Recuperar la Dieta Mediterránea para garantizar la salud
Es necesario recuperar y preservar la Dieta Mediterránea “para garantizar la buena salud de la población y del planeta”, como asegura la nutricionista Anna Bach. Una dieta que ha sido reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y que, a lo largo de los años, ha demostrado que tiene múltiples beneficios para nuestra salud.
La experta Bach, que además es profesora de Estudios de Ciencias de la Salud de la Universidad Oberta de Cataluña, UOC, reconoce que uno de los principales beneficios de esta dieta es que mejora la esperanza de vida. De hecho, la nutricionista asegura que esta dieta reduce la mortalidad y el riesgo de mortalidad en personas con sobrepeso u obesidad en un 9 %. Además, siguiendo las directrices de la Dieta Mediterránea se consigue disminuir el envejecimiento prematuro de las células, ya que su capacidad antioxidante ayuda a combatir el estrés celular y contribuye a conservar la longitud de los telómeros.
Bach asegura que la Dieta Mediterránea puede prevenir las enfermedades cardiovasculares ya que, gracias a la baja composición en grasas saturadas y al elevado contenido en grasas saludables como es, por ejemplo, el aceite de oliva que es uno de sus alimentos básicos.
La Dieta Mediterránea también ayuda a reducir otra de las lacras de nuestra sociedad como es la obesidad y el síndrome metabólico en personas sanas o en riesgo, puesto que contribuye a reducir los niveles de colesterol y de triglicéridos en sangre. Además, tiene un efecto protector contra las enfermedades que están directamente asociadas a la edad, como pueden ser las patologías neurodegenerativas y el deterioro cognitivo.
Este patrón alimentario reduce la incidencia de la diabetes tipo 2, ya que una dieta rica en hidratos de carbono y en aceite de oliva hace que los niveles de glucosa del organismo se regulen.
Y, como añade esta experta en nutrición, es también beneficiosa para el sistema inmunitario, gracias a sus micronutrientes, como son la vitamina D, la vitamina B y la C, minerales como el selenio y el magnesio, y el omega-3 del pescado. Nutrientes que también la convierten en idónea para mejorar la salud de los huesos y para favorecer el bienestar físico en general, sobre todo por la importancia que tienen los alimentos frescos y de temporada.
Además, para conseguir el bienestar general es esencial contar con una microbiota intestinal equilibrada, lo que se consigue gracias a los alimentos ricos en fibra y a los probióticos naturales.