El calendario de adviento nos anuncia la llegada de la época del año dónde los sueños se hacen realidad, la Navidad (en latín: nativitas ‘nacimiento’) es la festividad religiosa en la que los cristianos conmemoramos el nacimiento del Niño Jesús. Como todo nacimiento, trae consigo un soplo de alegría e ilusión, en el que los adultos nos volvemos un poco más niños y los niños un poco más inocentes. Nos dejamos impregnar por la magia de la Navidad que nos lleva a seguir tradiciones que nos unen a nuestra herencia familiar y se transmitirán a las generaciones venideras.
El espíritu navideño deambula por las calles repletas de luces y adornos navideños, se cuela como un polizón en los hogares y en los corazones de la gente. Es un momento del año en el que nos permitimos conectar con nuestras emociones y compartirlas con el resto de la humanidad. Y digo “humanidad” en su más amplio sentido, porque la Navidad es altamente integradora, inclusiva, con o sin la peculiaridad de hogares en los que se convive con la dependencia o la discapacidad, quiero creer que nos iguala en el corazón y la emoción, aunque, indudablemente los protagonistas de este cuento son los más pequeños de la casa, esos que creen en los imposibles, que nos incitan a poner nuestros sueños a volar.
Gracias a estos seres bondadosos, la magia se ha depositado en nuestras manos para que visualicemos el 2022 con las gafas de la gratitud, de la confianza, del amor y valorar lo que nos ha dejado un año tan especial como es el 2021, apreciando valores esenciales como la entrega desinteresada, la fortaleza de mirar al miedo de frente, potenciar la creatividad creando hogares llenos de armonía y bienestar, dedicar tiempo a los que de verdad nos importan y sentirnos cerca, a pesar de la distancia.
Hoy me entrego a lo que soy, a esa niña ilusionada con años de experiencia, que ha desvelado a los ayudantes de Santa Claus que incluyan en cada regalo entregado palabras de amor, de empoderamiento, reconocimiento para fortalecer los pilares de la autoestima, autoconfianza y construyamos una generación con una alta inteligencia emocional, ya que, según la "Teoría de las Caricias de Claude Steiner", todos necesitamos caricias de reconocimiento, palabras de admiración y a veces, un acto de rebeldía es un acto de amor, es una necesidad de llamar la atención para conseguir la atención de nuestros padres.
.Dando un pasito más en esta reflexión navideña, ¿Qué te llevas positivo de este año?
Mi mochila va cargada de encuentros emblemáticos gracias a la tecnología y conexiones de calidad con almas amigas. La incorporación en mi día a día del lenguaje de las miradas, que me ha llevado y me lleva a admirar minuciosamente la esencia de las personas. Rituales saludables que contribuyen a la cita célebre de “mens sana in corpore sano”. Por supuesto, llevo a mi familia y a esas personas especiales, que siempre me acompañan.
A nivel profesional, resalto la colaboración activa en Fundación Caser, mi pasión por el aprendizaje continuo en el campo del coaching y desarrollo personal, valorar mi trabajo diario y agradecerlo. Según investigaciones de neurociencia muestran que la gratitud nos hace más felices, optimistas, contribuyendo positivamente en nuestro sistema inmunológico.
Como revela el escritor y conferenciante Álex Rovira: “Ningún camino llano lleva a la cumbre”.
Atendiendo a esta cita y acogiendo los aprendizajes que ha depositado en ti la pandemia. ¿Qué propósitos te vas a marcar para el siguiente nuevo año de luz y color?
Un sueño para que se cumpla, se debe basar en las siguientes premisas:
• Específica: detalle de tu objetivo.
• Medible: cómo vas a saber que lo has conseguido.
• Alcanzable: ¿lo puedes alcanzar dando tu mejor versión?
• Realista: cuando hablamos de ser realista, hay que tener en cuenta que es imprescindible que dependa única y exclusivamente de ti.
• Tiempo: Hay que poner fecha (un año, tres meses, etc.) y de esta manera, dejar fuera de juego a los auto-sabotajes, a la pereza, a la procrastinación.
Tenemos que tener presente, que para que las metas se materialicen deben formularse en positivo y que sean retadoras. Una meta excesivamente alta puede conducirnos a la frustración y en cambio, si es baja nos llevará al desinterés, al aburrimiento y al abandono.
Es el momento de diseñar tus próximos 365 días llenos de felicidad.
¿Te atreves a soñar?
“Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”- Walt Disney.
¡Feliz Navidad y atrévete a poner tus sueños a volar!
Verónica Hontecillas Villar
Empleada de CASER_ Voluntaria de la Fundación.
Mentor Coach experta en Inteligencia Emocional.