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Foto de uma mujer que sostiene en una mano un donuts y en la otra un pomelo

14 de marzo: Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular

Con motivo de la conmemoración hoy del Día Europeo para la Prevención del Riesgo Cardiovascular, la Fundación Española del Corazón (FEC) ha presentado los datos de la segunda ola de la Encuesta de Salud (ESFEC), realizada con la colaboración de Sigma Dos. En esta ocasión, se han analizado los datos relativos al estado de salud de la población infantojuvenil española. Así, el 35 % de los menores (de 1 a 15 años) tiene dos o más factores de riesgo cardiovascular, porcentaje que asciende al 40,7 % en los menores de entornos sociales más desfavorecidos.

Respecto a los hábitos alimentarios, la encuesta no solo revela que apenas el 6,9 % de los menores encuestados presenta una alta adherencia a la dieta mediterránea, sino también que el 39,1 % sigue una dieta de muy baja calidad, según la puntuación del índice del KIDMED de adherencia a la dieta mediterránea. Además, el 54 % de las familias reconoce que la dieta de los menores puede mejorar.

Por sexos, el 42,3 % de las niñas presenta una baja adherencia a la dieta mediterránea frente al 36,2 % de los niños. La baja adherencia a la dieta mediterránea empeora con la edad, siendo del 38,1 % en los menores de 1 a 9 años y aumentando al 40,8 % en aquellos de 10 a 15 años.  

Analizando los datos por clase social, los menores que pertenecen a la clase media (44,1 %) y más desfavorecida (39,5 %) tienen una peor calidad en su alimentación que los de clase social alta (34,6 %).

Por otro lado, el 51 % de los menores son sedentarios, más los niños (53,6 %) que las niñas (48,5 %). Estas cifras se disparan hasta el 66,5 % entre aquellos que tienen de 10 a 15 años, mientras que descienden al 39,8% entre los menores de 10. En cuanto a la clase social, los de clase alta son más sedentarios (53,3 %) que los de clase media (49 %) y de entornos más vulnerables (50 %).

1 de cada 3 menores pasan, entre semana, más de dos horas diarias pegados a las pantallas, mientras que, en fin de semana, son 3 de cada 4, especialmente los menores de entre 10 y 15 años.

En cuanto al estado ponderal de los menores españoles, la encuesta pone de manifiesto que el 20,5 % de los encuestados tiene sobrepeso y el 8,7 %, obesidad. Por sexos, el sobrepeso es mayor en las niñas (23,7 %) que en los niños (17,4 %). Por el contrario, la obesidad es mayor en ellos (11,6 %) que en ellas (5,9 %). Por grupos de edad, el sobrepeso es similar en ambos, mientras que la obesidad es más frecuente en los menores de 1 a 9 años.

 

Peores datos en entornos más desfavorecidos

“La prevalencia de obesidad y sobrepeso en población infantil se mantiene estable en sus valores medios, pero hay que considerar que mejoran las cifras en los jóvenes pertenecientes a familias de clase media y media alta, mientras que empeoran los datos en los entornos más humildes”, ha detallado el doctor Javier Aranceta, presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y miembro del Comité de Nutrición de la FEC.

Respecto a los hábitos alimentarios, el doctor Aranceta ha puntualizado igualmente que el colectivo de entornos más desfavorecidos también tiene peores valores de adecuación de la ingesta alimentaria, así como en la calidad del sueño. Por eso, ha destacado: “Es necesario incrementar la alfabetización alimentaria en la etapa preescolar y escolar trabajando con padres, madres, población infantil y profesorado. Se hace necesario apoyo decidido al deporte escolar y a las actividades de ejercicio físico/juegos en el colegio, centros cívicos y espacios de barrio. Crear espacios saludables en el medio escolar y familia".

 

Percepción sobre el estado de salud de los menores

A pesar de estos datos, el 97 % de las familias españolas con menores a su cargo cree que el estado de salud de estos es bueno o muy bueno. Algo que el doctor Andrés Íñiguez Romo, presidente de la FEC, ha calificado como “sorprendente”.

Y es que, como ha incidido: “Los niños españoles tienen malos hábitos de salud cardiovascular; de ahí la trascendencia de poner el foco en mejorarla. Y es que, si atendemos a los factores de riesgo cardiovascular cuando ya han aparecido, llegamos tarde. Por eso, debemos apostar por la promoción de la salud cardiovascular en todas las etapas de la vida, especialmente en la infancia y la adolescencia”.

En esta línea, el doctor Íñiguez ha resaltado que “tanto la Sociedad Española de Cardiología como la Fundación Española del Corazón ya urgieron hace unos años en el informe ‘Riesgo cardiovascular desde la infancia a tomar medidas para frenar la prevalencia de la enfermedad cardiovascular en la edad adulta”. Y ha recordado “la necesidad de concienciar a toda la sociedad civil del impacto tan negativo de las enfermedades cardiovasculares, que suponen casi 120.000 fallecimientos al año en España, precisamente porque no somos capaces de frenar la aparición de la enfermedad”.

 

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