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Foto de una mujer joven sonriendo y sentada en una mesa con alimentos sanos y bebiendo agua

Decálogo para cuidar nuestro sistema inmunitario 

Vivimos más años gracias, entre otras cosas, a los numerosos avances científicos logrados en el campo de la salud. Pero ¿qué podemos hacer para que esta longevidad vaya acompañada de la mejor salud y calidad de vida posibles? Los expertos coinciden en señalar que se puede y que una forma de hacerlo es cuidando y manteniendo en forma el sistema inmunitario, una compleja red que ayuda a nuestro cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades pero que, a partir de los 50 años, se resiente haciendo que el organismo sea más vulnerable a las agresiones externas. Es lo que se conoce como inmunosenescencia.

Por ello, la compañía biofarmacéutica GSK ha elaborado un “Decálogo para el cuidado del sistema inmunitario a lo largo del tiempo”, una serie de consejos prácticos enmarcados dentro de la campaña “Inmunofitness” y dirigidos a lograr que, a pesar del paso de los años, nuestras defensas sigan gozando de una buena salud y que podamos tener la mejor calidad de vida posible. Estos son:

1.    Cuidar nuestra alimentación es fundamental para mantener un sistema inmune fuerte. Sigue una dieta con productos de proximidad (o kilómetro cero), incluyendo verduras y frutas de temporada, acompañadas de huevos ecológicos/camperos, carne y pescado. Los hidratos de carbono, mejor integrales.

2.    Mejor al horno, al vapor o a la plancha. Estos métodos de cocción permiten mantener todos los nutrientes de los alimentos. 

3.    El ‘batch cooking’: organiza el menú de manera semanal. Es decir, cocina un día varias recetas para los diferentes días de la semana. Esto permite planificar el aporte nutricional y evita que improvisemos con comidas rápidas.

4.    Realizar ejercicio físico regularmente reduce el riesgo de padecer algunas enfermedades y ayudan a controlar el sobrepeso. En este aspecto, beber suficiente agua es clave para poder llevarlo a cabo, ya que se ha comprobado que un cierto nivel de deshidratación reduce la motivación y aumenta la sensación de esfuerzo, reduciendo nuestra resistencia, y evitar hábitos tóxicos, como el tabaco o el alcohol.

5.    Mantener la mente sana: Para entender la manera en la que nos relacionamos con nuestros pensamientos, es necesario entender que no somos esos pensamientos, sino que estos suceden dentro de nosotros. 

6.    Practicar Mindfulness: pensar en el aquí y el ahora. La vorágine del día a día nos deja poco espacio para conectar con nosotros mismos y ser conscientes del momento que estamos viviendo. Para alejarnos del estrés y ser capaces de crear una rutina Mindfulness, a lo largo del día podemos desarrollar ejercicios que nos permitan conectar con nosotros mismos y ser capaces de disfrutar del aquí y el ahora, lo que repercutirá positivamente en nuestro bienestar.

7.    El sueño: importa tanto la cantidad de horas de sueño como su calidad. A través de un sueño profundo, nuestro organismo se recupera y puede estar en pleno funcionamiento al día siguiente. Haciendo uso de una rutina diaria de horas, evitando los dispositivos electrónicos en las últimas horas del día y la ingesta de bebidas estimulantes desde la tarde, la conciliación del sueño será más fácil.

8.    Cuidar las relaciones sociales. Además de cuidar nuestra mente y nuestro cuerpo, hay que mantener una vida social activa. Disponer de una red social que nos ofrezca el apropiado soporte y un control efectivo del estrés son los pilares básicos no solo de la salud física y mental, sino de algo más aterrizado aún: de la satisfacción vital y la felicidad.

9.    Visitar periódicamente al médico. Para vivir más y mejor es importante tener un contacto cercano y fluido con nuestro médico. Los profesionales sanitarios vigilan nuestro estado de salud y son capaces de darnos las mejores recomendaciones para prevenir enfermedades y mantener un estilo de vida saludable.

10.    Las vacunas no son solo cosa de niños. Hay vacunas que se administran en la infancia y cuya protección dura toda la vida, hay otras que necesitan recordatorios cada cierto tiempo y otras que están dirigidas para la prevención de enfermedades que ocurren especialmente durante la edad adulta.

En resumen, para envejecer con un sistema inmune sano y fuerte, es necesario comer bien y de forma equilibrada, tener una vida activa y cero sedentaria, huir del estrés y de los entornos tóxicos o negativos y tener las vacunas al día.

 

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