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Foto de una señora con un medico que le mide el azucar en sangre

Diabesidad, una epidemia global que resulta de sumar diabetes y obesidad

Uno de los principales problemas de salud a nivel mundial son las enfermedades crónicas, entre las que se encuentran la diabetes y la obesidad, dos patologías muy interrelacionadas que han dado lugar a una epidemia global conocida como diabesidad.

La doctora Iria Rodríguez, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital HM Modelo, explica que la mayor parte de las personas con diabetes mellitus tipo 2 tienen, además, sobrepeso u obesidad, que constituye el principal factor de riesgo para que un paciente acabe desarrollando una diabetes tipo 2. “Pero no hay que perder de vista -indica la doctora- que tanto la diabetes como la obesidad se asocian, además, a otras numerosas enfermedades como la hipertensión arterial, síndrome de apnea obstructiva del sueño, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, esteatosis hepática (o hígado graso) y hasta ciertos tipos de cáncer. Y, además, incrementan el riesgo cardiovascular e incluso de muerte”.

Con esta perspectiva, como medidas de prevención, la doctora de HM Hospitales apuesta por mantener un peso adecuado, llevar un estilo de vida saludable, con actividad física regular adecuada a las circunstancias individuales de cada persona, incluyendo ejercicios de fuerza, y una alimentación sana. 

En este sentido, los estudios científicos han demostrado que los patrones de dieta a base de vegetales como son nuestra dieta mediterránea y también la vegetariana, la dieta DASH y la dieta baja en carbohidratos controlan mucho mejor estos factores de riesgo cardiovascular. También se han visto efectos positivos con el ayuno intermitente y la dieta cetogénica en pacientes con diabesidad. “Pero, concretamente, nuestra dieta mediterránea, la cual genera un gran beneficio sobre la diabetes tipo 2, la obesidad, el síndrome metabólico y la enfermedad cardiovascular es la más sencilla de realizar y mantener a largo plazo”, apunta la especialista.

Se trata, principalmente, de evitar los ultraprocesados y aquellos alimentos con grasas trans y saturadas, los azúcares, el exceso de sal, así como los zumos comerciales y las bebidas con azúcar (como los zumos y refrescos). Por el contrario, se recomienda consumir:
•    5 raciones de fruta y verdura variada al día. 
•    La carne (máximo 3-4 veces a la semana) debe ser magra como la de ave o de conejo, evitando las carnes procesadas, embutidos y carnes rojas y grasas. 
•    Pescado, como mínimo, 3 veces a la semana (1-2 veces/semana pescado azul).
•    Tomar 2 raciones diarias de lácteos no azucarados y cereales integrales no refinados. 
•    Las legumbres 2-4 veces a la semana.
•    Consumir patatas y otros tubérculos, preferiblemente cocidos o asados, evitando las patatas fritas. 
•    Aceite oliva virgen extra, tanto para aliñar en crudo como para cocinar.
•    Tomar un puñado de frutos secos (crudos, no salados) 3-7 veces a la semana, ya que disminuyen el riesgo cardiovascular.  

Hay que tener en cuenta que hay otros factores de más difícil control relacionados con la obesidad y la diabetes tipo 2, como son la edad, la genética, la raza y ciertos fármacos. Por lo tanto, “es recomendable cuidar aquellos que sí están en nuestra mano, que es fundamentalmente el estilo de vida”, señala la doctora Rodríguez.