Buenos tratos a nuestros mayores, responsabilidad de toda la sociedad
El buen trato es un derecho fundamental y universal de todas las personas, independientemente de su edad. Dar buenos tratos a las personas mayores significa tratar con respeto y dignidad, además de asegurarse de que sus necesidades sean atendidas (una vida segura y saludable, la oportunidad de participar socialmente, que se tengan en consideración sus necesidades y recibir el reconocimiento social de una vida que ha estado llena de dificultades e inquietudes) en un entorno en el que se garantice su intimidad, su privacidad y la confidencialidad.
Hacerse mayor implica una adaptación a los cambios que se van produciendo: cambios físicos por el devenir de los años y también cambios sociales y socioemocionales que se convierten en crisis vitales (jubilación, salida de los hijos del hogar, viudedad y pérdidas familiares) y un ambiente social donde imperan los estereotipos sobre la vejez. Debemos tener en cuenta que la vejez es un proceso diferente en cada persona y, aunque está muy arraigado el estigma social asociado a las pérdidas y al declive físico y cognitivo, existe una gran variabilidad en las formas de envejecer.
Y es que venimos de un Paradigma tradicional relacionado con las pérdidas en el que se considera que todas las personas mayores “son iguales”, sin embargo, debemos comenzar a entender a las personas mayores desde el Paradigma de los derechos humanos, entendiendo que son individuos con capacidad y oportunidad para desarrollarse y participar socialmente, fomentando las relaciones y solidaridad intergeneracional. Ante los estereotipos asociados a la edad se limita su toma de decisiones, su participación social o se ven relegadas a tareas en las que disminuye su responsabilidad provocando que se desvinculen de llevar la iniciativa para realizar actividades, no intervengan en los acuerdos o decisiones que se tomen en su entorno o, incluso, no decidan sobre su futuro.
Si marcamos una línea entre el buen trato y el mal trato, existen muchas situaciones y circunstancias en las que se pueden dar multitud de respuestas en un sentido u otro de la línea. Por ejemplo, tratar a una persona mayor en función de estos estereotipos negativos implicaría acercarnos al extremo del trato inadecuado, o mal trato. Es por ello muy importante que tomemos conciencia de la importancia del trato que ofrecemos a las personas mayores y que podemos responder de múltiples formas según situaciones.
Este buen trato hacia las personas mayores es una responsabilidad de toda la sociedad de la siguiente manera:
1 El entorno social y tiene el deber y obligación dar un buen trato a las personas mayores. Afortunadamente, en España, contamos con un sistema de protección social que garantiza que las personas mayores puedan acceder a unos derechos sanitarios y sociales que permitan tener unas condiciones de vida dignas y seguras, la protección de su salud y la reducción de factores de riesgo y vulnerabilidad.
2 Los profesionales que atienden a las personas mayores deben escuchar sus necesidades e inquietudes, informarles acerca de los recursos o apoyos que tienen disponibles y la forma de obtener dichas ayudas y tener la garantía de que la persona ha comprendido la información que se le ha dado, que pueda llevarla a cabo sola, con apoyo de familiares, o con la ayuda del profesional. En este contexto no sólo debemos pensar en los profesionales sanitarios (médicos, enfermeras, administrativos, etc.), también profesionales de los servicios sociales (trabajadora social, personal de recursos sociales, etc.), profesionales de la banca, farmacias, supermercado, etc.
3 Los medios de comunicación y la publicidad también ejercen un importante papel con respecto al buen trato hacia las personas mayores, ya que tienen una fuerte influencia en la población general. Ofrecer una imagen real y no estereotipada de las personas mayores, que huya del paternalismo, el dramatismo y el sensacionalismo, ayudaría a trasladar una imagen más presente, participativa y realista sobre la vejez.
4 En el ambiente más familiar y cercano, dar un buen trato a la persona mayor implica pararse a conocer su historia personal, sus valores, sus deseos, sus costumbres y sus inquietudes. Desde el conocimiento podremos respetar los valores de cada persona y entender y empatizar con sus emociones, sus conductas y sus decisiones.
Es una obligación de la sociedad en su conjunto dispensar este buen trato a los mayores. Una sociedad debe ser sensible a las personas mayores, con una cultura y un sistema de valores dirigidos al buen trato hacia ellos, que atienda sus necesidades mediante actitudes, conductas y valores que garanticen su bienestar físico, emocional y su calidad de vida.
Alejandra Chulián
Psicóloga Sanitaria experta en Personas Mayores
Col. A-03307