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Foto de un abuelo rodeado de su familia en referencia a familias cuidadoras

Cuidar a un ser querido mayor: el desafío de las familias cuidadoras

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la población española envejece a un ritmo acelerado debido a una combinación de factores, como el aumento de la esperanza de vida, la disminución de la tasa de natalidad y la emigración de jóvenes españoles en busca de trabajo y oportunidades en otros países. 

En 2022, la edad media de la población en España era de 44,07 años en ambos sexos, y se espera que continúe aumentando en las próximas décadas, así que actualmente España sufre un proceso de envejecimiento de la población. Si a este envejecimiento le añadimos las limitaciones que pueden presentarse cuando la edad avanza, encontramos, según indica el INE, que el 30,96% de las personas mayores de 64 años son dependientes. 

Esta situación de envejecimiento y dependencia, hace que las políticas públicas y las estrategias empresariales deban adaptarse para responder a las necesidades de nuestra población y hacer frente a los desafíos que presentan. Como consecuencia de su adaptación se están produciendo cambios en la estructura social y económica del país, con implicaciones más acusadas en áreas como la atención sanitaria y sociosanitaria por cronicidad, discapacidad y dependencia y en el área económica para poder hacer frente a las pensiones.

El primer soporte de cuidado: la familia

Teniendo en cuenta estas cifras y la situación socioeconómica por la que atravesamos, suele ser habitual que la familia juegue un papel crucial en el cuidado de personas mayores dependientes. 
A menudo, los miembros de la familia son los cuidadores principales y brindan la mayor parte de la atención que necesitan los adultos mayores que dependen de ellos.

Los cuidados que la familia puede proporcionar varían según las necesidades específicas de cada persona mayor dependiente, pero pueden incluir:

•    Asistencia con actividades básicas de la vida diaria, como vestirse, bañarse, comer y movilizarse.
•    Administración de medicamentos y seguimiento de tratamientos médicos.
•    Asistencia para citas sanitarias y terapias.
•    Ayuda para la gestión económica y trámites burocráticos.
•    Compañía y apoyo emocional.

Es importante destacar que el cuidado de personas mayores dependientes puede ser agotador y estresante para los cuidadores familiares, y es necesario que estos cuidadores reciban apoyo y capacitación para desempeñar su papel de manera efectiva y sostenible en el tiempo. 

El gobierno, junto con el tercer sector, debe potenciar y proporcionar recursos y programas de apoyo para ayudar a las familias que cuidan de personas mayores dependientes. Y no es gratuito hacer esta afirmación, no olvidemos que su papel ayuda tanto al dependiente en cuanto a que es parte de la familia, es un ser querido y desempeña un rol en los lazos afectivos familiares, como que el cuidado que proporciona ayuda a la sostenibilidad del sistema sanitario, económico y sociosanitario, haciendo un bien a la sociedad. 

Siendo la familia el primer soporte del cuidado, cuidar a una persona mayor dependiente conlleva un impacto en muchos aspectos.

1.    El primer aspecto, es el emocional que se sufre de diferente manera en función del rol que se desempeñe en la familia. Cuidar a un ser querido dependiente va a suponer una gran carga emocional y física para toda la familia, pero especialmente para el cuidador principal que se va a ver afectado en más áreas de su vida.

2.    El orden en las relaciones y roles intrafamiliares puede sufrir un desequilibrio, y aunque la familia “se hace cargo”, uno de sus integrantes, asumirá el rol de cuidador principal y los demás ayudarán en ciertos momentos en el cuidado, o asumirán tareas que el cuidador principal ya no puede hacer, o para los que necesita ayuda. Así que los trabajos deberán redistribuirse y aceptarse, o rebelarse contra ellos, lo que, sin duda, va a provocar tensiones familiares que deberán resolverse. 

3.    La vida social, laboral y personal del cuidador se ve muy afectada, ya que la atención a una persona mayor dependiente puede requerir una dedicación constante y una gran inversión de tiempo.

4.    Los cuidadores familiares a menudo experimentan altos niveles de estrés, ansiedad y agotamiento, lo que puede llevar a problemas de salud física y emocional. 

5.    Este cuidado tan personalizado y exhaustivo, también puede favorecer el aislamiento social en su tarea de cuidado, lo que puede aumentar su estrés y sufrimiento.

6.    A nivel económico, el cuidado de una persona mayor dependiente puede requerir la reducción o abandono del trabajo, lo que puede afectar la situación financiera de la familia.

A pesar de todo, hay que señalar que el cuidado de una persona mayor dependiente puede proporcionar una gran satisfacción y gratificación personal, y puede fortalecer los lazos familiares y crear un sentido de comunidad y apoyo mutuo dentro de la familia. En cualquier caso, es importante que los cuidadores familiares reciban apoyo y recursos para ayudarles a manejar el estrés y las dificultades que pueden surgir en el cuidado de una persona mayor dependiente.

Qué necesitan las familias

Las familias que cuidan a personas mayores dependientes necesitan una serie de recursos y apoyos para poder realizar esta tarea de manera efectiva y sostenible. Algunas de las necesidades más importantes son:

1.    Información y formación: las familias necesitan información y formación sobre la enfermedad o condición de la persona mayor dependiente, así como sobre las estrategias y técnicas de cuidado y prevención de lesiones.

2.    Apoyo emocional: el cuidado de una persona mayor dependiente puede ser una tarea emocionalmente agotadora, por lo que los cuidadores necesitan apoyo emocional y psicológico para poder manejar el estrés y la ansiedad.

3.    Ayuda financiera: puede ser costoso, por lo que las familias necesitan apoyo financiero para poder acceder a los recursos necesarios, como equipamiento médico o servicios de atención domiciliaria.

4.    Respiro y descanso: los cuidadores necesitan tiempo de respiro y descanso para poder cuidarse a sí mismos y evitar el agotamiento físico y emocional.

5.    Ayuda práctica: las familias pueden necesitar ayuda práctica con tareas cotidianas, como la limpieza del hogar, la compra de alimentos y la preparación de comidas.

6.    Acceso a servicios de atención a la dependencia: las familias necesitan acceso a servicios de atención a la dependencia de calidad, como la atención domiciliaria, los centros de día y las residencias, para poder cubrir las necesidades de la persona mayor dependiente.


Reconocer la labor de las personas y familias cuidadoras con medidas sociales y políticas que ayuden a paliar el desgaste emocional y social que conlleva la labor del cuidar es muy necesario, tanto para la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario y sociosanitario, como para garantizar el cuidado óptimo de las personas. El reconocimiento de los cuidados familiares además puede ayudar a aumentar la satisfacción y autoestima de aquellas personas que deciden, pueden, quieren y ejercen con pasión la labor de cuidado familiar, sin duda, todo un reto. 


Pedro Soriano Martin
Enfermero – Docente. Dpto. Enfermería | Universidad Europea
Presidente de la Asociación FFPaciente
Fundador de Marca Enfermera
 

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