La sangre es el fluido que circula por los vasos sanguíneos del organismo.
La sangre tiene una fase sólida formada por las células que por ella circulan (los glóbulos blancos, los glóbulos rojos y las plaquetas) y una líquida que se conoce con el nombre de plasma, en el que están disueltas diferentes proteínas como la albumina, las lipoproteínas etc.. y que utiliza el organismo para el transporte de sustancias entre los diferentes órganos del cuerpo humano.
La sangre viaja por unos conductos que se conocen con el nombre general de vasos sanguíneos. Hay varios tipos de vasos sanguíneos siendo los principales: las arterias, los capilares y las venas.
- Las arterias son los vasos sanguíneos que llevan la sangre oxigenada y los nutrientes desde el corazón hasta los órganos corporales.
- Las venas llevan la sangre no oxigenada y pobre en nutrientes desde los órganos y los tejidos hasta el corazón.
- Los capilares tienen su origen en la división progresiva de las arterias en ramas cada vez más pequeñas hasta llegar a convertirse en los vasos capilares. Los capilares tiene muy fina su pared, lo que los hace muy permeables y permite el intercambio entre la sangre y las células de los tejidos de oxígeno, dióxido de carbono, nutrientes y otras sustancias.
La circulación de la sangre en el organismo es doble porque se realiza por dos circuitos. El circuito menor, conocido también como circulación pulmonar, lleva la sangre del corazón a los pulmones para que se oxigene y vuelva ya oxigenada al corazón. La circulación mayor o general lleva la sangre a todo el cuerpo para repartir oxígeno y nutrientes a los órganos y regresa al corazón a través de las venas para re-oxigenarse otra vez en los pulmones.
Datos interesantes
Mantener un estilo de vida saludable mediante la dieta y el ejercicio, entre otras técnicas, es esencial en la mejora de la circulación y por lo tanto en la prevención de la enfermedad.
Si pudiéramos poner de forma continua los vasos sanguíneos de nuestro organismo tendrían una longitud de aproximadamente 100.000 kilómetros.
El color rojo de la sangre se debe a la hemoglobina, que es la molécula que en los eritrocitos transporta el oxígeno.
En el corazón las arterias coronarias están embebidas en el miocardio y el flujo de sangre en ellas es muy dependiente de si el corazón está contraído (sístole) o relajado (diástole). En la sístole, cuando se contrae el corazón, las paredes del miocardio “aprietan” a las de las arterias coronarias y se reduce el flujo de sangre. Lo contrario ocurre cuando en la diástole se dilata el corazón y entonces el diámetro de las arterias es mayor y aumenta el flujo coronario.
Un poco de historia
Aristóteles consideraba que el corazón era el sitio donde se formaba la sangre a partir de los líquidos procedentes de los alimentos. Para Aristóteles el aire pasaba desde el pulmón directamente al corazón para enfriar el calor producido por la formación de la sangre.
Miguel Servet fue un teólogo y médico que, aunque no está totalmente constatado, probablemente nació en Aragón en Villanueva de Sigena (Huesca) en 1509. Miguel Servet pensaba que el alma humana estaba confortablemente instalada en la sangre, y de ahí su interés por averiguar cómo transitaba por el cuerpo humano. Describió el gran tamaño de la arteria pulmonar, encargada de llevar sangre no oxigenada a los pulmones.
William Harvey fue un médico que se graduó en la Universidad de Padua en 1602 y al que se le atribuye el descubrimiento de la circulación mayor. También descubrió que las venas tienen unas válvulas que impiden que las sangre retroceda y así tenga que avanzar obligatoriamente hacia el corazón.
Para recordar
La circulación de la sangre en el organismo es doble porque se realiza por dos circuitos uno mayor que recorre todo el cuerpo y otro menor que es la circulación pulmonar, donde se oxigena la sangre.
La sangre tiene una fase sólida que son las células que lo componen y una líquida que es el plasma.
Los vasos sanguíneos de nuestro organismo tendrían una longitud de aproximadamente 100.000 kilómetros.