Jan
"Jan nos ha ayudado a aceptar y a disfrutar de las pequeñas cosas"
"Miro a Jan y me lleno de amor. Todo está siendo nuevo para nosotros. De pronto, la vida pega un giro y cambia su sentido. Silencio. Emoción". Éstas fueron las primeras palabras que escribió Bernardo Moll en su blog, el blog de "La historia de Jan".
Jan nació el 4 de noviembre de 2009 y desde ese día la vida de sus padres, el montador de cine Bernardo Moll y la actriz Mónica Vic, cambió. Jan nació con síndrome de Down.
"El síndrome de Down ha llegado a nuestras vidas, todavía no tenemos el resultado de cariotipo, pero nosotros ya lo sabemos. No queremos seguir con los ojos cerrados, desde el primer día que lo vimos lo supimos (y eso que nadie se dio cuenta)", explicaba entonces el padre de Jan.
Hoy, siete años después, Bernardo Moll nos cuenta que "Jan está fenomenal, cada vez hace mejor las cosas y se desenvuelve mejor, aunque la autonomía le cuesta un poco, pero estamos trabajando en ello y cada vez hace más avances".
No saben por qué, pero Bernardo y Mónica lo supieron nada más verle. El diagnóstico definitivo llegó en diciembre. "Todavía recuerdo cuando a la salida del hospital, miré a Mónica y le dije rompiendo a llorar: ¿tú crees que podré jugar con mi hijo al fútbol? Y ella me dijo llorando: claro que sí, amor".
Lo que nació como un blog, "como una necesidad personal, un poco terapéutica", se convirtió en película. Los padres de Jan llevaron al cine el pasado año la historia de su lucha y de cómo aceptaron la condición de su hijo, "un niño muy alegre, muy sensible, con una gran vitalidad y energía".
El último pase de "La historia de Jan", tras nueve semanas en cartelera, ha coincidido con la noche de Reyes, un día muy importante en la vida de Jan. Ahora, llega otra etapa. "Fueron 2.573 días sin parar de escribir un solo día", afirma Bernardo Moll.
"Empecé a escribir y poner vídeos para sacar los miedos y compartir mis sensaciones, y descubrí lo mucho que servían y emocionaban a la gente, así que enseguida pensé que tenía que capturar todo lo que estábamos viviendo para en un futuro hacer una película".
Para los padres de Jan, aquel día, cuando el pediatra lo confirmó, "fue una mezcla de sentimientos muy extraña. Por un lado, uno se siente la persona más feliz del mundo, porque amas a tu hijo y, por otro, estás desconcertado ante algo que desconoces y te da miedo".
Y añade: "Se pasa bastante mal, pero nosotros tuvimos suerte, desde el primer día nos apoyamos mucho los tres. Recuerdo que nos juntamos en la cama con Jan y, simplemente, nos abrazamos y dijimos: es nuestro hijo y lo amamos por encima de todo".
Bernardo Moll recuerda también que entonces "no conocíamos demasiado esta alteración cromosómica, aunque yo había hecho la objeción de conciencia con chavales con síndrome de Down y eso me ayudó".
"Es importante pasar por ese dolor en los primeros momentos y no negarlo. Nosotros, claro que lloramos, pero luego, cuando sientes el amor de tu hijo, todo es mucho más fácil. Jan nos ha ayudado a aceptar y a disfrutar de las pequeñas cosas", señala.
Asimismo, el padre de Jan aconseja a las personas que estén pasando por su misma situación que "abran su corazón y que pidan ayuda, que expresen sus sentimientos y que vayan a asociaciones donde les puedan dar información".
Para Bernardo Moll, "lo importante es pensar en el presente y centrarme en cada instante. Tener como meta la aceptación y ver que nuestro hijo es feliz. Las cosas que lleguen en un futuro serán maravillosas; cuestan un poco más, pero al final van llegando".