frecuente entre los cuidadores porque muchas veces cuidar a un familiar significa atenderlo día y noche. En este sentido, es importante encontrar momentos para el descanso, ya que la falta de sueño puede traer como consecuencias, alteraciones en la percepción, somnolencia diurna, reducción de la atención, la concentración, la memoria y la capacidad para organizarse, la torpeza de movimientos y la irritabilidad, insomnio, etc.
- Procura dormir no menos de siete horas
- También puede ser útil practicar alguna técnica de relajación
Tiempo para otras relaciones
Cuidar a un familiar implica multitud de cambios para el cuidador. Sin embargo, éste no debe renunciar a su propia vida por el hecho de cuidar de una persona en situación de dependencia; es preciso poner límites a los cuidados y buscar formas que permitan conciliar el hecho de ser cuidador con la vida personal, social y laboral.
- Disfruta de las visitas de amigos y familiares
- Dedica un tiempo al día a hacer algo que te guste
- Busca ayuda para que puedas salir a relajarte
RECUERDA
Cuidar de sí mismo es la mejor manera de cuidar a nuestro familiar