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Foto de una madre y una hija que se abrazan y se ríen juntas

Mi hijo acaba de ser diagnosticado y ahora ¿Cómo le trato? ¿Cuál es mi papel?

Tras el diagnóstico de un hijo este es el mayor miedo de algunos padres. La pregunta más recurrente que nos hacen es… ¿y ahora cómo lo trato? Mi respuesta es siempre la misma… “igual que ayer”, “es el mismo niño".

Considero que los padres, sin saberlo, de forma inconsciente han estado siempre cubriendo las necesidades de sus hijos basándose en compensar, tratar, ayudar a superar, observar y pensar en “los síntomas” del diagnóstico que se les acaba de comunicar. Están familiarizados con la sintomatología porque es lo que ellos perciben, con lo que lidian en el ámbito cotidiano cuando aún no tienen un nombre. Pero una vez que reciben el diagnóstico, es como si fuera algo nuevo con lo que no han convivido, en ese momento, se pierden. 

No cabe duda de que en el momento en el cual recibes la noticia todo cambia, te planteas dudas que anteriormente nunca te habías planteado… te cuestionas sobre su futuro, que grado de autonomía tendrá, ¿será feliz en un futuro?

Yo les explico que todas estas dudas son normales, pero que hay otras que no deben plantearse… como por ejemplo la expuesta al inicio de este post: ¿cómo le voy a tratar ahora? 

Es importante hacer saber a los progenitores que inconscientemente y de forma intuitiva siempre han sabido cubrir todas sus necesidades, nadie, ni los propios terapeutas conocemos tan bien a los niños como sus propios padres. Si bien es cierto que en ese momento comienza un largo camino para ellos… médicos, terapia, etc. 

Este es un camino costoso en el que se les pide una colaboración absoluta…, pero siempre hay que hacerles saber que “ellos son padres, no son sus terapeutas, ni sus maestros”, “que deben disfrutar la paternidad/maternidad y delegar el trabajo en otros”, ya que si no lo hacen, no disfrutarían de la infancia de sus hijos. Una cosa es colaborar y seguir las pautas terapéuticas que damos y otra muy diferente es trabajar al menor de forma constante. 

Los niños, además de terapeutas, necesitan un lugar donde aprender a relacionarse con las personas desde la emoción, y la familia es el primer núcleo de contacto con las relaciones humanas. En el hogar, los niños deben sentir la protección, la comprensión, el consuelo…compartir y demostrar el amor de múltiples formas con sus padres, que deben comportarse como padres. El hogar no debe ser otra fuente de terapia constante, porque con diagnóstico o sin él, y para todos los niños, el hogar debe de ser su rincón seguro de descanso y diversión.

 

Ana Ortega Rico. Psicóloga Colegiada nº 34172. 
Especialista en Atención Temprana. Psicomotricista. 
Asociación Cuenta Conmigo Ayuda a padres y niños.
facebook.com/ACConmigo