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Foto de una mujer con obesidad

Conoce la relación entre la obesidad y los problemas osteoarticulares

La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha suscrito un “Manifiesto a favor de Salud Osteoarticular y de combatir la Obesidad”,’ junto con varias sociedades científicas con el fin de sensibilizar a la sociedad sobre la interrelación entre la obesidad y los problemas osteoarticulares.

La osteoartritis es la principal causa de dependencia de la movilidad y discapacidad, siendo la obesidad el factor de riesgo más importante en su desarrollo. Por otra parte, una disminución de la movilidad por causas osteoarticulares contribuye al inicio y mantenimiento de la obesidad.  

Los datos recogidos en el documento reflejan que una pérdida del 5 % del peso corporal contribuye a mejorar el pronóstico de las patologías osteoarticulares, especialmente de rodilla y cadera. Asimismo, una reducción del 10 % del peso corporal y la práctica de ejercicio físico influyen también en la sintomatología y el dolor, mejorando la función articular y la calidad de vida de los pacientes.

El manifiesto remarca que el riesgo de sufrir una fractura aumenta exponencialmente con la edad no sólo por la disminución de la densidad mineral ósea, sino también por el sobrepeso. Los datos que arroja el documento ponen de manifiesto que el 30 % de las personas de 65 años o más pueden sufrir una caída una vez al año y este porcentaje se sitúa en el 50 % en los mayores de 80 años. 

La doctora Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la SEEN, insiste en que la obesidad puede suponer una “sobrecarga de las articulaciones que puede lesionar los cartílagos. Otros factores presentes en la obesidad como la inflamación crónica o la resistencia a la insulina pueden iniciar y perpetuar los problemas osteoarticulares. Así es como en la obesidad se pueden ver afectadas articulaciones que no están sometidas a la carga del peso. La obesidad también afecta al hueso y la sobrecarga de peso puede aumentar el riesgo de fracturas por estrés (sin un traumatismo importante) en pies y tobillos. 

Por otra parte, la doctora Mª Rosa Alhambra, miembro del Grupo de Metabolismo Mineral Óseo de la SEEN, incide en que la vitamina D también es crucial para el paciente con osteoporosis porque mejora la fuerza muscular disminuyendo el riesgo de caídas. “El organismo obtiene el 90 % de la vitamina D por la exposición al sol y menos del 10 % con la dieta”, explica la endocrinóloga, que resalta la importancia también de la ingesta de magnesio, proteínas, ácidos grasos omega-3, vitamina K o C. 

La doctora Alhambra apunta que la dieta mediterránea basada en el consumo de aceite de oliva virgen extra como principal grasa es beneficiosa para la salud ósea: “Se trata de una dieta con alto consumo de productos de origen vegetal como hortalizas, legumbres, verduras, frutas, frutos secos, cereales (preferentemente integral) y lácteos, una ingesta moderada de pescado, marisco, aves de corral, huevos y baja en carnes rojas y, asimismo, alimentos poco procesados frescos y de temporada”.

El manifiesto reivindica también la necesidad de que se ponga en marcha una campaña preventiva que haga especial hincapié en la Educación para la Salud desde los centros educativos, así como en los planes promovidos desde el Ministerio de Sanidad y las consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas, fomentando la necesidad de una alimentación sana y la práctica de ejercicio físico.

 

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