Palabras como olvidar, no recordar, ausentarse… invaden nuestra mente al pensar en ello.
Pero realmente, ¿sabemos las consecuencias emocionales que tiene esta enfermedad, no solo para las familias, sino para la propia persona que se enfrenta al diagnóstico?.
Dicen que hasta que un familiar no pasa por esta situación es muy difícil comprender el dolor que padecen las familias. Y qué razón tienen. Sin embargo, yo he aprendido que cuando alguien cercano sufre esta situación aferrarse a los recuerdos y a los sentimientos de amor y cariño, se convierte en un bote salvavidas. El alma siempre recordará lo vivido, aunque la cabeza no lo haga.
Recuerdo el caso de Marcelo, que se puso en contacto con nosotros en el 900 del Servicio Gratuito de Atención Telefónica en materia de dependencia y discapacidad con la esperanza de aclararse con los trámites de la dependencia y la discapacidad, sabía que tenía que hacer algo por su madre…
Un poco apurado, Marcelo nos comunica que su madre, Rosa, últimamente tiene grandes despistes y que requiere de una supervisión y apoyos en muchas de las actividades cotidianas, lo que hace en casa, vestirse…lo que llamamos actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Debido a las necesidades que nos comenta y por lo que pudimos indagar preguntándole en la conversación, nos pareció que no había emprendido ninguno de los pasos para solicitar ni dependencia, ni discapacidad y estaba bastante solo en este tema.
Le orientamos en el proceso de solicitud de la dependencia, por lo que, lo primero, le derivamos al médico de atención primaria de su madre para que pudiera hacerle una revisión y un informe adecuado para iniciar el trámite. Por nuestra parte, además de explicar el procedimiento de solicitud inicial, quedamos a su completa disposición para que pudiera llamarnos si le surgiese cualquier duda.
Durante los meses siguientes Marcelo, siguió en contacto con nuestro servicio comentándonos la situación que vive en el domicilio. Su madre ha sido reconocida con grado II y diagnosticada con principios de Alzheimer, ahí estaban los despistes que Marcelo notaba. Sin embargo, la enfermedad avanza muy deprisa y en pocos meses, Rosa requiere de cuidados continuos.
Debido a la imposibilidad de que Marcelo pueda cubrir las crecientes necesidades de Rosa, tuvimos que ayudarle a buscar una solución más adecuada a la situación, que requiere ya cuidados especializados. El equipo emprendió esa pequeña investigación y realizamos una búsqueda para informarle de posibles centros residenciales especializados en Alzheimer.
Después de un año de seguimiento, Rosa ha accedido a una plaza residencial donde, actualmente, cubren sus necesidades y Marcelo puede ir y acompañarla un ratito casi a diario.
Desde nuestro servicio no solo tratamos de informar y orientar, sino que buscamos acompañar a las personas durante todo el proceso, convirtiéndonos en apoyo y escucha, y ayudando en la búsqueda de recursos adecuados para cubrir sus necesidades. Ser compañeros de viaje en la difícil tarea de cuidar a un familiar cuando nos faltan recursos, la situación nos supera y llegar a solucionarlo, es una de las tareas más gratificantes de nuestro trabajo y afortunadamente con Marcelo lo conseguimos.
Ana Mª García Delgado, Trabajadora Social
Servicio telefónico gratuito en materia de dependencia y discapacidad.
900.102.180
orientacion@fundacioncaser.org
Fundación Caser