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Foto de una manos de una médico que sostiene un cartel con la palabra colesterol HDL y LDL

Cómo mantener a raya el colesterol

Según la farmacia online española dosfarma, casi la mitad de los españoles tiene el colesterol alto. Sin embargo, es un dato que necesita un poco de explicación, ya que no hay un único tipo de colesterol, sino que existe uno malo y otro bueno, y es importante controlar los niveles de ambos.

El colesterol es una grasa que está en todas las células del organismo y es necesario para que el cuerpo funcione correctamente. Interviene en varios procesos vitales, como la digestión, la formación de hormonas e, incluso, la transformación de la luz solar en vitamina D. La mayoría se produce en el hígado, aunque también se incrementa su cantidad por los alimentos que tomamos. La sangre es la encargada de dirigir esta grasa hasta las zonas del cuerpo donde se necesita. Así pues, hace dos viajes: uno de ida (con colesterol nuevo) y otro de vuelta (con el sobrante, para almacenarlo o expulsarlo). El colesterol hace cada uno de esos viajes uniéndose a unas partículas llamadas lipoproteínas, que pueden ser de dos tipos:
1.    De baja densidad o LDL: son las que transportan el colesterol nuevo desde el hígado hasta las células en el viaje de ida.
2.    De alta densidad o HDL: hacen el camino de vuelta y devuelven el sobrante al hígado.

Precisamente por estos dos viajes y las lipoproteínas implicadas debemos hablar de dos tipos de colesterol:
1.    Malo o LDL. Es el que se une a las partículas LDL para viajar hacia los órganos. Cuando hay tanto en el organismo que las células no pueden absorberlo todo, el sobrante se deposita en las paredes de las arterias. Si esto ocurre, se origina la aterosclerosis, un estrechamiento de las arterias producido por la acumulación de placas de grasa. Se dificulta el paso de la sangre, que no puede llegar a los órganos. Con ello, se incrementa el riesgo de sufrir un infarto o un ictus.
2.    Bueno o HDL. Es el que se une a las partículas HDL y viaja hasta el hígado de vuelta. Es, por tanto, necesario para eliminar el sobrante y que no se acumule.

Para saber si una persona tiene el colesterol alto y, por tanto, es un factor de riesgo cardiovascular, se tiene en cuenta la cantidad total del organismo: la suma del bueno y el malo. Los niveles óptimos totales para un adulto deben ser inferiores a 200 mg/dl. A partir de esa cifra, se considera hipercolesterolemia. Si hacemos la separación entre bueno y malo, las cifras son distintas. El malo o LDL debe estar por debajo de 100 mg/dl, aproximadamente. En cambio, el bueno o HDL debe ser superior a 35 mg/dl en los hombres y de 40 mg/dl en las mujeres.

Los excesos navideños pueden pasarnos factura y desequilibrar nuestro organismo. Para mantener un estilo de vida saludable y conservar unos niveles apropiados de colesterol, tanto del bueno como del malo, los expertos de DosFarma han recopilado algunos consejos sencillos:

1. Ciertas enfermedades provocan alteraciones en el colesterol. Las personas con diabetes, enfermedades renales o hipotiroidismo tienden a sufrir cambios en sus niveles de colesterol. También influyen el embarazo y ciertas alteraciones en las hormonas femeninas. Igualmente, la toma de algunos medicamentos también puede interferir: anticonceptivos, antidepresivos o diuréticos, por ejemplo. Del mismo modo, hay algunas enfermedades hereditarias como la hipercolesterolemia familiar y la hipertrigliceridemia familiar.

2. Controlar la obesidad. La obesidad suele ir asociada a unos elevados niveles de colesterol malo. Por ello, una de las formas de mantenerlos en una cifra apropiada es vigilar nuestro peso. Además, las personas con obesidad o hipertensión tienden a tener unos niveles más bajos del colesterol bueno.

3. Hacer ejercicio moderado. El deporte tiene múltiples beneficios para la salud cardiovascular. No solo nos ayuda a reducir la grasa corporal, sino que también contribuye a equilibrar la presión arterial, a reducir la frecuencia cardiaca y a bajar el colesterol malo y subir el bueno. Los expertos recomiendan hacer un mínimo de 150 minutos semanales de ejercicio moderado para un adulto.

4. No abusar del alcohol. El consumo excesivo y regular de bebidas alcohólicas puede provocar hipertrigliceridemia, una enfermedad en la cual hay una cantidad excesiva de triglicéridos en la sangre que se terminan acumulando en las arterias.

5. Dejar de fumar. El tabaquismo no eleva el malo, pero sí que puede bajar los niveles del bueno.

6. Hacer revisiones periódicas. Se recomienda hacerse un primer análisis a los hombres de entre 20 y 35 años y a las mujeres de 20 a 45 años. Es especialmente importante cuando ha habido algún cambio significativo en el estilo de vida. Este análisis no solo dará información al médico sobre nuestros niveles de colesterol, sino que también le dirá si se pueden controlar únicamente con una forma de vida más sana o si es necesario recurrir a medicación.

7. Dieta baja en grasa. Una dieta equilibrada es el mejor consejo para muchísimos problemas de salud. Decantarse por alimentos bajos en grasa, como frutas y verduras, es una opción sencilla para evitar la acumulación de grasas innecesarias en las arterias.


 

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