Tras el verano de 2017, un 33 % de los trabajadores en España aseguró haber sufrido síndrome posvacacional, según una encuesta realizada por Adecco. En 2018, esta empresa del sector de los recursos humanos repitió la consulta y el resultado reveló que la cifra había aumentado en 4 puntos porcentuales, con lo que alcanzaba al 37 % de los trabajadores.
¿Cuáles son los síntomas? Cuadros de fatiga, apatía, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, nerviosismo y tristeza; nada, en realidad, que pueda considerarse con entidad clínica. Son los síntomas normales ante un cambio de rutina, un proceso transitorio que no suele alargarse más de tres o cuatro días.
Manuel Armayones, psicólogo y director de desarrollo del eHealth Center, centro de salud digital de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que tenemos una rutina durante todo el año que, a veces, nos cansa, nos quema, pero nos permite ir en «modo automático». Cuando llegan las vacaciones, también al principio, en algunas personas aparecen dificultades de adaptación a la nueva rutina, aunque sea positiva. Luego, cuando nos empezamos a acostumbrar, «va y se acaba».
En realidad lo que pasa tras las vacaciones es que «nos hemos adaptado a una rutina y ahora tenemos que romper con ella y volver a la anterior». ¿Cómo?
1- Conectar unos días antes
«Los últimos días de vacaciones no pasa nada por volver a conectarse paulatinamente, mirar el correo o elaborar una pequeña planificación de las actividades. Avanzar y sobre todo planificar un poco la vuelta ayudan a eliminar la incertidumbre y a tener una sensación de control que permitirá llevar mejor el día a día», explica el director de desarrollo del eLearn Center.
2- Ir poco a poco
«Pasar de cero a cien no es bueno para nada. Vayamos poco a poco: ahora que empiezo, voy a superar los tres primeros días que son algo pesados y poco productivos». También es aconsejable concretar: «El objetivo de este lunes es tener esta reunión y hacer este informe», añade Armayones. Así, propone funcionar sin caer en lo general de «tengo que empezar a trabajar» y que todo se nos haga una montaña.
3- Valorar la parte positiva
¿Volver a trabajar puede tener una parte positiva? Por supuesto que sí. «Tener una actitud positiva ayuda. Volver al trabajo es una oportunidad para reencontrarnos con compañeros de trabajo con los que nos llevamos bien, pensar en nuevos proyectos y desarrollar nuestra faceta profesional. Si nuestra actitud es positiva, nuestra vuelta será más fácil», dice el experto.
4- Crear nuevos hábitos saludables
«Hemos roto con la rutina del verano, que, a veces, no es tan sana como pensamos porque trasnochamos más, comemos peor, nos damos más licencias, y muchas personas llegan con tres o cuatro kilos de más. Pues aprovechemos para plantearnos pequeños retos. No hace falta apuntarse al gimnasio, pero incorporemos pequeños retos a nuestro día a día.
5- Planificar el ocio
«Planifiquemos un poco el ocio para no caer en la vorágine de la oficina y de las llamadas de teléfono de un día para otro. Planifiquemos el primer fin de semana después de vacaciones, tengamos metas a corto plazo, no perdamos la oportunidad de incorporar actividades de ocio en nuestras vidas. Es la mejor manera de no tener la sensación de que todo es trabajo en nuestra vida», apunta el experto.
6- Comenzar proyectos vitales ilusionantes
La vuelta de vacaciones es un buen momento para pensar si quiere hacerse un voluntariado o iniciarse una actividad cultural, por ejemplo. «Volver a la rutina siempre es más fácil si la llenamos de los buenos momentos que pueden proporcionarnos las actividades culturales, educativas y altruistas».
7- Aprovechar las rutinas
«La rutina es una concatenación de hábitos y los hábitos no son más que comportamientos que a fuerza de repetirlos acabamos automatizando sin pensar. Pero para que se establezcan estos hábitos hay que "practicar" y muchas veces encontrarles espacio en nuestro día a día. Si las nuevas rutinas que podemos establecer al volver de vacaciones son positivas puede que hasta nos acabemos alegrando de que las vacaciones terminen.
¡De nosotros depende!», concluye el director de desarrollo del eHealth Center de la UOC.