El calor excesivo puede tener un efecto negativo en la efectividad de algunos medicamentos, por eso es tan importante prestarle una atención especial a la medicación durante el verano. Según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos se comercializan unas 7.500 presentaciones que requieren una precaución especial ante el calor, como son las cremas o supositorios (que suponen el 50% de las presentaciones disponibles en las farmacias comunitarias).
Y recuerdan, también, que algunos fármacos pueden intensificar el efecto de las altas temperaturas en la salud, como son los antipsicóticos, antihistamínicos, antiinflamatorios, diuréticos y antidepresivos.
El calor como enemigo
Algunos de los medicamentos que se comercializan en nuestro país deben conservarse en la nevera, a una temperatura de entre 2 y 8 grados. Pero, los medicamentos que deben conservarse por debajo de los 25 o 30 grados suelen tener un límite superior de tolerancia. Incluso así, los expertos recomiendan revisar las condiciones de conservación de este tipo de fármacos que incluyen pomadas, geles y supositorios. Explican que, en el caso de las cremas o las pomadas, como efecto del calor se puede producir una separación de las fases, en las que el medicamento deja de tener un aspecto homogéneo. Incluso podría distinguirse una fase acuosa o semisólida.
Los estudios de los medicamentos que no comportan ninguna mención especial de conservación demuestran que no se degradan cuando son expuestos a temperaturas de 40 grados durante seis meses.
En lo que respecta a los fármacos que sí pueden agravar los efectos de la ola de calor sobre la salud, los farmacéuticos comunitarios animan a tener presente estas circunstancias a las personas que, por ejemplo, toman diuréticos, ya que estos favorecen la deshidratación o la pérdida de electrolitos. O para quienes toman antiinflamatorios, que inciden directamente en la funcionalidad del riñón.
Un verano saludable
Al margen de los medicamentos, Farmacéuticos ha lanzado la campaña Cuidados del verano 2024, en la que recuerdan que las radiaciones solares y las altas temperaturas suponen una amenaza para la salud en general, y para la piel y los ojos en particular. Es por eso por lo que insisten en la necesidad de utilizar protector solar, fotoprotectores de amplio espectro con un factor de protección alto.
Y para cuidar los ojos frente a la radiación infrarroja y la luz visible, recomienda utilizar gafas de sol homologadas que garanticen una protección efectiva.