El dolor crónico no oncológico (DCNO) se define como aquel que persiste durante un período de tiempo superior a los tres meses de forma continua o intermitente, más de cinco días por semana. Entonces, pasa de ser un síntoma a una enfermedad con entidad propia. Para profundizar en su conocimiento, la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC) y la Sociedad Catalana de Dolor han elaborado un documento de consenso sobre "Dolor Crónico no oncológico".
Actualmente, se considera un problema de salud pública a nivel mundial y con una alta prevalencia. Según la Encuesta de Salud de Cataluña 2014, el 31% de la población mayor de 15 años sufre dolor, lo que tiene una marcada repercusión en la calidad de vida física, psíquica, laboral, social y económica de las personas que lo padecen y su entorno. Otros datos de interés es que la prevalencia del DCNO es superior entre las mujeres (37,8 % frente al 23,9 % en hombres), aumenta en los grupos de más edad y la principal causa declarada son los problemas osteomusculares.
Por ello, es fundamental el tratamiento precoz y adecuado para mantener la funcionalidad física y mental del paciente, y mejorar su calidad de vida. Además, requiere un abordaje multimodal, incluyendo, aparte de los fármacos, otras intervenciones no farmacológicas y la participación activa de los propios enfermos.
En este contexto, es fundamental el papel de la Atención Primaria. De hecho, más del 50 % de las consultas de Atención Primaria están relacionadas con el DCNO, y son estos profesionales, casi siempre, los primeros en diagnosticar y tratar enfermedades que causan dolor, tanto agudo como crónico, por lo que son el eje central de la asistencia al paciente con dolor.
Por lo tanto, es básico que desde la Atención Primaria se proporcione una atención segura con una atención sanitaria integral que englobe prevención, diagnóstico correcto de los diferentes tipos de dolor, tratamiento farmacológico y no farmacológico adecuado, y una coordinación ágil entre los diferentes niveles asistenciales.
El objetivo del documento de consenso es dar pautas sobre el tratamiento farmacológico para evitar los errores más frecuentes en el manejo de los medicamentos contra el dolor, sobre todo cuando se trata de pacientes pluripatológicos y polimedicados. También ofrece pautas sobre el diagnóstico de los diferentes tipos de dolor crónico, sobre el tratamiento no farmacológico y criterios de derivación y coordinación desde la Atención Primaria con las Unidades de Dolor hospitalarias.