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El consejero de Sanidad, Jesús Fernández Sanz, ha destacado que Castilla-La Mancha es la cuarta comunidad autónoma de España con mayor proporción de personas mayores de 65 años, que suponen el 20,8 % de la población, a lo que se suma una gran dispersión de la población con 26,6 habitantes por kilómetro cuadrado, frente al 93,1 de España y un alto índice de ruralidad: el 93 % de los municipios tiene menos de 5.000 habitantes.

“Estos datos sociodemográficos determinan la atención sanitaria a proporcionar a este grupo de población”, ha explicado, recordando que en Castilla-La Mancha la atención a las personas mayores comienza a los 60 años. Este tipo de atención, según el consejero, evoluciona desde la promoción de la autonomía personal y prevención de la dependencia, hasta la atención personalizada de las personas en dicha situación.

Por ello, ha recordado la importancia de utilizar el tiempo libre del que se goza en esta fase de la vida para realizar una actividad física moderada y cuidar la alimentación, como elementos imprescindibles para una mejor salud. “Hay que añadirle vida a los años y no sólo años a la vida”, ha afirmado Fernández Sanz. Y, en este sentido, ha destacado los programas de envejecimiento activo que desarrolla el Gobierno de Castilla-La Mancha para anticiparse a la aparición de enfermedades.

El consejero de Sanidad ha señalado, asimismo, la necesidad de realizarse controles del nivel de la tensión arterial y el colesterol, así como de la diabetes de forma periódica, y hacer uso de las campañas de vacunación que desarrolla el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Fernández Sanz ha recordado el trabajo que se está llevando a cabo a través del Plan de Atención a la Cronicidad para ayudar a los enfermos a autocuidarse y autocontrolar su enfermedad.

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