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Foto de una familia con una niña y un abuela hablando en primer plano

Dani es un niño de 11 años diagnosticado con TDAH. Vive con su padre Antonio y sus abuelos en un pequeño pueblo de León. Después de los meses del encierro e incertidumbre que ha generado las crisis del Covid 19; y dado que los abuelos de Dani son personas de alto riesgo, Antonio nos comenta que tanto él, sus padres y Dani, siguen sintiéndose inseguros en la "nueva normalidad" discuten a menudo sobre sus comportamientos y hábitos de prevención frente al virus. 

A veces en momentos difíciles quisiéramos no tener que esforzarnos por darnos a entender, y que nuestras ideas y pensamientos se trasmitieran telepáticamente a nuestros familiares sin tener que hablar. Desafortunadamente la telepatía es sólo ciencia ficción y debemos aceptar que plantear soluciones en tiempos adversos requiere de gran esfuerzo. Y en este caso nos referimos a un esfuerzo en nuestra comunicación.

Si no asumimos en primera medida que los tiempos de crisis requieren de esfuerzo, estamos ocultando nuestros miedos e intentamos asumir algunas veces el papel de salvadores de la familia, como en las películas catastróficas en las que un solo miembro de la familia, sale en busca de ayuda mientras sin darse cuenta relega al resto de la familia el mero papel de víctimas.

Sobra decir que a todos elegiríamos ser héroes antes que víctimas en esta crisis. Pero ¿Qué pasaría si Antonio reparte su papel de héroe entre toda su familia?

Si Antonio pone sobre la mesa, todos sus temores y sentimientos e invita a su familia a que expongan los suyos, estaría haciendo participes de la solución a toda la familia, evitando cargar con el peso y el esfuerzo a una sola persona.

Pero en momentos difíciles a veces por miedo o desconocimiento, sentimos la necesidad de proteger a nuestra familia, ocultando nuestros temores a nuestros hijos. Si decidimos promover un ambiente de empatía y solidaridad en un momento de crisis compartiendo nuestros sentimientos con nuestra familia todos podemos ganar con éstos beneficios:

  • Ayudaremos a organizar nuestro pensamiento y haremos más llevadera las circunstancias y emociones que nos abruman.
  • Conectaremos más con nuestra familia pudiendo benefícianos de su solidaridad.
  • Sentiremos que no estamos solos o que somos los únicos que la estamos pasando mal.
  • Fortaleceremos la resiliencia en la familia con la situación actual.
  • Promoveremos un clima emocional que genere bienestar.
  • Permitiremos madurar a los hijos en valores como la empatía.

Luego animemos a nuestros hijos a contar también sus miedos, escuchémoslos con atención, contestemos sus preguntas de forma clara y sencilla, que nuestros hijos se den cuenta que reconocemos que sus sentimientos son reales y merecen consideración y respeto.

Dándoles a conocer el poder de la empatía a nuestros hijos, Ahora que el mundo parece menos seguro, convirtamos a nuestros hijos en los héroes de la familia.

Y ya para finalizar te contamos que con esta estrategia, Dani y su padre Antonio se han sentido muy cómodos , dicen que se comprenden mejor, se encuentran más unidos y con una mayor empatía.

 

Luz Andrea Robles Wandurraga, Especialista en Coaching y PNL
Álvaro Galán Floría, Especialista en Psicología Coaching  
ILUCA. Calidad de vida para las personas con discapacidad y sus familias

 

Foto de una familia con una niña y un abuela hablando en primer plano

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