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Foto de unas personas con regalos

Se acercan las fiestas navideñas y, con ellas, las reuniones familiares y el tradicional intercambio de regalos. ¿Qué regalo es el más adecuado para una persona con Alzheimer? Para intentar facilitar esta tarea, la Fundación Pasqual Maragall ha elaborado una lista de recomendaciones y sugerencias.

Regalos comunes, como unas zapatillas, un batín, un fular o un complemento pueden ser adecuados si, antes de escogerlos, nos planteamos las posibles dificultades con las que la persona podría encontrarse al utilizarlos. Por ejemplo, eligiendo zapatos que pueda ponerse y quitarse con facilidad potenciaremos su autonomía a la hora de vestirse.

Si se piensa en objetos más específicos y particularmente adecuados para personas con esta enfermedad, la Fundación recomienda optar por regalos que sean significativos para ellas, es decir, que evoquen recuerdos o vivencias, o bien personalizarlos según sus preferencias o aficiones. Pueden ser, por ejemplo, regalos que incluyan fotografías, música o algún capricho para el paladar, como una caja de bombones o galletas.

Otra posibilidad es hacer un regalo que favorezca la estimulación cognitiva, siempre de manera adaptada a cada fase de la enfermedad y ajustada a las capacidades que la persona aún preserva. “Esto es importante ya que, lamentablemente, las capacidades perdidas a causa del Alzheimer no son recuperables y pretender su mejora mediante técnicas de estimulación, o por insistencia, puede generar frustración, tanto a la persona afectada como a las de su alrededor”, explica la Dra. Nina Gramunt, neuropsicóloga de la Fundación Pasqual Maragall.

Teniendo en cuenta lo anterior, esta entidad propone algunos regalos adaptados a las diferentes fases de la enfermedad:

Fase leve:

Si el enfermo es aficionado a la lectura, se pueden regalar libros de temas que le interesen, sin que la trama sea excesivamente compleja. Si le gusta la música, se puede valorar regalarle algún dispositivo de MP3 de uso sencillo que incluya canciones de su época. También es una buena opción una cámara de fotos sencilla, materiales para pintar o utensilios de costura que les permitan mantener durante más tiempo sus aficiones.

- Regalar experiencias, como salidas culturales o actividades de ocio.

- Los objetos prácticos para el día a día son una buena opción para regalar en Navidad, como un móvil adaptado que potencie su autonomía y autoestima. Lo mismo sucede con una tablet, si la persona está habituada a su uso, o con un reloj grande en el que se distingan la fecha y la hora con facilidad.

- Los clásicos juegos de mesa estimulan las capacidades cognitivas y favorecen las relaciones familiares.

- Una película clásica o un musical en DVD pueden ser una alternativa, tanto en la fase leve como moderada.

- Los objetos personalizados con fotografías familiares o de experiencias pasadas son otra opción. Se pueden incorporar imágenes familiares en marcos, tazas, puzles, cojines y llaveros, entre otros. También se puede regalar un álbum o una libreta y animar a la persona a pegar sus fotografías, recuerdos u otros elementos.

Fase moderada:

No es recomendable insistir en actividades que la persona afectada ya realiza con dificultad. En esta fase, se reduce el abanico de posibilidades y es aconsejable simplificar los regalos y adaptarlos, cada vez más, a las capacidades de las personas.

- Si se opta por un juego de mesa, el dómino o el parchís son una buena opción. En ambos se ejercitan diferentes habilidades como la atención y la concentración, la percepción visual, habilidades de cálculo y la memoria de trabajo. Se pueden adaptar las normas, por ejemplo, en el parchís, jugando con dos fichas en lugar de cuatro, o contando diez en lugar de veinte o, si es necesario, contando juntos en voz alta cuando se “come” una ficha.

- Si la persona tiene una mascota, se le puede hacer un regalo relacionado, como un collar, una correa o un juguete. Así se puede potenciar el vínculo afectivo y se favorece la realización de actividades con la mascota.

Fase avanzada:

El abanico de objetos debe reducirse a aquellos basados en la estimulación sensorial, que tranquilicen a la persona afectada y la hagan sentirse a gusto, como la colonia o el perfume que han utilizado toda la vida, música vinculada a sus vivencias o una manta de tacto agradable.

Blog “Hablemos del Alzheimer”: http://blog.fpmaragall.org/

Foto de unas personas con regalos

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