Adolescencia
Una de las decisiones más importantes en la vida de una persona es elegir ser padre o madre. En ese instante surgen emociones de incertidumbre, el miedo aparece como un resorte mental, ya que, cometer un fallo puede ser irreparable. En la primera etapa, el bebé está bajo la tutela de los padres y deciden lo mejor que será para él.
Sin embargo, cuando llega la adolescencia se produce una confrontación en la mente de los padres, debido a que tienen que lidiar entre la evolución de sus hijos y su propia aceptación de soltarles de la mano. Esto conlleva una crisis dentro del entorno familiar, sin embargo, puede verse como una oportunidad de crecimiento o un desorden temporal conflictivo.
Como todas las historias en las que aparecen enfrentamientos, hay que contemplar la visión de ambas partes, si hemos escuchado a los padres, no está de más tener la misma deferencia con los hijos. ¿Qué siente un adolescente? ¿Qué escucha decir a sus padres sobre sí mismo? ¿Qué le dice su entorno? Y sobre todo ¿qué piensa él mismo?
Con el fin de dar respuesta a dichas reflexiones realicé un trabajo de investigación y me topé con el artículo “Buyer persona y Mapas de empatía”de Axel Blasco Muñoz. El autor muestra un mapa de empatía asociados a tres perfiles de adolescentes:
• 1º grupo de adolescentes: (entre 11-13 años)
Son los preadolescentes, se preparan para ser mayores y desean poder experimentar esas acciones de los adultos; pero todavía mantienen la esencia y la inocencia de la niñez. Sus gustos y tendencias son los videojuegos y siguen a los influencers en Youtube, su comunicación a través de mensajería instantánea es mediante emoticonos y memes.
Les motiva ser “influencers & followers”, ya que, se ven como los mayores de la escuela llevándoles a sentirse los sabios del lugar.
• 2º grupo de adolescentes: (entre 14 -17 años)
En esta etapa sienten una gran curiosidad por conocerse, por experimentar cosas nuevas. La libertad que alcanzan en la educación secundaria les aporta una sensación de poder para tomar sus propias decisiones. Las redes sociales y las tendencias audiovisuales son su principal forma comunicación.
Sus motivaciones las establecen en base a las calificaciones escolares y las negociaciones con sus padres a la hora de negociar la hora de llegar a casa, definir su tendencia en moda y gustos.
• 3º grupo de adolescentes: (entre chicas 13 -17 años): Es un momento de transición de ser niña a ser mujer. Sus cambios fisiológicos y hormonales las llevan a experimentar unos altibajos emocionales. Les motiva quedar con su grupo de amigos, la moda a nivel vestimenta y gustos musicales, las redes sociales toman gran importancia para sentirse dentro de la tribu de la juventud. Su motivación estrella es estar dentro de este mundo de moda, poder alcanzar sus propias negociaciones con sus padres y superar sus objetivos estudiantiles.
La realidad desde el punto de vista biológico, es que la adolescencia es una fase de vulnerabilidad en la que se experimentan cambios a nivel físico, psíquico, social y afectivo. Marca el proceso de transición entre la infancia y la edad adulta, en la que emprenden su propio viaje del héroe. Al atravesar este sendero, ocasionalmente, se descubren envueltos en situaciones que se les escapan de las manos. Motivo suficiente para acompañarles y que no se sientan perdidos, y de paso, repensar nuestra postura con empatía hacia los hijos y valorar de forma diferente tanto nuestra postura, como la suya en cada cuestión que genera conflicto.
Transformaciones propias del paso de la de la niñez a la adolescencia
A grandes rasgos podemos clasificarlas en cuatro grupos:
1. Cambio fisiológico: con la pubertad y los cambios hormonales, las personas empiezan a redefinir su imagen corporal pudiendo surgir complejos, trastornos alimenticios, síndrome del patito feo, acné juvenil, etc.
2. Desarrollo psicológico: Aparecen las primeras negociaciones/conflictos con docentes y padres, provocadas por conductas impulsivas, aparece también la falta de motivación, obsesión por la calificación y escaso foco en integrar conocimientos. A esto podemos sumarle, el impacto que pueden generales situaciones como enfermedades o fallecimientos, nacimientos, divorcios, las nuevas formas de familias (mixtas, monoparentales, etc.)
3. Alteraciones afectivas: producidas por el distanciamiento con sus padres. Nace un nuevo sentir de las emociones que se encuentran a flor de piel. La sexualidad es un nuevo descubrimiento, definen sus tendencias sexuales, despiertan sensaciones de atracción por otras personas. Esto ocasiona preocupación en el núcleo familiar por la posible existencia de embarazos no deseados, abusos físicos y psicológicos, enfermedades de trasmisión sexual...
4. Transformaciones del contexto social con la integración en grupos sociales, amplían sus amistades escogiendo personas que son más afines a sus gustos e ideas. Esto es algo esencial para los padres, ya que, una mala influencia puede perjudicar a su hijo adolescente.
¿Y si es nuestro hijo el que influye de manera negativa? ¿Nos gustaría que le diesen de lado sus amigos? ¿No crees que sería más apropiado entablar una conversación constructiva contándoles las consecuencias de determinas acciones y no prohibiendo relaciones sociales?
Ver la adolescencia de nuestros hijos tomando un poco de distancia, intentando comprender lo que es, y ser conscientes de sus cambios, puede darnos una de las claves para relativizar los desequilibrios que ésta provoca en los hijos y en toda la familia.
Además, esta pequeña distancia puede ayudarnos a construir relaciones desde la empatía para acompañarles de manera constructiva, creando vínculos duraderos basados en la comunicación y la confianza.
Practicar habilidades de comunicación, tener presentes las emociones y poder construir un hogar seguro en el que todos sus miembros puedan expresar sus opiniones sin sentirse juzgados, sino queridos aunque no se les comprenda del todo, contribuirán positivamente para superar esta etapa, solos o con ayuda profesional.
“La adolescencia es como una casa en tiempo de mudanza: un desorden temporal.” Julius Warren
Verónica Hontecillas Villar
Empleada de CASER_ Voluntaria de la Fundación.
Mentor Coach experta en Inteligencia Emocional.