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Mujer con la mano en el corazón

La insuficiencia cardiaca es la principal causa de ingreso hospitalario en los mayores de 65 años, una patología que afecta al 16% de la población mayor de 75 años. Se trata de una patología en la que el corazón no es capaz de cumplir de forma adecuada con el bombeo de la sangre a todo el organismo. Es una enfermedad importante, y no solo por cómo condiciona la vida del paciente, también porque es la tercera causa de muerte entre las enfermedades cardiovasculares, afectando sobre todo a mujeres y a personas mayores. 

La insuficiencia cardiaca se manifiesta, principalmente, con dificultad para respirar (sobre todo cuando se realiza un esfuerzo físico), y la aparición de edemas (retención de líquidos) generalmente en los miembros inferiores. 

Hoy existen diversos tratamientos para esta enfermedad, desde fármacos que reducen los síntomas y evitan que se produzcan nuevos episodios, a la implantación de un marcapasos o desfibrilador, hasta (en los casos más extremos) el trasplante cardiaco. 

Medicación y hábitos saludables

La Fundación Española del Corazón (FEC) ha lanzado una serie de recomendaciones para pacientes con insuficiencia cardiaca que pasan por controlar la medicación pautada y por mantener unos hábitos de vida saludables.

Es muy importante controlar los factores de riesgo que podrían dañar aún más el corazón, como el colesterol, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el tabaquismo. Los expertos también señalan que estos pacientes deben pesarse diariamente, con la misma ropa y siempre antes de comer o beber por la mañana. Si se aumenta un kilo en un día o tres en una semana, hay que acudir al especialista porque es un síntoma de que el corazón está reteniendo líquido y sería necesario iniciar un tratamiento diurético. 

En cuanto a los hábitos saludables, los pacientes deben practicar ejercicio físico de forma regular, siempre dependiendo del grado de insuficiencia que se tenga diagnosticada. Los expertos señalan que caminatas cortas, de entre cinco y 10 minutos cada día, son una buena forma de apostar por la actividad física. 

La alimentación de estos pacientes debe ser saludable, evitando la sal, aumentando el consumo de fruta, verduras, legumbres y pescado, y reduciendo los alimentos grasos. También hay que evitar el consumo de bebidas alcohólicas. 

La medicación es clave. Por eso desde la Fundación se recomienda tomarla a la hora señalada por el especialista y no abandonarla nunca sin consultar a este. Además, los pacientes deberían llevar en su cartera una lista de los medicamentos que toman habitualmente. 

Mujer con la mano en el corazón

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