14/04/2011
La Universidad de Extremadura, la Fundación Caja Extremadura y la Fundación Caser para la Dependencia han presentado esta mañana en rueda de prensa las principales conclusiones del estudio "Personas mayores en Extremadura: un estudio de la dependencia en entornos rurales", el primer monográfico sobre la dependencia en Extremadura. La investigación identifica los perfiles de las personas mayores de 65 años en poblaciones de menos de 5.000 habitantes y analiza el grado de satisfacción de los recursos, prestaciones y servicios de atención a la dependencia.
Del informe se desprende que la tasa de dependencia en los municipios de menos de 5.000 habitantes es del 38,44%, nueve puntos por encima de la media autonómica. El perfil de una persona dependiente es el de una mujer de entre 77 y 85 años, que tiene como primera causa de dependencia un problema de huesos (30,1%) o enfermedades cardiovasculares (17,6%). Del total de personas dependientes, el 40% sitúa su grado de dependencia en Grado III (Gran dependencia) mientras que el 27,1% lo califica como Grado II o Dependencia severa.
El perfil de la persona cuidadora también es femenino: el 87% de ellas es mujer y el 75% dedica más de cinco horas al cuidado del dependiente. El 67% no realiza trabajos remunerados fuera del hogar.
Respecto a las necesidades asistenciales, el 31,4% demandan mayor cobertura del SAAD, mientras que el 13,2% hace referencia al centro de día. Respecto a las prestaciones económicas, el 61,7% de los encuestados las considera muy necesarias. Las prestaciones económicas son preferidas (39%) a los servicios públicos (26%). Sin embargo, los alcaldes encuestados consideran que los servicios de atención a la dependencia son más provechosos al generar creación de empleo en el municipio. En cuanto a la valoración de los usuarios en relación a prestaciones económicas, servicios y ayudas, resulta satisfactoria: el 53,6% afirma estar satisfecho.
La Doctora de la Universidad de Extremadura, Beatriz Muñoz, afirmó durante la presentación que “la familia va dejando de desempeñar el rol tradicional de Seguridad Social y se presenta un dilema entre dos modelos familiares, uno tradicional y rural y otro moderno, propio de los procesos de urbanización de la sociedad”. Por su parte, el director de la Fundación Caser para la Dependencia, Juan Sitges, aplaudió la iniciativa, “ por acercar a todas las personas de la región una visión más realista de las personas en situación de dependencia que permite abordar soluciones más ajustadas a sus necesidades y las de sus familias”.