Un estudio reciente ha confirmado que los cerebros de las personas centenarias cuentan con un patrón molecular diferente. Esta investigación, Centenarian hippocampus displays high levels of astrocytic metallothioneins, ha sido realizada por el grupo de Oncología Celular de Biogipuzkoa y el Instituto de Investigación Sanitaria de Osakidetza, y ha sido coordinada por el doctor Ander Matheu.
Analizar qué distingue a las personas centenarias ayudará a conocer algunas de las pautas necesarias para envejecer de manera saludable, puesto que no todos envejecemos igual. Por tanto, si existen grupos de población que envejecen con una extraordinaria longevidad, es interesante conocer qué peculiaridades les facilitan ese proceso. Las personas centenarias son consideradas como un modelo de envejecimiento exitoso porque, como refieren los investigadores de este estudio, esa “extrema longevidad suele estar acompañada de un mejor mantenimiento de la actividad cognitiva y mejor calidad de vida”.
De hecho, así se ha comprobado por el equipo liderado por Matheu con la población centenaria de Gipuzkoa (unos 300 centenarios y unos 1.000 en Euskadi). Los expertos han identificado el perfil de estas personas: mujeres que desarrollan menos enfermedades (también menos enfermedades neurodegenerativas), por lo que utilizan menos los servicios médicos y toman menos medicamentos.
Huella molecular diferencial
Esta investigación se ha basado en la comparación de más de 20.000 genes en muestras de hipocampo de personas centenarias frente al del resto de la población mayor y jóvenes. Recordemos que el hipocampo es la región del cerebro responsable de funciones cognitivas tan importantes como el aprendizaje y la memoria.
Las conclusiones de esa comparativa son claras al afirmar que las personas centenarias presentan una huella molecular diferencial frente a los demás grupos de edad. Los investigadores han confirmado que las personas centenarias presentan “niveles elevados de genes de la familia de las metalotioneinas, que son los genes encargados de eliminar los metales pesados que se van acumulando a medida que pasan los años”. Esa acumulación, además, provoca daños importantes a las células neuronales.
De este modo, este trabajo de investigación describe un “novedoso mecanismo biológico que se asocia al excepcional mantenimiento de la actividad cognitiva de los centenarios”. Un mecanismo que se postula, como afirman los autores del estudio, como “un novedoso mecanismo antienvejecimiento”.