En la sociedad actual, se han ido implementando soluciones para mejorar la autonomía de las personas con discapacidad o dependencia, fomentando su inclusión y participación en la sociedad. Una de estas medidas de apoyo es la curatela, que está relacionada con la toma de decisiones. A continuación, podrás conocer todos los detalles sobre ella y cómo es una ayuda clave para que las personas que presentan una capacidad limitada participen de forma activa en la gestión de su vida.
¿Qué es la curatela?
Dentro de las formas de guarda legal que se recogen en la Ley 8/2021, de 2 de junio, denominada “Reforma de la legislación civil y procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica”, se encuentra prevista la curatela.
La curatela es, pues, una de las medidas de apoyo que se prestan para la mejora de las personas con capacidad limitada, siendo una de sus características en el ejercicio de su capacidad jurídica es que respeta al máximo la autonomía y voluntad de la persona. De esta manera, aunque no disponga de sus plenas capacidades, las decisiones atenderán a sus deseos y preferencias, siendo la figura del curador un apoyo y complemento para la toma de las mismas.
Además, cabe destacar que es un juez el que establece la necesidad de tener una curatela y nombra al curador, que es la persona indicada para apoyar a aquella que no dispone de plena capacidad. También, tiene la potestad para supervisar y controlar para que se realice respetando los intereses de la persona afectada.
Tipos de curatela
Podemos hablar de diferentes tipos de curatela dependiendo de las características y necesidades específicas de la persona. A continuación, trataremos la curatela representativa y la curatela asistencial.
Curatela representativa
En este tipo de curatela, sería el tipo más estricto. Aquí, la persona tiene muy limitadas sus capacidades y el curador tiene un papel más activo en la toma de decisiones. Se está ante una situación que, aunque la persona disponga de todo el apoyo, ayuda o adaptaciones, no puede tomar la decisión por sí misma. Entonces, el curador deberá tener en cuenta la voluntad, deseos, preferencias o trayectoria vital para llevar a cabo la toma de decisión de la manera más parecida a cómo la hubiera tomado la persona en cuestión.
Por eso, ante esta situación, el juez determinará en los casos concretos en los que se deberá actuar en nombre de la persona que presenta grandes necesidades de apoyo. Uno de los ejemplos más comunes de curatela representativa es cuando una persona tiene Alzheimer en fase severa y avanzada.
Curatela asistencial
Ante este tipo de curatela, el curador actúa como un consejero o asistente. La persona en cuestión no presenta un límite de sus capacidades muy acusado, pudiendo realizar la toma de decisiones. Sin embargo, sí que necesita el apoyo, asesoramiento y supervisión del curador.
Normalmente, estas personas necesitan apoyo o acompañamiento en ciertos aspectos de su vida como cuestiones relacionadas con la salud, las finanzas, el patrimonio o la defensa de los derechos.
Solicitud de la curatela
La curatela como medida de apoyo en el ejercicio de la capacidad jurídica se debe solicitar ante un juez. Ahora veremos cuándo se puede solicitar y cómo se debe hacer.
¿Cuándo se puede solicitar la curatela?
La curatela se puede solicitar siempre que la persona con limitaciones en sus capacidades requiera de apoyo o acompañamiento para la toma de decisiones, aunque sin olvidar que se deben respetar sus deseos y voluntades.
En todo caso, deberá existir la figura del curador, cuya función es la de proteger los intereses de la persona. Generalmente, esta función la suelen desarrollar familiares, aunque puede ser cualquier persona mayor de edad o, dado el caso, hasta fundaciones, personas jurídicas, sin ánimo de lucro, tanto públicas como privadas, que trabajen con las personas discapacitadas.
¿Cómo se solicita?
Para solicitar la curatela, se debe iniciar el proceso ante el Juzgado de Primera Instancia del domicilio de la persona que requiere la curatela. En este caso, además de la solicitud, serán necesarios unos documentos como el certificado de nacimiento y la documentación necesaria para acreditar la incapacidad de la persona para realizar determinados actos jurídicos.
En conclusión, la curatela es una medida de apoyo para la toma de decisiones para aquellas personas que han perdido capacidades, ya sea por edad, enfermedad o discapacidad. A través del curador, contarán con el apoyo para poder entender y llevar a cabo la toma de decisiones de una manera fundamentada y adecuada. No obstante, hay que tener en cuenta que esta es una medida de apoyo no prioritaria, puesto que existe cierta priorización de las medidas de apoyo voluntarias frente a las judiciales. Es en los casos en los que las medidas de apoyo voluntarias son insuficientes para satisfacer las necesidades de la persona con discapacidad, o, simplemente, no existan tales medidas, cuando se recurre a la vía judicial para que sea el Juez quien valore y determine el tipo de curatela adecuado y quién será la persona idónea para prestar los apoyos.
Fuentes: