El trabajo social sanitario es esencial en el Sistema Nacional de Salud y en los cuidados paliativos, como aseguran desde la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, SECPAL. Esta organización considera que el trabajo social sanitario “desempeña un papel fundamental en la promoción del bienestar y la mejora de la calidad de vida de los pacientes y de sus familias”, entre otros factores por su capacidad para abordar factores sociales que son determinantes para la salud.
Estos profesionales añaden “humanidad”, reforzando la esencia de la atención sanitaria, por lo que desde SECPAL se urge a la necesidad de reconocer el trabajo social sanitario en el Sistema Nacional de Salud, “dando cumplimiento a los principios fundamentales de justicia social y equidad en la atención médica”. Desde la Sociedad se considera que el trabajo social es un pilar esencial y necesario para construir un sistema más compasivo, eficiente y centrado en el paciente. De hecho, se aboga por fortalecer la presencia de estos profesionales en el ámbito de la salud como señal del “compromiso con la salud integral y el bienestar de la sociedad en su conjunto”.
Manifiesto SECPAL
La Sociedad Española de Cuidados Paliativos ha elaborado un manifiesto para dejar constancia de su reconocimiento al papel esencia del trabajador social en el ámbito de los cuidados paliativos. Un documento que quiere destacar esta figura profesional “como un miembro más del equipo que cuida y acompaña” al paciente y a su familia a lo largo de todo el proceso de la enfermedad.
Como apunta este manifiesto, el trabajador social guía a las personas a la hora de tomar decisiones complejas, les facilita el acceso a recursos y servicios y les proporciona el apoyo social y emocional que necesitan en ese viaje hacia el final de la vida.
El documento reconoce que la atención multidisciplinar es la base de una asistencia de calidad. Un marco en el que el trabajador social fortalece la atención integral porque “tratar el dolor no solo implica abordar las necesidades médicas, sino también las dimensiones sociales, emocionales y culturales que influyen en la salud de los individuos”.
En el manifiesto se afirma, además, que existe un impacto positivo del trabajador social en los pacientes, en las familias e incluso en el personal sanitario. Si para los pacientes y sus familias es un apoyo imprescindible que ofrece alivio emocional en los momentos más difíciles, para el personal sanitario supone un apoyo esencial contribuyendo “con una mirada centrada en la persona y no en la enfermedad”.