Según datos facilitados por la Sociedad Española de Neurología (SEN), cada año se producen en España, al menos, unos 100.000 nuevos casos de traumatismo craneoencefálico (TCE) y unos 600 de lesiones medulares de origen traumático. Aunque la mayoría de las consultas por TCE son leves, el traumatismo craneoencefálico es la primera causa de muerte e incapacidad en la población menor de 45 años en los países desarrollados. Por otra parte, las personas con lesiones medulares son entre dos y cinco veces más propensas a morir prematuramente y en el 50 % de los casos de origen traumático, ocasionan tetraplejia.
“Casi el 50 % de las lesiones medulares y TCE que se producen al año son debidos a los accidentes de tráfico y casi un 40 % a accidentes laborales y deportivos. En verano, al aumentar los desplazamientos por carretera, al descuidar la utilización de cascos protectores u otras medidas de seguridad y al incrementarse la práctica de deportes y, sobre todo, los acuáticos, es cuando se registra un mayor número de accidentes de este tipo”, explica Jesus Porta Etessam, director de la Fundación del Cerebro.
En España, un 15 % de los que sufren un TCE fallecen (constituye la primera causa de muerte en personas menores de 20 años) y, al menos, un 15 % de los traumatismos craneoencefálicos pueden dejar discapacidad por secuelas neurológicas. Tres de cada cuatro pacientes con TCE son hombres y se produce, sobre todo, en edades comprendidas entre 15 y 30 años (principalmente por accidentes de tráfico), aunque también se dan con mucha frecuencia en la infancia (durante actividades de ocio) y en los mayores de 65 años (por caídas).
“Es importantísimo proteger nuestra cabeza de agresiones externas. En el coche debemos llevar siempre puesto el cinturón de seguridad y bien ajustados los reposacabezas, y en la moto y en actividades y deportes de riesgo, utilizar siempre casco”, señala el Dr. Jesús Porta. “Los niños deben viajar siempre en las sillas especiales para el coche y usar casco cuando utilicen la bici, el patinete…”, apunta.
Por otra parte, de todas las lesiones medulares que se producen anualmente en España, un porcentaje destacado corresponde a sucesos evitables, tras actividades deportivas y de ocio. El perfil tipo de los afectados es el de un joven menor de 30 años, que suele sufrir el accidente en los meses de verano. Niños y adolescentes son los que con mayor frecuencia se ven afectados por traumatismos craneoencefálicos o lesiones medulares, generalmente por impudencias a la hora de introducirse en el agua. Un 44 % de las lesiones medulares graves por inmersión se producen en la primera visita a una piscina.
“No solo por lanzarse al agua desde gran altura, sino porque muchas veces estas prácticas van asociadas al consumo de alcohol u otras sustancias. Comprobar la ausencia de obstáculos y la profundidad del lugar donde nos vayamos a sumergir, utilizar los brazos como protección de nuestro cuerpo si nos tiramos de cabeza, vigilar a los más pequeños cuando estén cerca del agua y no consumir drogas antes de realizar cualquier actividad acuática, son las principales medidas a adoptar para evitar estos accidentes”, comenta el Dr. Jesús Porta. “Las lesiones medulares por zambullidas de cabeza durante el verano representan el 6 % del total de los casos anuales y no dejan de incrementarse año tras año. Todas las causas de lesiones de médula están descendiendo en incidencia, menos las provocadas por causas deportivas”, añade.
La práctica de deportes no acuáticos también parece aumentar en la época estival. “Los accidentes relacionados con el ciclismo o con montar a caballo son frecuentes y pueden ser graves. Por lo tanto, conviene volver a recordar la importancia de utilizar casco protector al realizar estos deportes así como evitar realizar actividades que requieran de dificultad técnica, si no disponemos de entrenamiento previo o habilidad suficiente”, destaca el Dr. Jesús Porta.
¿Cómo actuar?
Si se sospecha que el accidente puede ser grave y/o se desconoce la magnitud del daño, y, sobre todo, cuando se trata de caídas y golpes fuertes o accidentes de tráfico, se debe llamar al 112. Lo aconsejable es no mover al paciente y que sea el personal sanitario el que traslade y/o quite el casco al accidentado.