Más de 94.800 personas han solicitado alguna de las plazas del Programa de las Rutas Culturales 2018 para personas mayores de la Comunidad de Madrid, que ofrece una amplia oferta de viajes a precios asequibles. Esta cifra supone un incremento del 19 % respecto al número de viajeros inscritos el año anterior. 

 

El Programa Rutas Culturales, que ha cumplido este año su decimocuarta edición, está destinado a personas mayores de 60 años que puedan desenvolverse de forma autónoma. Dicho programa se enmarca en el conjunto de políticas de envejecimiento activo que cada año pone en marcha el Gobierno regional, con el objetivo de fomentar una vida saludable entre los mayores, estimular su autonomía personal y retrasar, o incluso prevenir, posibles situaciones de dependencia.

 

En la edición de este año, los mayores madrileños tienen a su disposición cerca de medio millar de rutas: 142 nacionales, 225 internacionales y 95 de largo recorrido. Las rutas nacionales más demandadas son Lanzarote, Granada, Navarra, País Vasco y Galicia, mientras que en Europa los destinos preferidos por los madrileños están siendo Suiza, Escocia, Selva Negra, Países Bálticos y Malta. Por lo que respecta a la oferta de largo recorrido, Vietnam, Sudáfrica y Tailandia encabezan la lista de las rutas más solicitadas.

 

Todos los viajes incluidos en las Rutas Culturales de la Comunidad de Madrid se ofrecen en régimen de pensión completa y en hoteles con categoría 3 y 4 estrellas. Además, en el precio está incluido un servicio permanente de guía acompañante, así como un número determinado de excursiones y visitas.

 

 

 

Más de 1,2 millones de habitantes de la Comunidad de Madrid superan los 65 años. Por este motivo, el Gobierno regional puso en marcha el año pasado la Estrategia de Atención al Mayor de la Comunidad de Madrid 2017-2021.

 

Esta Estrategia contiene diversas medidas encaminadas a promover y favorecer el envejecimiento activo y la prevención de situaciones de dependencia y dibuja las líneas maestras que permiten realizar una política de alcance que, por una parte, mejore las condiciones de vida de los mayores madrileños mediante el impulso de una participación activa en la vida comunitaria; y, por otra, posibilite una integración plena de la atención a la dependencia en el seno del sistema público de servicios sociales.