Daniel Stix
La adversidad es un obstáculo que la vida te ha puesto por delante y la superación es la capacidad de demostrarte a ti mismo que eres capaz
Daniel nació con cáncer, un neuroblastoma congénito localizado en la médula. La enfermedad le causó daños irreparables, siendo el principal la pérdida de sensibilidad y funcionalidad en las piernas. Además, le extirparon un riñón y tuvo que someterse a más de 15 operaciones.
A pesar de ello, Daniel asegura que es una persona con suerte. Una afirmación que resulta difícil de asimilar para quienes no tienen una discapacidad. “Soy muy consciente de mi situación. Sí, es verdad, he tenido cáncer, me han operado más de 15 veces, me falta un riñón, he ido a fisioterapia muchísimo tiempo y, en vez de andar, voy rodando por la vida. Pero todo eso son, simplemente, circunstancias de la vida. No hay que olvidar todas las cosas buenas que tenemos y que nos pasan. Por eso, digo que he tenido suerte en la vida con mi familia, el deporte y muchas de las cosas que me rodean. Siempre intento encarar la vida desde una perspectiva positiva, y eso me hace feliz”, asegura.
Vídeo: Fundación Caser con Daniel Stix (Youtube)
Aunque su vida no ha sido fácil, este chico de 18 años nunca vio su enfermedad como una limitación. “Mis padres siempre me han inculcado que soy uno más, para lo bueno y para lo malo. Tuve una infancia muy feliz y activa, y tenía muchos y buenos amigos. Era un niño más, que en el patio jugaba al fútbol; de portero, claro. Además, siempre estuve involucrado en los deportes, gracias al gran número de fundaciones y asociaciones que se dedican a ayudar a gente con movilidad reducida”, recuerda. Y añade: “Las limitaciones se las pone cada uno”.
Su familia ha tenido mucho que ver en la actitud positiva ante la vida y los retos que Daniel ha ido superando. Gracias a la educación que le han dado y al apoyo que ha sentido por su parte, “soy la persona que soy”. Y lo expresa de una manera contundente: “Para mí, la familia lo es todo. Siempre han estado ahí y no tengo palabras para explicar el agradecimiento y el amor que siento hacia ellos”. Amor que comparte con los amigos, “que son la familia que eliges”.
La pasión por el deporte
Natación, bicicleta de montaña, kitesurf… Además, es jugador profesional de baloncesto en silla de ruedas con el equipo de Fundosa ONCE y ha sido campeón de Liga y Copa del Rey, y subcampeón de la Copa de Europa. El deporte es su gran pasión: “Me encanta la adrenalina y me siento feliz cada vez que practico algún deporte. Siempre me quedo con ganas de más”. Además, le ha permitido aprender los valores que representa y, sobre todo, le ha enseñado a desarrollar la capacidad de superarse una y otra vez.
Muchos de los deportes que practica son, en cierta forma, arriesgados. Sin embargo, como él mismo afirma, “a una pasión no se le puede tener miedo”. El miedo se lo deja para su madre a quien, a veces, “le da un poco de yuyu”.
Un ejemplo a seguir
A pesar de su juventud, en 2014 publicó su propia biografía: Con ruedas y a lo loco. “Cuando me ofrecieron escribir el libro, mi familia y yo nos quedamos anonadados. Es decir, cómo es que a un chico de 17 años le ofrecen escribir un libro sobre su vida”, señala Daniel. Pero más que una biografía es un recuento de sus experiencias vitales y de los valores que ha aprendido con ellas y “si a alguna persona que lo lea le sirve de algo, mi objetivo está cumplido”.
También imparte charlas, donde explica que la adversidad es un obstáculo que la vida te ha puesto por delante y “la superación es la capacidad de demostrarte a ti mismo que eres capaz, porque con determinación y, a veces, un poco de fe, todos somos capaces”.
Normalización social
Si bien Daniel considera que la sociedad ha avanzado mucho respecto a la convivencia con las personas con discapacidad, “y estamos en un proceso de normalización que ha progresado en los últimos años, sigue habiendo muchas barreras, como las arquitectónicas, que son un gran problema. Un escalón puede cambiarle todo a una persona en silla de ruedas”.
Lamentablemente, también sigue habiendo barreras mentales. “Un entrenador me dijo hace muchos años que por ser cojo no era distinto. Es decir, si nos tienen que llamar la atención por algo malo que hayamos hecho, que lo hagan. La discapacidad no es una tragedia, sino una circunstancia de la vida”, explica.
Lo que queda por recorrer…
A Daniel siempre le han gustado las ciencias y es posible que estudie Bioquímica, aunque también está interesado en cursar Económicas.
Deportivamente, desde que tiene 14 años sueña con ir a unas Paraolimpiadas “y espero cumplir ese sueño este mismo año con la selección española, porque es a lo más grande que puede aspirar un deportista”, afirma. Teniendo en cuenta su tenacidad y logros obtenidos, seguro que lo consigue.
“A nivel personal quiero seguir siendo como soy ahora: feliz, con la idea de darlo todo en cualquier aspecto de la vida. Como bien dice mi madre, lo más importante es ser respetuoso, responsable y amable”.
Daniel es una persona autónoma e independiente y, actualmente, vive solo. Por todo ello, este joven asegura que es muy feliz: “Tengo una familia que me quiere, buenos amigos y estoy viviendo un sueño con el deporte. No me gusta la amargura. Es una cuestión de cómo encares la vida y los obstáculos que aparecen. A todo el mundo le agrada una sonrisa. Intentemos sonreír todos, por muy difícil que pueda parecer”.
Una historia que es un auténtico ejemplo de superación: “Siempre digo que la vida se vive una vez, y no hay más. Hay que vivirla intensamente, intentar centrarse en lo bueno y no en lo malo. Me gusta irme a la cama con la sensación de haberlo dado todo cada día”. Y esto lo dice un chico de 18 años, que tiene toda la vida por delante para rodar por el mundo.
El jurado de los premios 2015 de la Fundación Caser otorgó una Mención Especial a Daniel Stix por su vitalidad, coraje y esfuerzo para enfrentarse a la vida, un claro modelo de autonomía personal.