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Las enfermedades cardiovasculares pueden manifestarse de muchas formas: presión arterial alta, enfermedad arterial coronaria, enfermedad valvular, accidente cerebrovascular y arritmias (latidos irregulares). Según la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares son las responsables de la muerte de más de 17 millones de personas en el mundo cada año.

Para prevenir las enfermedades cardiovasculares, hay que actuar sobre sus factores de riesgo. Un factor de riesgo es toda circunstancia o situación que aumenta las probabilidades de una persona de contraer una enfermedad o cualquier otro problema de salud. Es decir, los factores de riesgo son factores que aumentan el riesgo sanitario de la persona que lo sufre.

Para las enfermedades cardiovasculares podemos decir que hay una serie de factores de riesgo que no podemos modificar, pero sin embargo hay otros que si son modificables. Estos últimos son sobre los que podemos actuar para corregirlos.

Algunos de los factores de riesgo no modificables son la edad y la historia familiar.

Entre los factores de riesgo modificables, sobre los que podemos actuar, se incluyen el sobrepeso y la obesidad, el tabaquismo, el colesterol elevado, la hipertensión, la diabetes, el estrés y el sedentarismo.

Si actuamos sobre los factores de riesgo modificables, la mayoría de las enfermedades cardiovasculares podrían prevenirse.

Tener unos hábitos de vida saludable es una forma eficaz de contrarrestar el efecto negativo de los factores de riesgo.

Datos interesantes

Se calcula que en 2030 morirán cerca de 23,3 millones de personas por enfermedad cardiovascular.

Si consideramos los factores de riesgo no modificables podemos decir que:

La enfermedad coronaria aumenta con la edad.

Los hombres tienen un riesgo mayor de desarrollar cardiopatía coronaria o ictus. Las mujeres igualan a los hombre en cuanto el riesgo después de la menopausia, ya que es cuando disminuyen los niveles de estrógenos y aumentan los lípidos en la sangre.

Es muy importante conocer la historia familiar en relación a las enfermedades cardiovasculares. La genética tiene una implicación importante en el riesgos de sufrir enfermedad cardiovascular.

La higiene dental es un acto fundamental en el cuidado de la salud y también en la prevención de las enfermedades cardiovasculares. Las bacterias que se acumulan en la boca pueden acceder a la sangre y llegar a dañar las células de las arterias produciendo que no funcionen correctamente, favoreciendo así el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Los factores de riesgo cardiovascular son signos que nos indican un riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular más grave como puede ser infarto o un ictus. Pero cuando aparece un factor de riesgo, la enfermedad ya está ahí lo que se trata es evitar su progresión. Por eso, los investigadores incluso buscan identificar lo que se llaman biomarcadores predictivos para poder predecir el riesgo incluso mucho antes de que aparezca un factor de riesgo cardiovascular, como es la diabetes o la hipertensión. Es decir sería conseguir un paso anterior, y que se comienza a conocer con el nombre de medicina predictiva.

Un poco de historia

El ser humano siempre ha buscado señales y signos indicativos de su futuro. Dice la leyenda que Rómulo y Remo fundaron la ciudad de Roma en virtud al número de buitres, otros dicen que águilas, sobrevolando, la colina del Aventino, Remo, y la del Palatino Rómulo. Rómulo vio doce de estas aves sobrevolando el Palatino mientras que Remo sólo divisó seis sobre otra de las colinas.

Analizando momias egipcias por sofisticadas técnicas de imagen, se ha descubierto que es probable que los habitantes del antiguo Egipto ya sufrían de colesterol alto, aterosclerosis y problemas cardiacos.

Para recordar

En las enfermedades cardiovasculares hay factores de riesgo que no son modificables y otros modificables sobre los que podemos actuar.

Entre los factores de riesgo modificables se incluyen el sobrepeso y la obesidad, el tabaquismo, el colesterol elevado, la hipertensión, la diabetes, el estrés y el sedentarismo.

La higiene dental también es importante en la prevención de las enfermedades cardiovasculares.

Tener unos hábitos de vida saludable es una forma eficaz de reducir el efecto negativo de los factores de riesgo cardiovascular.