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El comienzo del verano suele ser sinónimo de buen tiempo y disfrutar de planes de ocio al aire libre. Sin embargo, las temperaturas extremas que se vienen produciendo en los últimos años durante esta época pueden afectar negativamente a la salud de las personas mayores, siendo necesario tomar ciertas precauciones. 

La Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), patronal de los cuidados a personas mayores, ofrece algunos consejos y recomendaciones para  cuidar la salud, el bienestar y la calidad de vida de los mayores y personas dependientes en verano: 

  1. Protegerse del sol. El cuidado de la piel de las personas mayores en verano es especialmente importante debido al alto impacto que tienen los rayos solares en su dermis, más fina a causa de la edad. Es recomendable evitar la exposición al sol en las horas centrales del día (de 12-17 horas). Además, durante el tiempo que la persona mayor esté al aire libre se debe utilizar crema solar con un factor de protección alto.
  2. Alimentación e hidratación. Durante los meses de verano, se recomienda cuidar especialmente la alimentación y la hidratación. Es fundamental el consumo de líquidos de forma regular y frecuente, incluso cuando no se tenga sensación de sed. Además de beber agua, la hidratación también se consigue a través de la alimentación. La ingesta de frutas ricas en contenido hídrico como la sandía, el melón o la pera proporcionan dosis de agua extra.
  3. Evitar salir en las horas centrales del día y estar en lugares frescos. Las personas mayores de 65 años no se adaptan fácilmente a los cambios repentinos de temperatura y son más susceptibles al estrés térmico. Por este motivo, es esencial mantenerse siempre en lugares frescos, especialmente durante las horas del día con mayor calor. En caso de no poder evitar estar en la calle, se recomienda permanecer a la sombra y evitar la exposición al sol.
  4. Ropa adecuada. Para favorecer el bienestar de los mayores también es recomendable el uso de ropa ligera, transpirable y de colores claros, ya que ayudan a mantener la temperatura corporal y reduce el calor. En cuanto al calzado, es aconsejable zapatos frescos y cómodos. Además, el uso de sombreros y gorras son un buen aliado para evitar la insolación.
  5. Horas de sueño. Conseguir una buena rutina de sueño es muy importante. En verano los horarios pueden variar fácilmente y con ello, las horas de sueño. Es fundamental mantener unos horarios fijos y realizar algo de ejercicio durante el día, para aumentar el cansancio, ayudando a dormir mejor.

Por último,  AESTE recomienda consultar a los profesionales sanitarios ante cualquier duda relativa a la salud que pueda estar derivada de las altas temperaturas exteriores, como dolor de cabeza, mareos, respiración y frecuencia cardíaca aceleradas o alteraciones del comportamiento.

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