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La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) alerta de los peligros que supone la exposición diaria a ruidos de alta intensidad, porque pueden provocar una pérdida progresiva de la audición. La SEORL-CCC pretende concienciar sobre el impacto de la escucha diaria y continua de sonidos intensos como los procedentes del tráfico urbano y aéreo, maquinaria pesada, auriculares o lugares de ocio. Además, ha elaborado un decálogo de cuidados para prevenir la pérdida auditiva  o hipoacusia en el que recomiendan, entre otros, acudir a la consulta del especialista en caso de molestias.

Se estima que un tercio de la población mundial y el 75 % de los habitantes de ciudades industrializadas padecen algún grado de sordera o pérdida auditiva causada por exposición a sonidos de alta intensidad, según datos de la SEORL. “Hay que tener en cuenta que cuanto más tiempo pasemos expuestos a un ruido por encima de los umbrales aceptables, más probabilidades tendremos de que nuestra capacidad de audición vaya en descenso”, asegura la doctora Mª José Lavilla, presidenta de la Comisión de Audiología de la SEORL-CCC. Esta especialista  incide en que “el daño se acumula poco a poco en la cóclea, lo que deriva en un déficit auditivo progresivo, que puede pasar desapercibido en las personas más jóvenes”. También puede ser una pérdida auditiva de rápida instauración, causada por un ruido de corta duración pero de alta intensidad. 

Las principales fuentes de ruido que se escuchan a diario proceden del tráfico urbano, electrodomésticos, maquinaría, dispositivos móviles, juguetes, centros comerciales, y también discotecas, salas de conciertos o reproductores de música. “El límite de ruido aceptable por el oído humano según la Organización Mundial de la Salud es de 65 dB, el equivalente al de una aspiradora; y pasa a ser doloroso a partir de los 125 dB, por ejemplo, el producido por un taladro”, subraya esta especialista. Sobrepasarían los 65 dB los ruidos procedentes de los vehículos, el claxon de un coche, el del camión de la basura, el  interior de una oficina con más de 15 personas, o los petardos, entre otros, y un avión despegando llegaría a 140 db, por encima del umbral del dolor.

La exposición continuada a la contaminación acústica puede provocar también acúfenos, “pitidos o zumbidos sin origen aparente”, afirma la doctora Lavilla. Pero también pueden aparecer otros síntomas como el vértigo, hiperacusia  y algiacusia (mayor sensibilidad a los sonidos ambientales que pueden llegar a ser molestos e insoportables), fatiga auditiva, disminución de la discriminación auditiva, cefalea, insomnio, irritabilidad y disminución de la atención y memoria.  Las personas con más riesgo de sufrir este tipo de trastornos son los adolescentes, y los empleados de ciertos entornos laborales. “Para ellos es recomendable el uso de protectores”, expresa la doctora Lavilla.

Factores de riesgo de la hipoacusia

360 millones de personas sufren pérdida auditiva discapacitante en todo el mundo y la mitad de los casos se podrían evitar con prevención, según datos de la OMS. Entre sus causas se encuentran: factores genéticos, complicaciones en el embarazo y parto, enfermedades infecciosas, infecciones crónicas en el oído, el uso de determinados medicamentos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento. Se aconseja  proteger la audición  frente al ruido y “acudir al otorrinolaringólogo en caso de pérdida auditiva, por incipiente que sea, y también en caso de inflamación, dolor o secreción del oído, frecuentes durante los resfriados, para prevenir complicaciones que puedan afectar a la capacidad de oír”, explica la doctora Lavilla.

Decálogo de Cuidados del Oído:

  1. Usar protectores auditivos en caso de exposición continua al ruido: existen ciertos entornos laborales que exponen a los trabajadores a intensidades muy altas de ruido durante un tiempo prolongado.
  2. Cuidados ante el ruido: se recomienda evitar los ruidos impulsivos (petardos, disparo…), alejarse de las fuentes de ruido, disminuir el ruido que generamos y reducir el tiempo de exposición a sonidos de alta intensidad. Oír música a más de 110 decibelios puede provocar pérdida auditiva precoz.
  3. Acudir al especialista: los otorrinolaringólogos recomiendan consultar en caso de inflamación, dolor, taponamiento, zumbidos, secreción de oído, ya que pueden derivar en problemas de la audición. Por otra parte, es recomendable consultar en cuanto se note pérdida auditiva, aunque mínima. Algunos signos pueden ser la dificultad de seguir una conversación o la necesidad de subir el volumen de la televisión. Éstos pueden ser tratados y, en algunos casos, se puede prevenir su progresión.
  4. Revisiones periódicas, al menos una vez al año, si existen factores de riesgo (antecentes familiares, exposición a ambiente ruidoso…) y a partir de los 50 años para realizar una prueba de audición.
  5. No introducir objetos o sustancias extrañas: se deben utilizar sólo productos indicados para el oído y siempre bajo consejo médico por lo que hay que evitar el uso de aceites, soluciones salinas, gotas, agua oxigenada, bastoncillos u otros objetos, ya que éstos últimos, pueden empujar la cera hacia adentro y dañar el tímpano. 
  6. Recomendaciones para limpieza de oído: los expertos aconsejan  limpiar solo la parte más externa del oído con una toalla o gasa. Nunca introducir objetos extraños ni los dedos para su limpieza ni rascado. Si se necesita una limpieza frecuente se aconseja que sea realizada por un especialista.
  7. No automedicarse, ya que se pueden generar resistencias.
  8. Recomendaciones durante el baño: el agua de baños públicos, ya sea de mar, pantanos o piscinas, puede estar contaminada, es por ello que es importante para prevenir infecciones cumplir unas  normas de higiene y limpieza  básicas antes y durante el baño (ducha y el uso de aseos).  El especialista podrá recomendar el uso o el no uso de tapones durante el baño.
  9. Evitar los golpes: hay que prestar especial cuidado a los deportes de contacto que pueden provocar traumatismos en la zona del oído y ocasionar problemas. Consultar al especialista.
  10. Tratar de manera adecuada las otitis en los niños. En caso de sospecha de pérdida auditiva en un niño por parte de padres y profesores se recomienda acudir al especialista, ya que aun en ausencia de dolor, fiebre o secreción, puede existir una otitis recurrente, que de no ser bien tratada puede cronificarse  y derivar en hipoacusia.

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